Víctor Coyote: "Hay gente que reivindica lo auténtico pero yo pienso que hay que tener calle y también internet"
El artista presenta 'Si te falta calle', un cómic del tamaño de un single de vinilo, envuelto en atmósfera quinqui
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Mucha gente decide especializarse en un ámbito artístico que lo defina durante el resto de su trayectoria, pero lo cierto es que Víctor Aparicio (Tui, 1958), también conocido como Víctor Coyote, ha optado por hacer de todo durante su larga carrera. Impregnado por la música, la plástica y la literatura, el artista ha construido una obra que se mueve con naturalidad entre géneros y formatos.
Quizás por eso no sorprende que su último trabajo, Si te falta calle, sea un viaje a través de canciones, historias e imágenes (un cómic de edición limitada que se puede comprar en la tienda online de El Volcán). Un viaje que desembocó en el tradicional concierto de Navidad de Víctor Coyote de 2024, que supuso la presentación de este cómic-street-single el pasado 18 de diciembre en Madrid.
Acaba de publicar Si te falta calle, que define como un cómic-street-single. ¿En qué consiste?
Por cuestiones de trabajo, ahora mismo no tengo material para hacer un disco, así que he decidido ir sacando singles. Si te falta calle es uno de ellos. Como sacar un vinilo es muy caro y el cedé aún no ha vuelto tanto como lo va a hacer, me pareció buena idea lanzar un cómic que lleve a una descarga digital al single. A la gente le gusta que sea un formato original.
¿La música nace a raíz de los dibujos, o son los dibujos los que nacen inspirados por la música?
En este caso concreto son los dibujos los que nacen inspirados por la música. Hay otras veces que tengo una imagen en la cabeza, no necesariamente un dibujo, y después se convierte en canción. Pero la idea del cómic era hacer unos pequeños relatos que tuvieran que ver con el sentido de la canción sin llegar a ser ilustraciones sobre la letra. Son situaciones que no salen en la canción, pero que perfectamente podrían encajar en su ambiente de barrio bajo un tanto quinqui.
Si te falta calle recoge muchas influencias africanas. ¿Por qué le gusta explorar ese estilo musical?
En mi grupo de siempre, Los Coyotes, empezamos haciendo rockabilly [uno de los primeros subgéneros del rock and roll] con influencias latinas, africanas, caribeñas, tropicales... Así que es una influencia que ha estado siempre ahí. Lo que no hago son canciones que tienen que ver con el rock. A veces sí, pero en general cojo canciones mezcladas con bastantes estilos. No quiero imitar un merengue al estilo Rosalía que es lo que está haciendo ahora todo el mundo, como Karol G y toda esa gente. A mí me gusta hacer mías las cosas, llevarlas a mi terreno.
No debo pensar mucho en lo comercial o debo pensar equivocadamente porque nunca he tenido un gran hit
O sea, que no piensa en lo estrictamente comercial.
Sí que pienso en lo estrictamente comercial, pero no me enfoco en ello. De hecho, la música que hago no es difícil ni rara. No es una música como la de los Residents o algo contemporáneo completamente atonal. Así que en ese sentido sí es comercial, lo que pasa es que muchas veces no funciona. No debo pensar mucho en lo comercial o debo pensar equivocadamente porque nunca he tenido un gran hit.
El cómic es un conjunto de historias con muchísima ironía. En tiempos de mayor pesimismo en la sociedad, ¿demandamos más humor, o tenemos menos ganas de consumirlo?
El humor siempre está presente en mi arte, pero no es una cosa central. Al hacer algo que refleje la vida, tiene que haber un poco de humor. Y aunque estamos en tiempos jodidos, los ha habido más jodidos todavía. Se dice mucho que todo es horrible, que es verdad porque hay problemas muy graves como la vivienda, pero también se dice que antes la gente se ponía a trabajar y en dos años tenía pagada una casa, cuando conozco a gente que se ha podido comprar una casa a base de no viajar. Es evidente que el trabajo juvenil en España está fatal, pero llevo en Madrid muchísimo tiempo y, aunque ahora los pisos son más caros porque hay un turismo desaforado, siempre han sido muy caros.
