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Otro «palo» de Hacienda

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Pues el año que viene comenzará con más de lo mismo: más déficit público, más deuda pública y más impuestos y tasas diversas por obra y gracia de Hacienda y la Seguridad Social. Pero, vayamos por partes. El lunes conocimos la revalorización de las pensiones vendida a bombo y platillo desde la sala de prensa de La Moncloa. Nada que objetar a esa subida, que beneficia a un gran número de españoles, salvo una pequeña cuestión de «matiz» –dicho con toda la ironía posible–: ¿quién paga eso, de dónde sale el dinero y hasta cuando se podrá estirar el chicle?

Cada día que pasa, está más claro que el sistema es insostenible y aquí viene otra pregunta: ¿servirá la nueva subida de impuestos a los que más ganan para equilibrarlo? Mucho me temo que no.

Y de ahí a lo siguiente, porque ese no va a ser el único incremento de impuestos, tasas y cotizaciones que nos espera a los sufridos contribuyentes, ya seamos personas físicas, incluidos autónomos, o jurídicas como las empresas. En total y según se publica hoy en estas mismas páginas, Hacienda se lleva 140.000 millones más que en el ejercicio 2018, cuando llegaron al poder el marido de Begoña y su banda. Pero tanto ha sido el aumento del gasto público desde entonces que ni con la subida de la presión fiscal y de las cotizaciones diversas se ha podido hacer frente al mismo, y se ha tenido que recurrir al déficit público –que se ha disparado– y a la deuda pública –que también se ha disparado)–. Pero esa situación tampoco se podrá sostener durante mucho tiempo. Llegados a este punto no me queda más remedio que pensar en lo que tendrá que hacer el próximo Gobierno que suceda al de Pedro Sánchez, sea del signo que sea.

Lo de apretarse el cinturón se va a quedar en nada comparado con lo que vendrá a partir del 1 de enero. Y es que un día más tarde o más temprano habrá que coger el toro por los cuernos, porque la subida de la presión fiscal a ciudadanos y empresas tiene un límite, la de las cotizaciones y tasazos diversos también, el déficit público no es infinito y la deuda pública tampoco puede crecer hasta el infinito. Es de cajón, se quiera ver, o no.