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El Parlamento libanés elige al jefe del Ejército como presidente tras dos años de vacío

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El hasta ahora comandante del Ejército libanés, Joseph Aoun, fue elegido este jueves como el nuevo presidente del Líbano como candidato de consenso y por una amplia mayoría tras dos años de vacancia, en una posición que llena un importante vacío para el correcto funcionamiento de un país asediado por la guerra con Israel, la destrucción de sus infraestructuras y una catastrófica situación económica.

El condecorado militar se convierte así en el 14º presidente del Líbano y sucede en el cargo al nonagenario Michel Aoun (2016-2022), con el que no mantiene ningún parentesco pese a compartir apellido y quien también ejerció en la década de 1980 como comandante de las Fuerzas Armadas libanesas.

En el Líbano, estos dos importantes puestos -jefe del Estado y jefe del Ejército- están reservados por convención para miembros de la comunidad cristiana maronita, mientras que un musulmán suní debe ocupar el cargo de primer ministro y uno chií el de presidente del Parlamento. De esta forma, Aoun es el quinto jefe del Ejército elegido como presidente y el cuarto de manera consecutiva.

Militar de vocación formado en EE.UU. y Siria

Nacido el 10 de enero de 1964 en el suburbio de Sin al Fil, al este de Beirut, Aoun tuvo desde bien temprano la aspiración de convertirse en un alto cargo del Ejército, por lo que se unió a la institución castrense a los 19 años como voluntario y fue escalando poco a poco hasta llegar a lo más alto.

Su esfuerzo le llevó a pasar por todas las posiciones del escalafón, desde segundo teniente a los 21 años, hasta ser nombrado en marzo de 2017 como el nuevo comandante en jefe de las Fuerzas Armadas libanesas, un mandato que el Parlamento del Líbano le extendió por un año más a finales del pasado noviembre.

Aoun, caracterizado por partidarios y detractores como una persona dedicada y de confianza, realizó una gran cantidad de cursos en el extranjero, como dos de infantería y otro de entrenamiento antiterrorista en Estados Unidos, o de comando en Siria. Además, se preparó también en buceo militar y en inteligencia en el Líbano.

El nuevo presidente, de 60 años, está graduado en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, además de Ciencias Militares, mientras que habla fluido el inglés y el francés, además del árabe, su lengua materna. Según su currículo publicado en la página de las Fuerzas Armadas, también realizó un curso de español en 2010.

Una figura respetada y de confianza

Aoun, que nunca ha manifestado su intención de ser el presidente del Líbano, es una figura ampliamente respetada en el seno de la sociedad y la política libanesa, pese a tener también su círculo de detractores que al final han optado por no oponerse al nombramiento del hasta ahora jefe del Ejército.

Tras asumir el mando de las Fuerzas Armadas hace ocho años, el militar inició una campaña para combatir la corrupción dentro de la degradada institución castrense, algo que hizo que se ganara el respeto de los libaneses y de países que ayudan económicamente al Ejército, como es el caso de Estados Unidos.

De hecho, tras la devastadora explosión de 2020 en el puerto de Beirut, muchos miembros de la comunidad internacional mandaron asistencia estimada en decenas de miles de dólares directamente a las Fuerzas Armadas para su distribución, ante la gran desconfianza en las instituciones, partidos y figuras políticas del Líbano.

La popularidad de Aoun creció en 2021, cuando dio un discurso en el que criticó la gestión económica del Líbano, sumido en una crisis sin precedentes, y exigió a las autoridades que tomasen medidas para combatir la corrupción, mientras que advirtió que "los militares sufren y tienen hambre como el pueblo".

Su mandato como jefe del Ejército estuvo también marcado por la guerra entre Israel y el grupo chií Hizbulá -que se saldó en un año con más de 4.000 muertos solo en el Líbano-, un conflicto en la que las Fuerzas Armadas libanesas sufrieron decenas de bajas pese a que no participaron como beligerantes en el conflicto y solo realizaron tareas humanitarias y de socorro.

Tras la tregua acordada en noviembre, Aoun también tuvo el reto de desplegar a sus efectivos a las zonas del sur del Líbano tras la retirada de las tropas israelíes, una tarea que deberá completar como presidente para garantizar la implementación del alto el fuego y que los combatientes de Hizbulá no se aposten a lo largo de la frontera.