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Декабрь
2024

Comidas, cenas e infidelidades... ¿por qué se producen?

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Abc.es 
Las fiestas navideñas, a menudo consideradas como un periodo de celebración y unión familiar, también se han convertido en un momento propicio para las infidelidades. Pero cenas y comidas de cualquier época del año para celebrar 'algo', también. Las infidelidades son más probables en contextos festivos. Los encuentros sociales, así esporádicos con motivo de algo y, el estrés acumulado asociado a un ambiente de distensión, pueden crear momentos propicios para la deslealtad. La Navidad simboliza, en muchas culturas, un tiempo de renovación y reflexión. Sin embargo, también plantea desafíos emocionales que pueden generar insatisfacción en las relaciones de pareja. La aparente alegría de las celebraciones puede ocultar conflictos no resueltos y malestar emocional, lo que contribuye al aumento de infidelidades entre individuos que buscan satisfacción o validación fuera de su relación formal. Es tan fácil como una de estas comidas o cenas donde las parejas no suelen ir, donde se estrechan o inician lazos con personas habituales o con personas 'pendientes'. Además con la desinhibición que produce el alcohol y las ganas de ser infiel, ya tenemos un cóctel ideal para que se produzca un escarceo. Y es que a una de estas cenas o comidas ya se va casi siempre con un propósito ya hecho: «de hoy no pasa», por ejemplo. De hecho , al igual que al inicio y fin de las vacaciones, también las navidades son un punto de inflexión para los divorcios y creación de nuevas relaciones y aumento del número de embarazos. Con lo que también parece ser que las ganas de sexo también aumentan en general. Las reuniones familiares muchas veces funcionan de detonante para no aguantar ya más los problemas familiares y si además hay de por medio una de esas comidas o cenas de navidad (no familiares) que nos han despertado o han consolidado la atracción por otra persona, entonces tenemos un detonante para lanzarse a la libertad. En estos eventos se 'materializa' muchas veces, lo que en contextos habituales, (oficina, hospital, trabajo con más gente en general) uno no es capaz de expresar o plantear, y se inicia algo, o por otra parte, se consolida, como decía, lo que ya venía forjándose en meses previos…. Lo normal es que quien es infiel en estas fechas, lo sea por naturaleza, aunque no se haya estrenado aún en esta faceta suya. Y alguien pensará, 'no, no, no, yo infiel por naturaleza nada', pero sí existe, podría decirse, la predisposición. Yo que soy de Mora de Toledo, aquí se dice que «cuando se hace la cata al melón, ya no hay remedio con lo demás, se sigue con el melón». Y es cierto que quien comienza a ser infiel y ve que no pasa nada, se anima y repite, con la misma persona y/o con más. La verdad es que ser infiel, puede convertirse en una adicción cuando no hay miedo ni consecuencias. Los posibles sentimientos de culpa desaparecen según se repite y no pasa nada. Tu mujer te sigue queriendo y tú sigues haciendo el papel de tu vida con ella, e incluso hasta la quieres pero te has dado cuenta de que es posible estar con varias y no hay problema, sabes donde estás. Pero el riesgo que corres, no te quiero contar si te descubren, porque la confianza se iría totalmente al garete, y recuperarla también te cuento que es casi imposible. Así que, piensa bien que haces y lo que te juegas. Repito como en otros artículos, que hablo en femenino por ser mujer pero esto ocurre también al contrario. Varios estudios han indicado que el periodo navideño, en particular, se asocia con un incremento en la infidelidad, con un porcentaje estimado que varía entre el 20% y el 30% de las parejas reportando algún tipo de traición durante esta temporada. Un estudio realizado por la American Association for Marriage and Family Therapy señala que entre un 25% y un 40% de los encuestados admitieron haber comprometido la confianza en su relación durante las festividades. Estos datos destacan que los encuentros casuales suelen aumentar en eventos sociales asociados con las celebraciones, tales como cenas de empresa, reuniones familiares y fiestas de amigos. Nada que hay que contenerse o liarla con todas las consecuencias. Además, el 57% de las personas encuestadas en otro estudio indicó que se sienten más propensas a buscar nuevas conexiones emocionales o físicas debido a la atmósfera festiva y desinhibida que caracteriza esta época del año o cualquier contexto de distensión. Así, las estadísticas apuntan a que las celebraciones pueden servir como un catalizador para comportamientos que comprometen la lealtad. Dice un amigo, en tono gracioso, con quien comentaba sobre este artículo, que «es mejor comida que cena, así da más tiempo a ser infiel, ¡total, ya que lo eres!». Factores que influyen en el aumento de estas traiciones durante las celebraciones : - El ambiente festivo y el encuentro con viejos conocidos pueden dar lugar a conexiones inesperadas que desafían la lealtad a las parejas. - El consumo de alcohol en las celebraciones ha demostrado ser un factor significativo en la conducta de las personas. A menudo, el exceso de alcohol desinhibe a los individuos, lo que puede llevar a decisiones impulsivas y comportamientos que atentan contra la estabilidad de la relación. Pero no es la razón ni