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Asesinato de Javier Valdez, la cuenta pendiente del ‘Mini Lic’ en México

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"A Miroslava Breach la mataron por lengua larga. Que nos maten a todos, si esa es la condena de muerte por reportear este infierno. No al silencio", protestó Javier Valdez en su cuenta de Twitter en marzo de 2017 luego de que su colega fuera asesinada en Chihuahua. Nadie imaginó que, tan solo dos meses después, el periodista se convertiría en objetivo de un ataque armado que terminó con su vida. El homicidio del cofundador del semanario Ríodoce desnudó nuevamente el abandono del gremio periodístico en México y desató una ola de indignación que en los últimos días volvió a avivarse tras la reaprehensión de Dámaso López Serrano en Estados Unidos.​Y es que, antes de convertirse en colaborador de la fiscalía estadunidense, el Mini Lic fue señalado en México como el autor intelectual del asesinato de Javier Valdez, un crimen en donde la impunidad se convirtió en protagonista y cuya sombra sigue de cerca el regreso del cabecilla del Cártel de Sinaloa.La pluma incómoda del crimen organizado en Sinaloa​Javier Valdez fue un periodista sinaloense cuyo talento narrativo plasmó la realidad abrumadora de vivir en un lugar controlado por el crimen organizado. Tal y como lo describen compañeros y amigos en entregas publicadas por Ríodoce, la valentía para reportear era su gran virtud."Propuso un género híbrido que revelaba las estructuras de la maldad y sus mecanismos protegiendo la identidad de las víctimas, que plasmaba el horror y la sevicia, sin olvidar las encrucijadas de las almas transidas por la tragedia del narcotráfico", recordó J. Francisco De Anda Corral en el marco del séptimo aniversario luctuoso del también reportero de La Jornada. Marcela Turati, escritora y periodista, describe a Javier Valdez como un "corresponsal de guerra en su propia tierra" pues gracias a su pluma fueron registradas centenares de historias de víctimas del crimen organizado en Sinaloa.Viudas, huérfanos, familiares de víctimas de desaparición y hasta propios integrantes del Cártel de Sinaloa figuraron en la cartera de fuentes con las que el fundador de Ríodoce expuso las dinámicas de la delincuencia organizada cuyos tentáculos se arraigaron en la cotidianidad de las y los sinaloenses pero también la política local.Fue precisamente ese olfato periodístico lo que comenzó a incomodar a las esferas del poder en Sinaloa quienes, al ver amenazados sus intereses por la pluma del periodista, recurrieron al único lenguaje que conocen para intentar silenciarlo: la violencia. ¿Quién mató a Javier Valdez?El homicidio del fundador de Ríodoce se suscitó en medio de un turbulento momento para el Cártel de Sinaloa. Era 2017 y Joaquín El Chapo Guzmán había sido detenido por tercera y definitiva vez, dejando su legado criminal en manos de al menos cuatro de sus hijos: Los Chapitos. Los hermanos Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar así como Ovidio y Joaquín Guzmán López ascendieron en el organigrama criminal tras la extradición de su padre a Estados Unidos y, no conformes con la repartición del negocio, desataron un conflicto interno en contra de Dámaso López Núñez, un viejo socio y amigo del Chapo. El Licenciado, como es mejor conocido, ganó relevancia en el Cártel de Sinaloa y el hampa de México luego de que su cargo como Subdirector del Penal de Puente Grande fuera aprovechado para cuadrar laprimera fuga de Joaquín Guzmán Loera de prisión.A pesar de su trayectoria como abogado, Dámaso López Núñez emprendió el camino de la criminalidad ofrecida por El Chapo al grado de llegar a conformar su propia facción del Cártel de Sinaloa.A la derecha de El Licenciado se ubicó su hijo, Dámaso López Serrano, cuyo destino parecía haber estado escrito al crecer en el ambiente ostentoso y violento característico del narcotráfico. Javier Valdez, con la valentía y vocación que lo caracterizó, seguía de cerca el conflicto entre Los Dámaso y Los Chapitos, la irrupción de una célula criminal en territorios de la otra, las balaceras, así como sus vínculos, contactos y rasgos de la personalidad de quienes se enfrentaban.La primera alerta se encendió para el periodista con un reportaje que forma parte de la edición 734 del semanario Ríodoce. Fechado en febrero de 2017, Valdez recuperó el testimonio de un integrante de Los Dámaso quien, a nombre del Licenciado, negó que dicha facción estuviera detrás de un ataque a Los Chapitos y a Ismael El Mayo Zambada.Aquella respuesta de Dámaso López Núñez trascendió luego de que los hijos de El Chapo enviaron una carta al periodista Ciro Gómez Leyva en