El humor siempre está presente en mi arte, pero no es una cosa central. Al hacer algo que refleje la vida, tiene que haber un poco de humor. Y aunque estamos en tiempos jodidos, los ha habido más jodidos todavía
¿Qué trata de denunciar con estas historias?
No pretendo hacer una enseñanza moral de cada cosa que cuento. Ahora mismo existe una tendencia a que todo tenga una moraleja, y no todo tiene que tenerla. Mi posición está clara porque hablo de barrios chungos y, como con todo, eso ya es un posicionamiento político, ya que no estoy hablando de ambientes pijos, que me parecen menos interesantes. Así que ahí ya hay un posicionamiento moral. Pero no intento adoctrinar o decir qué está bien y qué está mal, como es la tendencia ahora tanto en la izquierda como en la derecha. Yo solo lo veo desde un punto de vista artístico.
Aunque la expresión Te falta calle es antigua, está volviendo entre los jóvenes. Se usa cuando dices algo que es obvio y que la otra persona debería saber.
Hay un tipo de gente que va reivindicando lo auténtico y que va diciendo que la mejor escuela es la calle. Tampoco soy partidario de eso, pero sí es verdad que hay que tener calle y hay que tener internet porque, igual que hay que aprender cosas necesarias en la calle, hay un montón de cosas que aprender en internet y en los libros. Así como en redes sociales encuentras contenido entretenido y gracioso, también hay contenido útil, como tutoriales. Lo que hay que hacer es que no te falte calle, que no te falten libros, que no te falte Internet y que no te falte todo aquello que quieras tener.
¿Y a usted le falta calle?
Si fuera a un barrio chungo de Filadelfia, seguramente me faltaría calle. O lo mismo si fuera a algún barrio chungo de Haití. Porque otra de las cosas que suceden en Madrid es que la derecha habla mucho de inseguridad, cuando aquí la inseguridad es limitada y de niveles bastante bajos. No sé si hay mucha más inseguridad en Brasil o en Haití, pero lo de la inseguridad en Madrid se dice para asustar. Todo es relativo. Nunca puede haber cero accidentes domésticos, cero enfermos, cero delincuencia... Pero, comparándolo con los niveles de delincuencia de países incluso de Europa, el nivel en España es bastante bajo.
No solo ha puesto música a ilustraciones o viceversa. El año pasado estuvo en el Thyssen dándole música a cuadros. ¿Cómo surgió aquello?
Les propuse esa idea porque en el Thyssen habían hecho eventos con gente tocado para algunas exposiciones. Les comenté que podría estar bien unir las dos cosas: tocar y comentar, relacionar determinados cuadros del museo con determinadas canciones mías. No es ponerse a comparar mis canciones con aquellos cuadros, pero es una forma de unir dos mundos y enlazar algunas disciplinas artísticas.
Ha habido un gran resurgimiento de los vinilos, ¿qué opina?
Me parece bien, es un formato que me gusta. Aunque lo de priorizar el formato sobre el contenido es una cosa de primer mundo. Prefiero escuchar un disco que me guste en el ordenador que escuchar un disco que no me guste en vinilo. Ahora editas un cómic o un libro y la gente lo coge para decir lo bien que huele. Estamos de acuerdo en que huele bien, pero no es lo importante. Un cómic no es un perfume y un vinilo no es una escultura. Prefiero un libro que me diga algo en una tableta a un libro que no me diga nada encuadernado en piel.
¿Cree que responde a la necesidad de volver a lo tangible en un mundo cada vez más digitalizado?
Es una posibilidad. Cuando se inventaron los restaurantes, la gente no pensó que ya no había que comer más en casa. Lo mismo pasa, por ejemplo, con el cine. A mí no me parece diferente una película que vea en mi casa que una que vea en el cine, pero a veces sí que me apetece ir al cine. Cada formato tiene sus ventajas y, mientras se pueda disfrutar de todos, ya está. Lo interesante es lo que dice el arte, no en qué formato lo dice.
