Lissely Ancira: Transición energética en México
La transición energética en México representa un reto y una oportunidad crucial en el camino hacia un futuro sostenible. En un país que combina una rica disponibilidad de recursos renovables con una fuerte dependencia de combustibles fósiles, el cambio hacia fuentes de energía limpia se perfila como un elemento esencial para cumplir con los compromisos ambientales internacionales y garantizar la seguridad energética a largo plazo.
El estado actual del sector energético
México cuenta con un amplio potencial para generar energía renovable, particularmente en solar, eólica, hidroeléctrica y geotérmica. Sin embargo, en los últimos años, el avance en esta área ha sido desigual. De acuerdo con la Secretaría de Energía (SENER), las energías renovables representaron aproximadamente el 30% de la generación eléctrica en 2023, con una mayor participación de las tecnologías eólica y solar. No obstante, el país sigue dependiendo significativamente del gas natural y el petróleo para satisfacer su demanda energética.
En este contexto, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ha mantenido un enfoque mixto, invirtiendo tanto en plantas de ciclo combinado que utilizan gas natural como en proyectos renovables. Aunque esto refleja una estrategia de transición gradual, también ha generado críticas por no priorizar con suficiente fuerza las energías limpias.
Compromisos internacionales y marco regulatorio
México ratificó el Acuerdo de París y estableció como meta generar el 35% de su energía a partir de fuentes limpias para 2024. Sin embargo, expertos señalan que el ritmo actual de implementación de proyectos renovables pone en duda la viabilidad de alcanzar este objetivo.
Además, las recientes reformas energéticas han suscitado controversia. La Ley de la Industria Eléctrica, que prioriza la energía generada por la CFE sobre la de productores privados, ha sido interpretada por algunos como un retroceso en la apertura del mercado energético. Esto podría disuadir la inversión extranjera y limitar el crecimiento de proyectos renovables.
Oportunidades en energía renovable
Pese a los desafíos regulatorios y políticos, México tiene un potencial inmenso en energías limpias:
- Energía solar: El país está entre los de mayor irradiación solar en el mundo, lo que lo convierte en un lugar ideal para parques solares. Estados como Sonora, Chihuahua y Baja California cuentan con grandes extensiones de terreno óptimas para este tipo de proyectos.
- Energía eólica: Regiones como el Istmo de Tehuantepec han demostrado ser ideales para la instalación de parques eólicos, con vientos constantes y de alta velocidad.
- Geotermia: México ocupa el sexto lugar a nivel mundial en capacidad instalada de energía geotérmica, con un potencial considerable para crecer en este área.
- Hidroeléctrica: Aunque ya es una de las principales fuentes de energía limpia en el país, el desafío está en modernizar la infraestructura existente para maximizar su eficiencia y reducir su impacto ambiental.
Desafíos en el camino
- Incertidumbre regulatoria: Las políticas energéticas deben ser claras y consistentes para atraer inversión privada en proyectos renovables.
- Financiamiento: Muchas comunidades rurales, donde se podrían desarrollar proyectos solares o eólicos, carecen de los recursos necesarios para implementar estas tecnologías.
- Infraestructura: Es crucial modernizar la red eléctrica para integrar de manera eficiente la energía renovable intermitente, como la solar y la eólica.
- Resistencia social: Algunos proyectos, particularmente los eólicos, han enfrentado oposición de comunidades locales debido a preocupaciones ambientales o de distribución de beneficios económicos.
El camino hacia un futuro sostenible
Para que México logre una transición energética efectiva, es fundamental adoptar un enfoque integral que involucre a todos los actores: gobierno, sector privado y sociedad civil. Algunas acciones clave incluyen:
- Políticas públicas claras: Diseñar un marco regulatorio que fomente la inversión en energías limpias y garantice transparencia en la toma de decisiones.
- Fomento a la innovación: Impulsar la investigación y el desarrollo en tecnologías renovables y almacenamiento de energía.
- Educación y sensibilización: Promover el conocimiento sobre los beneficios de la transición energética para aumentar la aceptación de proyectos.
La transición energética no es solo una necesidad ambiental, sino también una oportunidad para transformar el sistema energético mexicano en uno más sostenible, competitivo e inclusivo. Aunque el camino es desafiante, los beneficios de avanzar hacia una matriz energética más limpia son innegables, tanto para la economía como para el bienestar de las futuras generaciones.