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Este es el envoltorio para conservar el queso durante más tiempo: todos lo hemos hecho siempre mal

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Abc.es 
El queso es uno de los alimentos que peor se conservan, incluso aunque lo guardemos en la nevera. Da igual lo rápido que lo hagamos: al poco tiempo, puede volverse pegajoso, desarrollar moho o endurecerse hasta perder su sabor. En realidad, este problema se debe a un error que casi todos cometemos sin darnos cuenta: envolverlo de manera incorrecta. Pero, ¿cómo debería hacerse realmente? Sobre este tema habla en uno de sus libros de cocina Erika Kubick, que asegura que uno de los errores más comunes es dejar el producto en el envoltorio de plástico en el que viene del supermercado. Según la experta, el queso es un alimento vivo y necesita oxígeno para conservar su textura y sabor. Al envolverlo en plástico, se crea un ambiente demasiado húmedo en el que se favorece la proliferación de moho y se genera una superficie pegajosa e incómoda al tacto. Entonces, ¿cuál es la mejor forma de conservarlo? La clave está en sustituir el plástico por papel vegetal o papel especial para quesos. Este tipo de material permite que el queso respire al mismo tiempo que retiene la humedad suficiente para evitar que se reseque. Es importante asegurarse de que el queso quede completamente cubierto sin dejar partes expuestas al aire, ya que de lo contrario podría endurecerse y desarrollar una costra poco apetecible. Además de envolverlo correctamente, la ubicación dentro del frigorífico también juega un papel importante. La mejor opción es almacenarlo en el compartimento para lácteos o en una zona menos fría de la nevera , donde no haya cambios bruscos de temperatura. Si se guarda en una parte demasiado fría, podría perder parte de su textura y sabor originales, mientras que si se deja en un lugar con mucha humedad, podría echarse a perder más rápido. Si a pesar de todo, el queso desarrolla una costra dura, no significa que esté inservible. Simplemente basta con retirarla con un cuchillo y seguir almacenándolo correctamente. Otra recomendación de la experta es guardarlo dentro de una bolsa con cierre zip, pero sin apretar completamente. Antes de sellarla, hay que asegurarse de que quede algo de aire en su interior para que el queso pueda seguir respirando y conservando su humedad ideal. Por último, es importante recordar que la duración del queso depende de su tipo. Los quesos frescos, como la ricota, solo aguantan unos pocos días en buen estado, mientras que los quesos curados o con corteza pueden mantenerse óptimos durante varias semanas si se almacenan correctamente.