ru24.pro
World News
Февраль
2025
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26
27
28

Ni los Valles Pasiegos ni el de Liébana: qué ver en el valle de Cantabria que supera los 2.000 metros de altura

0

El Valle de Polaciones, un destino cántabro con paisajes de montaña, arquitectura tradicional y un patrimonio histórico significativo

Las mejores rutas de montaña en Cantabria para 2025 según su tiempo de duración

En el corazón de Cantabria, lejos del bullicio turístico de los Valles Pasiegos o Liébana, se encuentra un tesoro natural aún por descubrir: el Valle de Polaciones. Este enclave, situado en una de las zonas más elevadas de la comunidad autónoma, ofrece al visitante paisajes de ensueño, tradiciones ancestrales y una riqueza cultural inigualable.

Protegido por imponentes montañas y atravesado por el río Nansa, Polaciones se erige como un destino ideal para quienes buscan autenticidad y contacto directo con la naturaleza.

Acceder a este valle es ya una experiencia en sí misma. El camino serpentea a través del estrecho de Peña Bejo, también conocido como el Caos de Bejo, una garganta que, tras su recorrido sinuoso, se abre majestuosamente al valle. Aquí, el visitante es recibido por montañas cuyas cumbres superan los 2.000 metros de altitud.

Este entorno montañoso no solo ofrece vistas panorámicas, sino que también alberga una biodiversidad rica y variada, convirtiendo a Polaciones en un paraíso para los amantes del senderismo y la observación de fauna y flora.

Pueblos con historia y carácter rural

El Valle de Polaciones está formado por trece pequeñas localidades que conservan la esencia de la vida rural en Cantabria. Sus pueblos, de calles empedradas y casonas de piedra con tejados de pizarra, se integran en un paisaje de verdes praderas y montañas imponentes.

Lejos de la masificación turística, cada uno de estos núcleos mantiene su identidad propia, ofreciendo una mirada auténtica a la historia y el carácter de la comunidad cántabra.

Lombraña, la capital del municipio, se sitúa en el corazón del valle y destaca por su arquitectura tradicional. La Casona de La Cotera, incluida en el Inventario General del Patrimonio Cultural de Cantabria, es uno de los mejores ejemplos de este legado arquitectónico. San Mamés, otro de los pueblos más destacados, guarda entre sus calles la Casa del Virrey, un edificio señorial que atestigua la importancia que tuvo la emigración en la historia de Polaciones.

A medida que se recorren las carreteras que atraviesan el valle, aparecen pequeñas aldeas donde el tiempo parece haberse detenido. En Pejanda y Belmonte, las casas de piedra se alzan entre prados donde aún pastan vacas y ovejas, manteniendo viva la tradición ganadera de la zona.

Callecedo y Cotillos, con su entorno tranquilo y vistas privilegiadas, ofrecen un contacto directo con la naturaleza, mientras que Tresabuela se distingue por su ubicación elevada, desde la que se pueden contemplar impresionantes panorámicas de todo el valle.

Más al norte, Puente Pumar se presenta como uno de los núcleos mejor conservados, con un conjunto urbanístico de gran valor. Sus casonas de piedra, como la Casa de los Coroneles, son testimonio de un pasado en el que esta localidad fue un punto clave en la defensa del territorio. Salceda, Santa Eulalia y Uznayo completan este recorrido por el valle envueltos en un entorno natural que refuerza su carácter único.

Patrimonio arquitectónico

En Puente Pumar, uno de los núcleos más representativos del valle, se conserva un conjunto de casonas de notable importancia. Entre ellas destaca la Casa del Arzobispo, con imponentes fachadas de sillería y amplios corredores de madera, testigos del estatus que alcanzaron algunas familias locales.

La arquitectura señorial también está presente en San Mamés, donde la Casa del Virrey se erige como un símbolo del auge económico que vivió la zona gracias a los retornados de América. En Lombraña, la Casona de La Cotera es otro ejemplo del esmero con el que se construyeron estas viviendas, muchas de ellas con escudos heráldicos y detalles en piedra tallada que reflejan la importancia de sus antiguos moradores.

Además de estas edificaciones civiles, Polaciones cuenta con un valioso patrimonio religioso. La iglesia de San Sebastián en Lombraña conserva vestigios de época románica, mientras que la iglesia de San Ignacio de Loyola en Tresabuela ha sido declarada conjunto histórico. Estas construcciones, junto con otras ermitas y templos, reflejan la profunda espiritualidad y tradición religiosa del valle. 

El aislamiento geográfico y la altitud de Polaciones han contribuido a la preservación de su arquitectura popular. Las construcciones tradicionales, muchas de ellas bien conservadas, ofrecen una visión auténtica de la vida rural en Cantabria y constituyen un atractivo para quienes buscan sumergirse en la historia y cultura locales.

El Valle de Polaciones se presenta como una joya escondida en Cantabria, un lugar donde la naturaleza, la historia y la cultura se entrelazan para ofrecer una experiencia única.

Alejado de las rutas turísticas más concurridas, este valle invita a quienes buscan descubrir paisajes, sumergirse en tradiciones vivas y disfrutar de la hospitalidad de sus gentes. Sin duda, Polaciones es un destino que merece ser explorado y apreciado en toda su magnitud.