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El primer café de Iberoamérica se creó en Perú, aunque su fundador no fue peruano: se ubicó en Lima y era concurrido por intelectuales

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En el siglo XVIII, la vida social en América Latina experimentó cambios notables, especialmente en las grandes urbes que antiguamente fueron colonias europeas. Una de las transformaciones más importantes se dio en Lima, Perú, donde se estableció el primer café de Iberoamérica. Inspirados en los modelos europeos, estos lugares emergieron como puntos de encuentro para los intelectuales de la época. Curiosamente, el fundador de este comercio no fue un criollo ni un peruano, sino un extranjero que llegó a revolucionar la rutina social y cultural de la capital peruana.

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¿Quién fue el fundador del primer café de Iberoamérica?

El creador del primer café en Perú y de toda Iberoamérica fue Francisco Serio, un italiano que llegó a Lima en una época en la que los espacios de encuentro social estaban limitados a bodegones y cocinerías. Serio, con espíritu innovador y una visión moderna, trajo consigo la idea de los cafés europeos, muy populares en la segunda mitad del siglo XVII en ciudades como Londres o París, a la capital peruana en 1771, según fuentes de la época como el “Rasgo histórico y filosófico sobre los cafées de Lima”, publicado en el Mercurio Peruano en 1791.

Asimismo, en el libro “Cafés y fondas en Lima ilustrada y romántica” de Oswaldo Holguín Callo se relata que en ese entonces llegaron a la capital peruana ciudadanos italianos y franceses “con poca o mucha experiencia en la preparación de comidas y bebidas, entre los cuales hubo quienes entraron a trabajar en casas importantes, o quienes decidieron abrir y dirigir, generalmente en sociedad con un paisano, establecimientos propios de su oficio: fondas, bodegones, cafés, panaderías, etc”.

Cafés y fondas en Lima ilustrada y romántica de Oswaldo Holguín Callo. Foto: Librería El Virrey.

¿Por qué tardaron en llegar las cafeterías a América?

Aunque los cafés ya eran comunes en Europa desde el siglo XVII, su llegada a América tardó varias décadas debido a las características particulares de la región. Según Holguín Callo, quien citó a López Cantos en su libro, la principal razón fue la política: “superados impedimentos y trabas, aparecieron en algunas ciudades principales en las últimas décadas del siglo XVIII”.

En el viejo continente, eran espacios esenciales de la vida política, social y cultural, llegando a convertirse pronto en los ambientes preferidos para el debate y el de sociedades secretas, donde se “conspiró y fraguó algaradas callejeras y hasta revoluciones”.

Imagen referencial del primer café de Perú y de Iberoamérica. Foto: Café "Don Feliciano".

¿Cómo era el primer café del Perú que fundó Francisco Serio?

El café que Francisco Serio estableció en la calle de Santo Domingo, o del Correo Viejo, como una “tienda de nueva invención y estraña para el país, esto es, un cafée’”, relata Holguín en su libro. En 1775, el migrante italiano transfirió la propiedad y un año después, fundó el Café de Bodegones, cuyo nombre lo asignó por la calle donde se ubicaba. El establecimiento era un espacio elegante que, además de las bebidas, contaba con un salón de billar y juegos de mesa como ajedrez y damas. El lugar fue frecuentado por funcionarios públicos, intelectuales y comerciantes adinerados, hasta su cierre en 1860.