Leyla Cristóbal, un nuevo y brutal feminicidio
La profesora de El Agustino Leyla Cristóbal, a quien estaban buscando sus amigos y familiares desde el día de Año Nuevo, fue ubicada en la parte trasera de la vivienda de su presunto asesino, enterrada y a 50 centímetros de la superficie del patio. Fue identificada por pulseras y adornos que llevaba en los brazos.
Lo paradójico en este caso es que ha sido hallada en una residencia que ya había sido revisada bien por un contingente policial, que utilizó luminol (un químico que se aplica para detectar la presencia de sangre en pisos y paredes), y también el lugar fue recorrido por perros amaestrados. Nada raro se descubrió en esa ocasión.
El lugar siempre fue el centro de la atención de quienes buscaban a la profesora desaparecida. Era la vivienda de su pareja, quien se suicidó dentro de una celda tras ser detenido para ser interrogado por la desaparición de la joven. Cámaras del distrito también los muestran en las últimas horas del 2024, discutiendo y agrediéndose físicamente en plena calle.
El feminicidio ocurrido en esta ocasión pone en evidencia que el protocolo de búsqueda de mujeres desaparecidas, en casos en los que confluyen violencia habitual, amenazas previas y factores tales que hacen que los familiares tengan claridad sobre quién podría ser el sospechoso de la desaparición, no debería esperar tanto para acudir en auxilio de la víctima.
Las horas siguientes son fundamentales en hechos como estos. Mientras más rápido, mejor, y el resultado podría ser hallar con vida a la mujer desaparecida. En este caso se repiten los patrones como de manual, sin que eso dispare la acción policial rápida.
Ahora tendrá que investigarse por qué fracasó la inspección de la policía y por qué no dio con el lugar donde la habían enterrado. Será también útil que se renueve el protocolo de búsqueda de personas desaparecidas, en especial de las mujeres. No se puede perder tiempo valioso, que bien podría representar la preservación de la vida de las mujeres amenazadas. Se requiere una respuesta policial rápida y firme, consistente con la multiplicación de casos de feminicidios en el Perú.