Mbappé y Julián Álvarez dan lustre al gol
La esencia del fútbol se plasma en el Santiago Bernabéu. Al margen de árbitros, cartas, presiones o quejas, cuenta el talento y el brillo del gol. Real Madrid y Atlético empatan gracias a la elocuencia de sus estrellas, los jugadores que dan sentido a este deporte y hacen soñar a cualquier niño del mundo. Mbappé y Julián Álvarez resuelven con propiedad las urgencias de sus equipos. Rodrygo. El mejor del Madrid, profundo y hábil por la banda, rematador, buen pasador. Todo bien para el brasileño. Vinicius. Por el centro no hizo ningún daño en la primera parte. Por su banda fue un tormento en la segunda. Mbappé. No hizo mucho, pero marcó su gol de todos los días. Por el centro no es tan peligroso como en la banda. Tchouameni. Su puesto no es el de defensa central y lo volvió a mostrar. Estuvo lento y torpe en el penalti a Lino. Le cuesta correr hacia atrás. Asencio. Muy rápido y presto en los cruces. Sólido por su zona, hizo un buen partido. Le sobran ademanes y gestitos. Ceballos. Concentró el balón en sus pies durante muchos minutos, le dio sentido y jugó hacia adelante. Hizo una entrada fortísima a Llorente. Julián Álvarez. Se buscó la vida con soltura y afán. Tiro de penalti limpio. Provocó situaciones de gol de la nada. Oblak. Decisivo por su solvencia y seguridad. Paradas determinantes, sobre todo un mano a mano a Mbappé. Barrios. De menos a más, perdió balones al principio y rindió a gran nivel después. Duro en las disputas. Giuliano. Mal partido. Superado por el ritmo, muy poco atinado, impreciso. Falló un gol en una gran dejada de Julián. Griezmann. El Atlético echó en falta su claridad, la visión de juego. Intervino muy poco, alejado del área.