La mujer y la empresa: retos y desafíos
Hace muchos años conversé con una gran amiga y le pedí su opinión sobre ¿dónde debería enfocar mis esfuerzos probono? ¿Cómo podía yo aportar más a nuestro país? Y su respuesta fue inmediata, con una gran sonrisa dijo: ¡Súmate a organizaciones profesionales con mujeres que apoyen el desarrollo de otras mujeres! ¡La mujer es el mejor camino para hacer grande al país!
En el panorama actual en las empresas, el papel de la mujer es un factor crucial para garantizar el crecimiento y la sostenibilidad de las organizaciones. Sin embargo, a pesar de los avances en la inclusión y la equidad de género en el ámbito laboral, aún existen desafíos muy importantes que nos requieren un análisis con un enfoque en la dimensión financiera y toma de decisiones. La participación de las mujeres en el ámbito corporativo no solo promueve la equidad social, sino que también tiene un impacto directo en los resultados financieros de las empresas. En el documento Visión IMEF 2024-2030 se estima que, si se implementarán acciones para incorporar a 8 millones de mujeres a la economía formal, en 2030 el PIB de México podría ser hasta 15 por ciento más alto que el reportado en 2020.
Aunque a nivel mundial la presencia de las mujeres ha aumentado en las empresas, llegando a representar el 23 por ciento de participación en los consejos, 8 por ciento de mujeres que presiden un consejo y 6 por ciento en direcciones generales, aún falta un gran camino a recorrer para alcanzar la equidad en toma de decisiones y participación (Women in the boardroom: A global perspective; Deloitte, 2024). Sin embargo, tenemos datos de cómo en Estados Unidos la participación de mujeres en la alta dirección disminuyó considerablemente, llegando a decrecer en lo correspondiente a Alta Dirección. En cuanto al caso de México, solo el 5 por ciento de los consejos son presididos por una mujer y en promedio, la representación de consejeras se mantiene en el 13 por ciento, lo que nos lleva a pensar que en su mayoría son las mismas empresas y consejeras, y que no ha habido ni movilidad ni avance en representación (Mujeres en las Empresas 2024 Las Brechas Persisten. IMCO, KIIK, 2024)
Uno de los retos más significativos que enfrentan las mujeres en el mundo empresarial es la brecha de financiamiento. A nivel global, se estima que las mujeres emprendedoras reciben un 30 por ciento menos de inversión que sus homólogos masculinos. Esta disparidad se traduce en menos oportunidades para el crecimiento y la expansión de negocios liderados por mujeres, limitando así su contribución al Producto Interno Bruto (PIB). En México, existe una brecha de 9.6 por ciento en la tenencia de financiamiento en 2021 con respecto a las empresas de mujeres. (Blanco, S. H. 2023. BRECHAS EN EL FINANCIAMIENTO A LAS EMPRESAS DE MUJERES. México: Estudios Económicos CNBV.)
Además de la brecha de financiamiento, las mujeres también enfrentan obstáculos culturales y estructurales que afectan su participación en el liderazgo empresarial y la participación de toma de decisiones. El estudio Visión IMEF 2024-2030 revela que, al incluir una mayor diversidad de género en los equipos de alta dirección, las empresas no solo mejoran su rendimiento financiero, sino que también fomentan una cultura organizativa más innovadora y adaptable.
Para las empresas que buscan fomentar un ambiente inclusivo y equitativo, la implementación de políticas de diversidad de género es esencial. La adopción de pautas que promuevan la igualdad en el acceso a financiamiento y la promoción de mujeres en roles de liderazgo no solo es un imperativo ético, sino también un motor de rendimiento financiero y de crecimiento para el país. Asimismo, es imperativo que las instituciones financieras reconsideren sus criterios de evaluación para el financiamiento de empresas lideradas por mujeres.
Los retos que enfrentamos son evidentes, pero con un enfoque estratégico en la inclusión financiera, la capacitación y el apoyo institucional, es posible transformar estos desafíos en oportunidades. La clave está en reconocer el valor que las mujeres aportamos al ecosistema empresarial en todos los niveles y esto fomentará un entorno próspero.