la que lo responsabilizaban de la agresión. El vocero del Licenciado aseguró que su jefe mantenía una buena relación con El Mayo y señaló a Los Chapitos de orquestar una especie de golpe de estado en contra de su facción. "El señor Zambada es pacifista y ha luchado para que esto se solucione, pero los muchachos y su tío, el Guano, no lo obedecen y se sienten que son más que Zambada, y no respetan la decisión del señor Joaquín Guzmán Loera, de mantener los negocios como estaban, cada quien en sus regiones, y de tener comunicación y coordinación", citó Javier Valdez a su entrevistado en su entrega publicada en Ríodoce. El fundador de Ríodoce fue increpado por enviados de los hijos de El Chapo para solicitar que no se imprimiera el trabajo resultante de dicho encuentro con el vocero de Los Dámaso, una petición que el periodista negó. El día que el texto fue publicado, a cada uno de los puntos de venta fueron enviados equipos de compradores que dejaron fuera de circulación la edición 734 de Ríodoce. Dicha censura no lo detuvo, pues para el 20 de febrero de 2017 el contenido íntegro fue puesto a disposición en el portal de internet del semanario. Además de un texto que ubicaba a Los Dámaso como los responsables de reclutar como pistolero a un joven que inicialmente había sido internado para tratar problemas de adicciones, Javier Valdez realizó una publicación antes de morir que figuró como el detonante de su asesinato. El 7 de mayo de 2017 la crónica Dámaso y la escuela del gran dadordescribió a través de testimonios el reacomodo que dicha facción del Cártel de Sinaloa atravesaba en medio de la pugna con Los Chapitos y tras la detención deDámaso López Núñezen la Ciudad de México cinco días antes.Las fuentes de Javier Valdez describieron a detalles la intensas fiestas de Los Dámaso en el Valle de San Lorenzo así como el comportamiento y personalidad del Mini Lic: “El Mini Lic, narco de corridos por encargo y pistolero de utilería y de fin de semana [...] a él le gusta mostrar una que tiene cachas de oro e incrustaciones. Sabe de camionetas de lujo y de paseos y de huateques [...] nada qué ver con el capo en ciernes, el sucesor del Chapo o de su padre. Nada [...] él solo anda en fiestas y gasta lo de su papá, pero no se dice que haga trabajos de esos, de los narcos [...]no lo vemos como alguien que puede ocupar la posición de jefe como su padre”, rezan los testimonios recabados por el fundador de Ríodoce en la que se convirtió en una de sus últimas entregas. Ocho días después de que saliera la edición 745 del semanario, Javier Valdez fue asesinado. Dos sicarios siguieron el vehículo en el que viajaba tras salir de su trabajo, lo interceptaron, lo obligaron a bajarse y dispararon a quemarropa. Trece detonaciones acabaron con la vida del fundador de Ríodoce.Los autores materiales del homicidio del periodista fueron identificados como Luis Idefonso "N", alias El diablo, y Juan Francisco "P", mejor conocido como El Quillo.El seguimiento que Ríodoce dio a ambos procedimientos judiciales en la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos en contra de la Libertad de Expresión (FEADLE) señaló que la principal línea de investigación adoptada fue el trabajo periodístico de Javier Valdez, en especial sus últimas publicaciones. Pese a los intentos de la defensa de los acusados por desestimar dicho factor, el entonces titular de la FEADLE, Ricardo Sánchez Pérez del Pozo, dijo que los testimonios presentados apuntaron a Dámaso López Serrano como el autor intelectual del asesinato.En entrevista con el periodista Luis Chaparro, el Mini Lic negó estar detrás del asesinato de Javier Valdez y aseguró que fue un plan que Los Chapitos idearon e incluso financiaron para inculparlo y provocar su extradición a México, donde está fichado como traidor por la amplia colaboración que tuvo con la fiscalía estadunidense tras entregarse voluntariamente en julio de 2017.Tres años después, en México se giró una orden de aprehensión federal en contra del Mini Lic así como una solicitud de extradición por su presunta responsabilidad en el asesinato del fundador de Ríodoce, sin embargo, para entonces la información proporcionada de más de un centenar de miembros del Cártel de Sinaloa ya le habían valido una corta estadía en prisión así como la posibilidad de vivir tranquilamente en Estados Unidos. La reaprehensión de Dámaso López Serrano en Virginia por cargos relacionados al tráfico de fentanilo abre la posibilidad de que Estados Unidos someta su proceso judicial a medidas más estrictas en donde su extradición a México podría volverse realidad. México, el país en donde la memoria de Javier Valdez vive y donde la cabeza del Mini Lic tiene precio. ATJ