Trámite de urgencia para transformar el «Valle de los Caídos» de Pamplona
El Parlamento de Navarra ha admitido a trámite, en urgencia y lectura única, una proposición de ley para transformar el Monumento a los Caídos de Pamplona. La iniciativa presentada por PSN, EH Bildu y Geroa Bai, socios de Gobierno –y sin contar con Contigo Navarra– busca modificar la ley foral de reconocimiento y reparación moral de las víctimas navarras de 1936 y convertir el edificio en un espacio dedicado a la memoria histórica.
Para el portavoz de Geroa Bai, Pablo Azcona, la tramitación es «imprescindible para actuar sobre este símbolo franquista». En su opinión, permitirá «eliminar los elementos de propaganda totalitaria que aún persisten en el edificio», respetando al mismo tiempo la autonomía municipal. «Es un acuerdo de mínimos que nos permite avanzar y salir de la inacción frente a este edificio vergonzoso», afirmó, en el contexto del debate actual en el Ayuntamiento de Pamplona sobre su demolición o modificación parcial.
Tras las críticas recibidas, el representante de EH Bildu, Adolfo Araiz –exdirigente de Batasuna e histórico referente del entorno proetarra–, dijo que «todos debemos ser responsables de nuestros actos, pero algunos que están muy enfadados tendrían motivos para no estarlo tanto».
La iniciativa añade una nueva disposición adicional a la Ley Foral 33/2013, que «posibilitará la demolición de los elementos vinculados a la simbología fascista del Monumento a los Caídos y la creación en el edificio del centro de interpretación para la denuncia del fascismo y por la memoria democrática».
El acuerdo incluye la demolición de los elementos de «exaltación franquista» como las arquerías exteriores, las criptas en las que estaban los restos de Mola y Sanjurjo [exhumados en 2016] y los mármoles que incluyen inscripciones de Franco en el interior. No se demolerá la cúpula, que será tapada, y mantendrá las pinturas de Ramón Stolz de su interior «con el objeto de posibilitar una lectura crítica», según el acuerdo, que añade que serán usadas «para el estudio crítico a través de visionados restringidos a fines educativos, pedagógicos y/o académicos, ocultas al público en general».
La noticia indigna a Javier Campal, presidente de la Asociación por la Reconciliación y la Verdad Histórica, que litiga para salvaguardar el edificio, un empeño apoyado por un informe pericial sobre su valor patrimonial a cargo del arquitecto Ismael de la Barba. Para ello está en trámite en el Tribunal Superior de Justicia de Navarra un procedimiento para la declaración del enclave monumental como Bien de Interés Cultural (BIC) que obligue a su conservación. Y una campaña de firmas para una Iniciativa Legislativa Popular con el fin de que el Parlamento foral legisle para conservarlo.
De la Barba se apoya en que «las normas de catalogación del Plan Municipal de Pamplona siguen en vigor y cualquier intervención requiere un proceso de modificación con un informe preceptivo y vinculante de la Institución Príncipe de Viana y, en su caso, la aprobación en Pleno». Es un proceso en el que la «resignificación debe implicar la modificación del Plan General de Ordenación Urbana de Pamplona, con un expediente que tiene el mismo rango que la propia redacción del planeamiento», que «debe estar acompañado de todos los informes preceptivos y, además, dar participación a la población», con unos plazos que permiten una impugnación en los tribunales.
Por lo tanto, «técnicamente esta propuesta de la Comunidad Foral no tiene valor alguno, primero porque la modificación tiene que ser iniciada en el Ayuntamiento, y a partir de ahí seguir con la tramitación, que será aprobada definitivamente por la Comunidad. Pero la responsabilidad de diseñar el modelo de ciudad es municipal y hay que salvaguardar todas las garantías para que no se produzcan desmanes», explica el arquitecto, para quien se busca «dar legitimidad al Ayuntamiento para iniciar la modificación del PGOU y descatalogarlo».
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«Sin la traición del Arzobispado no se hubiera desacralizado»
Javier Campal lamenta la cruzada contra «el segundo monumento más grande que se hizo en época de Franco, que honra a los 4.700 caídos navarros en la Guerra Civil». Su explicación es que «estos tramposos y manipuladores, como ven que jurídicamente iban a tener muchos problemas con nuestro recurso y otros que se van a presentar, intentan blindar sus intenciones con una ley de urgencia en su Taifa con esa disposición adicional que les faculta a la demolición de elementos que consideren franquistas. Y a la creación en estos templos de centros de interpretación para la denuncia del franquismo», en referencia también «al Valle de los Caídos», convertido en cementerio civil con la Ley de Memoria. Opina Campal que «deberían levantar ellos un museo a sus caídos, o a los de ambos bandos, pero no son capaces», afirma. El presidente de la entidad que logró el BIC para la Pirámide de los Italianos en Burgos culpa «como cómplice necesario al Arzobispado y, en el caso de Cuelgamuros, a la Nunciatura Apostólica. Sin su traición la desacralización no hubiera sido posible», considera.
Asegura Campal que «no les basta con haber exhumado a Mola y Sanjurjo, no se van a quedar tranquilos: no pararán hasta tirar el templo». «No van dejarlo nunca, no tienen más argumentos que sembrar la polémica y dividir a la sociedad, como pasa en Cuelgamuros», continúa. «Quieren quitar los monumentos para borrar la historia de una guerra que nunca van a ganar, porque ya la perdieron. Quieren manipular la historia y hacerla suya, pero esta asociación no lo va a permitir», concluye.
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