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Alumno de la UNI recuerda que en el colegio le decían que no tenía el nivel para estudiar ingeniería: "Me sentía frustrado"

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Emhir Rodríguez, un joven que enfrentó la incredulidad de maestros y compañeros, logró ingresar a la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) a pesar de sus bajas calificaciones en el colegio. Su historia es un testimonio de perseverancia y dedicación.

Desde su etapa escolar, se propuso alcanzar su sueño de estudiar ingeniería, a pesar de que sus notas no lo favorecían. Con una preparación intensa de más de ocho horas diarias en matemáticas, física y química, demostró que el esfuerzo puede superar las limitaciones académicas. “En quinto de secundaria te separaban por salones según la universidad que querías postular (...) No era el mejor, pero quería estudiar en la UNI”, compartió Rodríguez en su canal de YouTube Enrro24.

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El camino hacia la UNI no fue fácil. Emhir enfrentó críticas y dudas sobre su capacidad para estudiar ingeniería, lo que lo llevó a momentos de frustración. Sin embargo, su determinación lo impulsó a seguir adelante, convirtiendo cada obstáculo en una oportunidad para mejorar.

Desafíos en la preparación

Durante su preparación, no solo tuvo que lidiar con el contenido académico, sino también con la presión externa. Recibió comentarios desalentadores de su tutora, quien sugirió a sus padres que debería optar por una carrera de letras en lugar de ingeniería. “Me sentía frustrado y enojado al escuchar eso”, recordó. A pesar de las adversidades, encontró motivación en una conversación con un compañero de clase, lo que lo llevó a intensificar su preparación.

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Un esfuerzo constante

Para mejorar sus habilidades, asistió a clases de reforzamiento en su academia y trabajó en un almacén de paquetes para financiar sus estudios. "Me puse a trabajar y estudiar. Mi trabajo era en un almacén de paquetes… lo hacía para pagar la academia y para comprarme los libros y todo eso, porque no quería absolutamente nada de nadie", relató.

Sin embargo, el cansancio acumulado le pasó factura, y tuvo que dejar su trabajo para concentrarse en su preparación. “A veces me quedaba dormido en las clases por el cansancio y me sacaban del salón”, confesó.

El ingreso a la UNI

Después de dos años de preparación, Emhir finalmente logró su objetivo. En su tercer examen de admisión, se sintió seguro y preparado. “Empecé a resolver y el examen de Física lo acabé en media hora y me sentí feliz porque ese era mi peor curso en el colegio”, relató. Con una calificación de 17 en el examen, su esfuerzo fue recompensado y alcanzó una vacante para la carrera de Ciencias de la Computación.