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El colombiano que emigró a España, durmió en las calles y ahora lidera una financiera que ayuda a migrantes de Latinoamérica

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La historia de Harold Correa, fundador y CEO de Íkualo, es un relato de resiliencia, visión y compromiso con su comunidad. Este barranquillero que dejó Colombia buscando un futuro mejor en España se ha convertido en un símbolo de superación, llevando esperanza a miles de migrantes latinoamericanos que, como él, enfrentaron la exclusión financiera. A través de Íkualo, Harold ha creado una solución innovadora que transforma vidas, pero el camino hacia el éxito estuvo lleno de desafíos.

En entrevista para la República, Harold nos narra el inicio de Íkualo, la fintech creada para combatir la exclusión financiera que enfrentan los migrantes en Europa, especialmente en España. Este servicio permite a las personas abrir una cuenta bancaria con su pasaporte y un comprobante de residencia, algo que antes era prácticamente imposible para quienes no tienen un estatus migratorio regular. Con más de 50,000 usuarios, incluidos 7,000 peruanos en una comunidad de 238,000 migrantes peruanos en Europa, Íkualo se posiciona como una herramienta para mejorar la calidad de vida de los migrantes latinos.

Harold Correa busca fomentar la inclusión financiera en Europa para quienes son olvidados por la banca. Foto: Íkualo

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Un comienzo difícil: de Barranquilla a Madrid

Harold Correa nació en Barranquilla, Colombia, en el seno de una familia de bajos recursos. Como muchos jóvenes colombianos en los años 90, enfrentaba la difícil realidad de un país marcado por la violencia y las pocas oportunidades. "Quería estudiar y cambiar de vida, pero sabía que en Colombia eso sería imposible debido a mis recursos económicos", recuerda Harold.

Con apenas 300 euros en el bolsillo y un sueño en mente, Harold emigró a España. Llegó solo, sin conocer a nadie y con una mochila como único equipaje. Sin documentación ni red de apoyo, pronto se enfrentó a las duras condiciones que muchos migrantes experimentan al llegar a un nuevo país. “Dormí en albergues, y cuando no había espacio, dormía en parques. Llegué en mayo, todavía hacía frío en Madrid, y esas noches en la calle fueron de incertidumbre, pero yo sabía que era parte del proceso”, relata.

Sobrevivir con disciplina y determinación

Con los 300 euros que traía, Harold adoptó un método para maximizar cada céntimo. “Comía una sola vez al día en un buffet chino que quedaba a una hora caminando desde donde dormía. Dormir en la calle y enfrentar el frío no era fácil, pero siempre recordaba por qué estaba allí: quería estudiar y salir adelante”, dice.

A pesar de estas dificultades, Harold logró acceder a becas gracias a su excelencia académica. Esto le permitió estudiar y adquirir las herramientas que más adelante serían cruciales para construir su sueño.

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La exclusión financiera: un problema personal

Después de conseguir la documentación que le permitió trabajar en España, Harold comenzó a mejorar su situación. Trabajó en construcción, lavando platos y en varios empleos más hasta que logró un puesto en una corporación bancaria. Fue allí donde conoció de cerca los desafíos que enfrentan los migrantes para acceder a servicios financieros.

“Yo mismo sufrí la exclusión financiera en primera persona. Al principio, llevaba el dinero en la mochila o lo guardaba bajo el colchón, como muchos migrantes todavía hacen. No podía abrir una cuenta bancaria solo con mi pasaporte, y eso se convirtió en un problema recurrente para toda nuestra comunidad”, explica. Este desafío personal y el de su comunidad lo inspiraron a buscar una solución.

Nace Íkualo: una fintech para migrantes

Uniendo su pasión por las finanzas y la tecnología, Harold comenzó a trabajar en Íkualo, una superapp financiera que permite a los migrantes abrir cuentas bancarias con su pasaporte, enviar dinero internacionalmente en segundos y acceder a otros servicios financieros. "Nuestro propósito es claro: ayudar a nuestra gente y unir a nuestra comunidad. Queremos empoderar a los migrantes y darles acceso al sistema financiero para que puedan construir una vida mejor", afirma Harold.

El camino no fue fácil. Obtener las licencias necesarias para operar en el estricto sistema bancario europeo llevó más de dos años y medio. “Los procesos de regulación son arduos, especialmente cuando estás trabajando para un mercado migrante que tradicionalmente ha sido ignorado. Pero sabíamos que era la única forma de garantizar seguridad y confianza a nuestros usuarios”, señala Harold.

Desde su lanzamiento, Íkualo ha cambiado la vida de miles de migrantes en Europa. “Recibimos llamadas de familias agradeciéndonos por lo que hacemos. Mujeres que trabajaban como internas en casas y que no podían recibir su salario porque no tenían una cuenta bancaria nos dicen que su vida ha cambiado. Esas historias son nuestro motor”, comparte Harold.

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Actualmente, Íkualo cuenta con más de 50,000 usuarios en España, incluidos 7,000 peruanos, una comunidad con altas tasas de exclusión financiera. Además de las cuentas bancarias, la fintech ha lanzado servicios como leasing de coches para migrantes y está desarrollando una línea de préstamos para seguir apoyando a su comunidad.

Para Harold, los valores que aprendió durante su infancia en Colombia y su resiliencia frente a las adversidades han sido fundamentales para su éxito. “La disciplina, la honestidad y la resiliencia son esenciales. Emprender no es fácil; vas a encontrar altibajos, pero lo importante es no rendirse y creer en lo que haces. Si tu idea realmente impacta y ayuda a otros, eso marcará la diferencia”, reflexiona.

Además, Harold enfatiza la importancia de aprender del fracaso. “El fracaso es solo un paso más hacia el éxito. En Íkualo aplicamos esta filosofía: fracasa rápido, fracasa barato. Esto nos permite aprender y mejorar continuamente.”

Un mensaje para los migrantes

Para aquellos que enfrentan las mismas barreras que él enfrentó, Harold tiene un consejo claro: “Si pueden, intenten emigrar con documentación y busquen construir una red de apoyo rápidamente. No se queden en su zona de confort, inclúyanse en la sociedad, aprendan y aprovechen cada oportunidad. Sobre todo, no se rindan.”

La historia de Harold Correa es un testimonio de cómo los sueños, combinados con esfuerzo y perseverancia, pueden transformar vidas. Íkualo no solo representa una solución financiera, sino también la esperanza de un futuro más justo para los migrantes en Europa y más allá. “Nosotros creemos en nuestra gente, la arropamos y la ayudamos a empoderarse. Porque una comunidad sin acceso al sistema financiero está condenada a la pobreza, y eso es lo que queremos evitar”, concluye Harold.