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Groenlandia, una parte del Reino danés desde hace casi 600 años

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La primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, afirma que solo Groenlandia puede decidir el futuro de la isla en medio del interés de Donald Trump, pero ¿por qué Dinamarca gobernó el territorio en primer lugar? El propio EE UU desempeña un papel clave en la explicación.

Groenlandia no es en realidad parte de Dinamarca, sino uno de los tres territorios que forman el Reino Danés, junto con la propia Dinamarca y las Islas Feroe. El actual estatus de autonomía de Groenlandia entró en vigor en 2009, cuando Dinamarca aprobó una ley que ampliaba su independencia de Copenhague. Se reconoció al pueblo de Groenlandia como una nación bajo el derecho internacional y le otorgó el derecho a un Gobierno autónomo. Groenlandia tiene control sobre la mayoría de las áreas nacionales, incluidos los impuestos comerciales, los derechos mineros, la aviación, el derecho de familia, inmigración y el control de fronteras, junto con el control administrativo total sobre sus escuelas, atención a los ancianos e infraestructura.

El estatuto de 2009 también otorgó a Groenlandia el derecho a elegir su independencia plena en cualquier momento. Según la ley, Dinamarca estaría obligada a negociar la independencia con el gobierno de Groenlandia, siempre que su población así lo deseara.

La isla es autónoma desde 1979 y tiene su propia bandera, idioma e instituciones, pero el Poder Judicial, la política monetaria, la defensa y los asuntos exteriores siguen bajo control danés. El territorio ártico no tiene moneda propia, Constitución, ciudadanía ni Tribunal Supremo.

La primera presencia escandinava en Groenlandia fueron los vikingos, pero se marcharon hacia el siglo XV. La isla ártica fue colonizada por los daneses en el siglo XVIII, a partir de la llegada del sacerdote danés-noruego Hans Egede en 1721. La misión de Egede de convertir a la población inuit al cristianismo dio como resultado la fundación de una colonia danesa en Godthåb, que más tarde se rebautizó como Nuuk. La colonia estaba controlada desde Copenhague y se expandió a otras partes de la isla en décadas posteriores.

La soberanía de Dinamarca sobre la mayor parte de Groenlandia fue confirmada en 1921 con el reconocimiento de nada menos que EE UU, que tuvo voz y voto debido a su proximidad a Groenlandia, que geográficamente forma parte del continente norteamericano. Cuatro años antes, en 1917, Dinamarca acordó vender otra de sus colonias, un grupo de islas caribeñas entonces conocidas como las Indias Occidentales Danesas a EE UU por 25 millones de dólares y Washington asumió su administración en marzo de 1917, rebautizando el territorio como Islas Vírgenes de EE UU.

Dinamarca recibió el reconocimiento estadounidense de su soberanía sobre Groenlandia como parte del acuerdo. Aunque Noruega reclamó una parte nororiental de Groenlandia, esta fue rechazada por la Corte Internacional de La Haya en 1933.

En 1953, Dinamarca derogó el estatus de Groenlandia como colonia y la convirtió en un «amt», equivalente a una región en la Dinamarca actual, y otorgó a los groenlandeses ciudadanía y pasaportes daneses.

El historial de Dinamarca como potencia colonial en Groenlandia está lejos de ser limpio, con abusos que incluyen anticoncepción forzada y reubicación forzada de groenlandeses. En 1964 se adoptó una política denominada «fødestedskriterie» (criterios del lugar de nacimiento) que otorgaba salarios más altos por los mismos trabajos a los daneses que se trasladaban a Groenlandia que a los groenlandeses nativos. Los recién llegados daneses también recibían alojamiento y transporte gratuitos para sus visitas a Dinamarca. Esta política provocó protestas, pero no se abolió formalmente hasta 1991.

El autogobierno local se introdujo en en 1979. Fue la primera vez que Groenlandia tuvo su propio Parlamento. En 2008, el 75% de la población votó a favor de la autonomía. Al año siguiente se aprobó la ley que concedió a la isla el nivel de independencia que tiene hoy.

Con 57.000 habitantes repartidos en 2,2 millones de kilómetros, Groenlandia está geográficamente más cerca de América del Norte que de Europa. Se encuentra a unos 2.500 kilómetros de Copenhague, de la que depende para más de la mitad de su presupuesto. Los subsidios suponen una quinta parte de su PIB, y la industria pesquera constituye el otro pilar de su economía.

En su discurso de Año Nuevo, el primer ministro de Groenlandia, Mute Bourup Egede, aseguró que el territorio tenía que dar «un paso adelante» y dar forma a su propio futuro, «especialmente en lo que respecta a los socios comerciales y las personas con las que deberíamos colaborar estrechamente».