EE.UU. subvenciona una tecnológica taiwanesa con 400 millones en plena guerra comercial con China
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La Secretaría de Comercio de Estados Unidos ha anunciado la finalización de un acuerdo por importe de 406 millones de dólares con la empresa de fabricación de tecnología taiwanesa GlobalWafers , con el fin de potenciar la producción de silicio en Estados Unidos. Los fondos se destinarán principalmente a la construcción de plantas de silicio en Texas y Misuri, y establecerán la primera gran producción estadounidense de este material, recurso de incalculable valor en la producción de tecnología y del cual recibe su nombre la meca de la innovación estadounidense, Silicon Valley . El silicio es un material crucial en la fabricación de semiconductores, uno de los elementos centrales de la guerra comercial entre China y Estados Unidos . A través de este movimiento, la potencia occidental logra matar dos pájaros de un tiro. Apoyando a Taiwán , niega en rotundo las pretensiones de China sobre la isla , que en Pekín consideran su territorio histórico. Por otra parte, EE.UU. fortalece la producción local de semiconductores, aumentando la independencia estadounidense de China en la carrera tecnológica. La administración Biden , liderada por la secretaria de Comercio Gina Raimondo , ya había afirmado en numerosas ocasiones su intención de impulsar la fabricación local de semiconductores. De hecho, Raimondo ya anunció la intención del gobierno de trabajar con GlobalWafers. «Tendrán un papel crucial en potenciar la industria de semiconductores estadounidense, proporcionando una fuente local de obleas de silicio», afirmó Raimondo en el mes de julio. En los últimos coletazos de su mandato, han logrado sacar adelante un acuerdo multimillonario para desmarcarse de China , dando un paso más hacia el liderazgo de un sector clave como el tecnológico. El subsidio aprobado por el gobierno permitirá la creación de aproximadamente 880 puestos de trabajo en fábricas de silicio, así como 1.700 empleos de construcción de dichas plantas. La CEO de GlobalWafers, Doris Hsu , ha declarado estar «expectantes por innovar con nuestros clientes estadounidenses durante los próximos años». Ya en 2022, en plena administración Biden , GlobalWafers declaró su intención de construir una planta de cinco millones de dólares en Texas, con el fin de fabricar obleas de silicio de 300 milímetros, usadas en semiconductores. La empresa taiwanesa forma parte del oligopolio de las obleas de silicio, controlado por cinco compañías. Aproximadamente un 90% de estos componentes se producen en el sudeste asiático. A través de este revolucionario avance, GlobalWafers pretende construir y expandir sus instalaciones en Sherman, Texas , usada para producir obleas de silicio necesarias para chips de memoria. Del mismo modo, la compañía pretende inaugurar una nueva planta en St. Peters, Misuri , que enfrentará la tarea de nutrir de obleas a los departamentos de defensa y espacio de los Estados Unidos. Esta subvención se enmarca en el programa de subsidios «Chips & Science Act», que destinó 52,7 mil millones de dólares a fomentar la investigación y fabricación de semiconductores en el país. De cara a la transición hacia el mandato de Trump , Joe Biden ha dedicado significativos esfuerzos a finalizar la adjudicación de las subvenciones correspondientes al programa. La semana pasada, la secretaría de Comercio ultimó un subsidio de 6.165 millones de dólares a la empresa nacional Micron Technology , con el fin de incentivar la fabricación de semiconductores en Nueva York y Ohio. Entre otras subvenciones, el gobierno estadounidense ha entregado más de 7.000 millones de dólares a Intel , 6.600 a Taiwan Semiconductor Manufacturing Co. , y 1.500 millones a GlobalFoundries , tratando de reforzar su posición comercial respecto a China en un conflicto que no hace más que recrudecerse.