la excusa para lanzarse porque como digo siempre, cuando estas borracho no te lanzas a un coche ni te tiras por un puente, sabes lo que haces perfectamente, te desinhibes y te descontrolas, sabiéndolo siempre. Otra cosa es que ese estado de chute emocional (alcohol más anticipación de rollito), te empuje a hacerlo aun cuando después te sientas culpable una vez sobrio. Este cóctel de estrés, oportunidades y desinhibición se conjuga para aumentar el riesgo de infidelidades durante las cenas navideñas y las cenas y comidas grupales especiales, en general. En la base de estas situaciones evidentemente siempre hay unas razones personales además de estas contextuales, y las infidelidades manifiestan otras muchas posibles cosas como: - Tener problemas de pareja - No tener comunicación o poca con tu pareja. - Sentir que tu pareja no percibe los detalles que te agradan, que no corresponde de ninguna manera a los tuyos. Egoísmo - Compartir pocas emociones, poca empatía. La necesidad de contacto físico aunque sea en forma de abrazos, puede llevar a lo demás si estás con otra persona en un contexto relajado. - Tener pocas o nulas relaciones sexuales o poco satisfactorias también sin intento de resolver. - Estar reprimido por una pareja posesiva o celosa y a la mínima de cambio ahí tenemos la oportunidad de liberarnos….. - Tener la autoestima baja y necesitar inflar el ego a través del sexo, de 'ligar', o por el contrario tener la autoestima alta y volver a reforzarla con un polvo extra. - Los adictos al sexo buscarán implacablemente e incluso llevarán un 'plan' infalible, que hasta en un mismo dia dé para tener sexo con más de una sola persona. Ocurre con frecuencia eh! - El donjuanismo - La sensación de vacío emocional y de descoloque en este momento de tu vida. -La necesidad adrenalínica de jugársela, estar a tope de dopamina…. y seguro que alguna razón más se me escapa… Durante las festividades navideñas, las reuniones familiares involucran una serie de dinámicas complejas que pueden poner a prueba incluso las relaciones más sólidas. Además, de que se haya gestado semanas antes una conexión emocional o sexual con alguien del trabajo o no, pero ese día de la cena o comida de trabajo, todo vale y te escapas a consumar y a consumir. Por otro lado, la búsqueda de novedad y emoción también juega un papel crucial. La rutina y la monotonía en las relaciones a menudo llevan a que las personas busquen aventuras que rompan con la normalidad de su vida cotidiana. La tentación de explorar nuevas conexiones puede resultar irresistible para algunos. Esta necesidad de emoción puede ser exacerbada por el ambiente festivo, que a menudo está cargado de estímulos sensoriales, como la música, la decoración y la convivialidad, que facilitan la creación de conexiones efímeras pero irresistibles a veces porque en casa normalmente no tienes ese ambiente , aunque soy partidaria de que se le eche imaginación y de vez en cuando pongamos unas lucecitas, música, un buen vino y a disfrutar…. ¡Lo recomiendo muchas veces y funciona! ¿ Por qué te da vergüenza o ni te lo planteas con tu pareja? Es un plus que rompe la monotonía y libera endorfinas como no te imaginas. La infidelidad, especialmente durante las festividades navideñas, genera un profundo impacto emocional en la pareja afectada. La ruptura de la confianza constituye uno de los efectos más devastadores; la confianza es un pilar fundamental en cualquier relación y su pérdida puede inducir sentimientos de traición y desconfianza duradera. El infiel también puede enfrentar un cúmulo de sentimientos contradictorios, incluyendo culpa y remordimiento, sobre todo si ha sido esta infidelidad la primera y teniendo una buena relación de pareja. Este ciclo emocional, a menudo tumultuoso, requiere atención y apoyo psicológico. Si esta infidelidad se produce en una de estas comidas o cenas durante el periodo navideño, el impacto no solo suele ser sobre la pareja sino también sobre la familia que suele enterarse, y se reunirán con un ambiente familiar lleno de tensiones y conflictos emocionales que puede incluso perpetuar rencores y resentimientos hacia el infiel, si la pareja se mantiene con él, o ella. Una de las teorías más reconocidas en el ámbito psicológico es la teoría del apego, que sugiere que las personas que han desarrollado estilos de apego inseguro en sus relaciones tempranas pueden ser más propensas a ser infieles. Esta teoría sostiene que las inseguridades emocionales y la búsqueda de validación externa pueden motivar a un individuo a involucrarse en relaciones extramaritales. Necesidad de aprobación, necesidad de evitar críticas, dificultad para decir no….. La teoría evolutiva propone que la infidelidad no solo responde a necesidades emocionales, sino también a instintos biológicos que han perdurado a lo largo de la evolución humana. La unión y el compromiso minimizan las tentaciones de deslealtad. Diversos estudios han mostrado que quienes participan en relaciones extramatrimoniales a menudo reportan niveles elevados de ansiedad, depresión y culpa, derivados de la tensión que crea la duplicidad de sus vínculos, y suelen tener a veces el agravante de estrés de base necesitando desfogarlo de forma distinta pero jugándosela. La comunicación abierta en la pareja sobre las expectativas, deseos y temores puede desempeñar un papel crucial en la prevención de situaciones que lleven a la infidelidad.