Las novedades del año en Córdoba: crece el rico abanico gastronómico
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La gastronomía de Córdoba, compleja y rica en matices, no cesa de crecer y el año 2024 ha supuesto la consolidación y el nacimiento de nuevos negocios, cada uno de ellos dotado de una fuerte personalidad. Han sido meses para ver nacer desde restaurantes y tabernas de corte tradicional a otros más marcados por la innovación y la creación. El Pórtico de San Lorenzo se convierte en un clásico de la plaza de San Lorenzo. Es una taberna de barrio con alma de restaurante que regentan Agustín Berrocal en sala y Francisco Carmona como jefe de cocina. Su santo y seña son los vinos y una cocina que les da precisamente un papel protagonista a los vinos y vinagres de Montilla-Moriles, tanto en su terraza como en el interior. La cultura, con la poesía y la pintura, tienen un lugar destacado y también las numerosas hermandades del barrio. Las croquetas, el salmorejo, la mazamorra, el flamenquín y las berenjenas están presentes en la carta, así como el rabo de toro al palo cortado. Si se opta por algo con un toque de innovación, no hay que dudar en pedir el risotto de boletus y presa ibérica, el pan bao de rabo de toro o de atún, las gyozas de pato, el bacalao confitado con langostinos y fino de Montilla-Moriles, y los noodles con verdura y abanico ibérico. Los torreznos de Soria con una base de un puré irlandés y las gambas cristal con huevos fritos y pimientos son otros platos suculentos. En plena zona centro de la ciudad el restaurante El Inkieto abrió en marzo en la plaza de la Trinidad, 3 (y también tiene entrada por la calle Montemayor) y es pura creatividad con una cocina que traspasa fronteras al fundir sabores. Alba Arévalo en la sala y el chef Luca Mazzarella toman influencias de la cocina asiática, suramericana y mediterránea para poner en la mesa las «lokuras gastronómicas de un italiano y una cordobesa» y hacer disfrutar a sus comensales. Los productos frescos y de temporada son la base de su carta, y lo ideal es pedir platos para compartir y poder probar varias de sus vistosas opciones. Alba Arévalo tiene una amplia experiencia en este sector mientras que Luca Mazzarella es un chef con un bagaje y trayectoria internacional. Se conocieron en Londres y eligieron Córdoba para desarrollar su proyecto. El ceviche de corvina, el pani puri de maiale tonnato (con cerdo ibérico del Valle de los Pedroches), gyozas de gamba y lardo, y las gyozas de guiso de jabalí son algunas de sus sugerencias. Todo ello se puede acompañar por su selección de vinos y al final no hay que dejar de pedir sus postres sorprendentes. Marzo fue también el mes en el que abrió sus puertas Asador Central en la calle Doce de octubre, 22, de manos de Simo Saber y Verónica González . Sus hornos zamoranos presiden la cocina que se ve desde la sala y los comensales observan cómo se prepara todo. Nada de freidoras ni microondas: todos los platos pasan por el horno o la parrilla con brasas de leña. El cordero lechal de Segovia es el rey, pero la variedad gastronómica es muy amplia y abarca desde el tumbet de berenjena y calabacín, los corazones de alcachofas con foie, las costillas de cerdo asadas hasta las mollejas. También incluye en su carta mariscos y pescados , como el calamar de potera, coquinas, pulpo, berberechos y gamba blanca. Como guisos al horno de leña destacan los callos, la carrillada y el ragout de toro. En la parte final de la comida, la tarta de queso hecha en el horno de leña es una de sus imprescindibles, así como el bizcocho. Otra novedad en Córdoba llegó con Titi Burger en la avenida del Gran Capitán, cuyo encanto está en sus hamburguesas y en la posibilidad de repetir patatas todas las veces que se desee al hacer su pedido. Sus 'smash burgers' van cocinadas a alta temperatura para un acabado crujiente. Ofrece ocho tipos de hamburguesas, que van desde la clásica hasta la vegana y la crujiente de pollo. Para empezar como opciones tiene tequeños, nachos con carne chili y guacamole casero, y alitas de barbacoa. Pero hay más, con la tarta de queso Payoyo, el Titibueno, que lleva crema de Kinder; y el Titichoco, con crema de Oreo. Y como batidos, las opciones son de Oreo, Lotus y galleta María. Su ambiente juvenil y diseño desenfadado son el lugar ideal donde paladearlo todo. En la plaza de San Pedro nació La Herencia by El Pisto , una nueva taberna que rinde homenaje a generaciones de taberneros, a la familia López Salazar, que estuvo al frente durante medio siglo de la taberna El Pisto. Este nuevo negocio, impulsado por los hermanos Rafael, Luis y Javier López, aporta a la tradición una oferta renovada que se adapta a los nuevos tiempos, con el chef Tomás Closa. No faltan las berenjenas, el salmorejo cordobés ni el rabo de toro, pero sorprende con el foie con amontillado y el tartar de salchichón. Toda la carta es sin gluten y sus vinos de Montilla-Moriles cohabitan con los vinos de Galicia y los platos más típicos de aquella región, como la empanada y el pulpo. En Nískalo , que estrenó emplazamiento en el barrio de Santa Rosa (calle Acacias) tras su estancia en la Sierra, el cordobés José María del Pino y la bilbaína Miren Luque acaban de soplar las velas del quinto aniversario de su restaurante. En él aportan a la gastronomía tradicional mediterránea mucha creatividad y una vistosa presentación a sus platos. Juegan mucho con los productos de temporada, como las setas, y las carnes más deliciosas. El mogote ibérico con reducción de cebolla, queso azul y manzana, junto con la berenjena asada reducción de miso, miel y guayaba, tostones de pan, queso feta y ali oli de manza son algunas de sus delicias. Así mismo, con el sello gastronómico de la Taberna de Almodóvar vio la luz la Taberna de Turruñuelos el pasado 18 de diciembre en la avenida de Turruñuelos. Es un lugar con estilo, impulsado por Ángel Sánchez y César Bermúdez , que en la cocina lleva el sello de Carmen Sánchez y presenta las célebres croquetas, la mazamorra y el salmorejo. Dispone de ambientes distintos: la terraza, un salón en la zona de la barra con mesas altas donde tomar cervecitas, vino, tapas y raciones, y un un saloncito de mesas bajas para comer como en un restaurante, pero con un toque más informal. Las copas por las tardes no pueden faltar.