Este es el vuelo más turbulento del planeta: ocurre en Sudamérica y atraviesa la Cordillera de los Andes
El trayecto aéreo entre Mendoza y Santiago de Chile, que abarca una distancia de 196 kilómetros (122 millas), fue señalado como el más turbulento del mundo en 2024, según información recopilada por el portal especializado Turbli. Este recorrido, que atraviesa la imponente cordillera de los Andes, registró un promedio de intensidad de turbulencia (EDR, por sus siglas en inglés) de 24.684, lo que lo posiciona en el primer lugar de un ranking que evalúa más de 10.000 rutas conectando 550 de los aeropuertos más importantes a nivel global.
Las turbulencias de origen orográfico, provocadas por la interacción del viento con la geografía montañosa, generan fuertes oscilaciones en la trayectoria de los aviones. Los expertos comparan este fenómeno con el impacto de una ola contra una roca en la costa: el aire se dispersa en múltiples direcciones al chocar con las montañas.
¿Qué más se sabe del trayecto aéreo entre Mendoza y Santiago de Chile?
Según el sitio especializado Turbli, la turbulencia en esta ruta es catalogada como “moderada”; sin embargo, su frecuencia y constancia la convierten en un reto habitual tanto para los pilotos como para los pasajeros. Este fenómeno es característico de los vuelos que atraviesan zonas montañosas y se origina por la interacción de los vientos con las elevadas cumbres de la cordillera de los Andes.
Dicho choque atmosférico da lugar a la formación de ondas de montaña, conocidas como 'lee waves', las cuales pueden propagarse hasta altitudes de aproximadamente 30 kilómetros (19 millas). Estas corrientes de aire ascendentes y descendentes afectan la estabilidad de las aeronaves, generando sacudidas bruscas que, en algunos casos, pueden resultar incómodas o incluso peligrosas.
¿De qué manera afecta el cambio climático a las turbulencias?
El cambio climático ha intensificado la fuerza de las turbulencias debido a modificaciones en la presión atmosférica y en la dirección de los vientos. Un elemento determinante en este fenómeno es la corriente en chorro, un flujo de aire de alta velocidad que se vuelve más potente al atravesar grandes cadenas montañosas como los Andes. Su interacción con masas de aire que se desplazan a diferentes velocidades genera alteraciones bruscas en la estabilidad del vuelo.
A pesar de la frecuencia con la que ocurren estas turbulencias, los expertos insisten en que no representan un peligro significativo para la seguridad de los vuelos. “Los aviones están diseñados para soportar estos movimientos y las tripulaciones cuentan con la capacidad de ajustar la altitud o la velocidad para reducir su impacto”, explican. Además, herramientas como Turbli brindan información en tiempo real, lo que permite a los pasajeros anticiparse a estos eventos y viajar con mayor tranquilidad.
Los Andes como epicentro de las turbulencias en Sudamérica
El impacto de esta cadena montañosa no se limita únicamente al vuelo entre Mendoza y Santiago. De acuerdo con los registros de Turbli, varias rutas en Sudamérica se encuentran entre las más turbulentas a nivel global. En este sentido, el vuelo entre Córdoba y Santiago ocupa el segundo puesto con un EDR promedio de 20.214, mientras que la ruta que conecta Mendoza con Salta se ubica en el tercer lugar con un EDR de 19.825.
Por otro lado, en Asia, los vuelos que atraviesan la cordillera del Himalaya también presentan una alta incidencia de turbulencias. En este contexto, la ruta entre Katmandú y Lhasa, en el Tíbet, se sitúa en la quinta posición a nivel mundial con un EDR de 18,817, seguida del trayecto entre Chengdu y Lhasa, que se encuentra en el sexto puesto con un EDR de 18.644.