Francia sienta en el banquillo al cirujano pederasta en serie
Arranca en Francia el mayor proceso judicial por pedocriminalidad de su historia con cifras que impresionan y una terrible historia detrás de un nombre propio, el del único acusado que se sienta desde este lunes en el banquillo del tribunal de Vannes en Bretaña, Joël Le Scouarnec, un excirujano de 74 años que comparece por violar o agredir sexualmente a casi 300 pacientes mientras estaban anestesiados, en su mayoría niños de menos de 15 años, durante un largo periodo de un cuarto de siglo, entre 1989 y 2014, durante el cual Le Scouarnec llegó a ejercer hasta en una decena de establecimientos médicos del oeste de Francia.
Serán cuatro meses de macroproceso con decenas de medios de comunicación internacionales acreditados en el tribunal de esta pequeña localidad de Bretaña que se prepara para ser un centro neurálgico de información en las próximas semanas, ya que a este proceso se lo compara en magnitud con el caso de violaciones en serie a Gisèle Pelicot orquestadas por su exmarido, celebrado este pasado otoño y que conmocionó al planeta. Le Scouarnec, que ya se encuentra en prisión por otro caso de violación a una niña de seis años vecina suya, se enfrenta a un máximo de 20 años, ya que la ley en Francia no permite la acumulación de penas.
La condena a Le Scouarnec parece segura ya que, además de haber reconocido casi todos los hechos, existe numerosa documentación en lo que se considera otro aspecto terriblemente tétrico del caso. Los investigadores cuentan con muchas pruebas ya que este excirujano relató al detalle en una serie de cuadernos y por escrito cada uno de los abusos y violaciones que cometía en su mesa de operaciones.
En sus escritos, Le Scouarnec narra prácticas pedófilas además de otra serie de parafilias que mezcla como escatofilia, zoofilia, o el uso de elementos como pelucas y pañales como elementos sexuales. Todos estos escritos han permitido un rastreo de su historial casi al detalle. En sus cuadernos, el propio Le Scouarnec se define como un «pedófilo perseguido por la sociedad». Sin embargo, los expertos no detectaron ninguna patología psiquiátrica en las pruebas posteriores.
Violación de sus sobrinas
Además, durante el allanamiento de su domicilio en 2017 se encontraron más de 50.000 fotografías y 5.000 vídeos violentos. Ese allanamiento se produjo en el contexto de la investigación sobre su vecina, que abrió la puerta a otros descubrimientos como la violación de sus sobrinas y otros casos de violencia sexual por los que fue condenado a 15 años en 2020.
La dimensión del caso Le Scouarnec va mucho más allá de su condena, que se da por hecha. Las familias de las víctimas quieren que este proceso sirva para esclarecer las fallas de todo un sistema, ya que el cirujano ejerció durante años en contacto con niños cuando ya existía una condena en 2005 por descargar pornografía infantil de internet gracias a un aviso del FBI a Francia. Tanto el Colegio de Médicos como varios de sus jefes era conocedores de la condena.
Varias asociaciones de protección de la infancia como La Voix de lenfant son parte civil del proceso y presentaron denuncia en 2023 contra el Ministerio de Sanidad y las autoridades judiciales por poner en peligro la vida de otras personas. Las víctimas, muchas de ellas traumatizadas al conocer los hechos décadas después, esperan que este juicio explique qué falló en el sistema. Durante los próximos cuatro meses de juicio se han programado siete días a puerta cerrada a los que tienen derecho exclusivamente las víctimas que eran menores en el momento de los hechos si así lo solicitan.
Le Scouarnec nació en París. Era el mayor de tres hermanos y muy buen alumno, y soñaba desde pequeño con convertirse en cirujano, algo que logró a principios de los 80. Se casó y tuvo tres hijos pero el matrimonio acabó roto a medida que aumentaron sus tendencias pedófilas. En la mayoría de los hospitales del oeste de Francia donde ejerció, sus compañeros no han dudado en definirle como «competente» y «discreto». Y aún con ello llegó a despertar dudas en dos de sus compañeros. Fuera del hospital, se aislaba. Vivía recluido en su domicilio, coleccionando escritos, fotos y vídeos de sus crímenes. «Joel vivía habitado por el diablo», llegó a declarar su exesposa en 2019 a la prensa francesa. Ahora, Francia se prepara para cuatro meses de turbios relatos del cirujano pederasta en serie.