Y, aprovechando que la semana pasada salió el Spotify Wrapped 2024, ¿qué dice de España que el artista más escuchado del año haya sido Myke Towers, seguido de Bad Bunny, Saiko, Quevedo...?
Yo soy gran partidario del reguetón. Como artista que lleva mucho tiempo haciendo música latina y reivindicándola, considero que el reguetón es el gran triunfo de la música latina sobre la música anglosajona. Todo el mundo dice que el ritmo del reguetón es machacón, pero es que el ritmo del rock también lo es. Me pasa algo que me sucede también con el rock o la música folk: alguna gente me gusta, y otra gente no me gusta.
El reguetón es el gran triunfo de la música latina sobre la música anglosajona. Se dice que el reguetón tiene letras machistas, ¿es que acaso el rock no las tiene desde hace siglos?
¿Le gusta Rosalía?
Sí, y además me parece un grandísimo talento. Motomami, por ejemplo, no es un disco nada fácil de hacer, juzgándolo desde los convencionalismos del mainstream. De hecho, el gran hit de ese disco, Despechá, es una canción que no estaba en la versión estándar y es un merengue de manual. Está hecha con máquinas, digitalmente, pero es un merengue muy clásico. Rosalía tiene mucho talento y tiene cosas que están muy, muy bien.
¿Y quién no le gusta?
Pues digamos que Bad Bunny no es de los que más me gustan, o me gusta poco para la fama que tiene. Prefiero a Rosalía, Becky G... Quevedo también me gusta. Para que luego digan que la gente joven no tiene cultura... [risas]. En serio, Quevedo está muy bien. Le ocurrió lo mismo que a Rosalía: lo ha petado con una canción que, aunque en este caso sea tecno, está en la línea de lo que lo petaba en los 90 o en los 2000. Su tema junto a Bizarrap es un pelotazo.
Sin embargo, aunque el reguetón es el género más escuchado en España, también es el más infravalorado. ¿Sigue habiendo prejuicios hacia lo popular?
Desde luego. Por parte de mi generación, y desde el punto de vista del rock, el reguetón es completamente denostado, lo cual me parece una tontería. Se dice hasta que el reguetón tiene letras machistas, ¿es que acaso el rock no las tiene desde hace siglos? Y, además, no todo el reguetón tiene letras machistas. Está claro que cada vez que salga algo nuevo, a la gente de las generaciones anteriores le va a parecer mal.
Prefiero escuchar un disco que me guste en el ordenador que escuchar un disco que no me guste en vinilo. Lo interesante es lo que dice el arte, no en qué formato lo dice.
Por otro lado, en el ámbito literario, el cómic se respeta mucho más que antes. ¿A qué cree que se debe?
Precisamente a que hubo un momento, a finales de los 90 y principios de los 2000, que el cómic pasó a llamarse novela gráfica. También coincidió en que empezó a hacerse un cómic que era extenso en páginas y bastante autobiográfico o autorreferencial. Recuerdo que en esa época tuvo mucho éxito el cómic Persépolis de Marjane Satrapi sobre las mujeres en Irán. Eso contribuyó a que las mujeres entraran en el cómic de manera muy directa. Hasta entonces el cómic era muy de hombres, muy de superhéroes y esas cosas, y por suerte entraron las mujeres, que leen mucho más que nosotros.
¿Cómo quiere seguir contando historias?
Lo que me alegra de no haber tenido un éxito del carajo en los 80, cuando empecé, es que no me siento obligado a hacer un repertorio que me demande la gente de manera brutal. Puedo tocar alguna canción antigua, pero acostumbro a tirar pa'lante con cosas nuevas. Me gusta la nostalgia solo en su justa medida. La vida es un poco eso. Yo soy piragüista, pero no disfruto entrenando ocho horas al día en una piragua. Prefiero hacerlo de vez en cuando.