El error de sentar a Pedri
El Atlético, que había marcado en Montjuïc en el último minuto del partido de Liga, marcó en el primer minuto del encuentro de Copa. Y ese gol de la araña Julián no era la primera oportunidad de los de Simeone. Sczcesny ya había tenido que mandar un remate del propio Álvarez a córner en la jugada inicial. Para hacer que la noche fuese todavía más rara, Griezmann anotó el 0-2 de contraataque tras una pérdida absurda de Koundé. Todo lo que podía salir mal, salía peor. Los de Flick no habían entrado a la semifinal y los de Simeone ya se veían en La Cartuja, el 26 de abril. E hicieron lo peor que podían hacer. Encerrarse atrás a aguantar los 85 minutos de partido para llegar al Metropolitano con un resultado espléndido. O quizá fue al revés. Fue el Barça que se disfrazó de equipo compacto, ambicioso, orgulloso y letal, y encerró a los colchoneros en su área.