Parece un barco, pero es un restaurante: así es el lujoso 'Orient Express' de Granada
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Sentirse como en una novela de Agatha Christie pero sin tener temor a que ocurra un asesinato y, además, vivir una experiencia gastronómica excepcional, es lo que propone un restaurante de Granada: el Al Andalus Expresso . Se trata de un local construido en un vagón de tren en el que no morirás envenenado pero podrás realizar un viaje en el tiempo a bordo de un auténtico ferrocarril de época y disfrutar de una comida de gran calidad. Ubicado en Las Gabias, un pueblo situado a las afueras de Granada, este tren convertido en restaurante recrea realmente cómo era la vida hace casi cien años. En el exterior, una pequeña estación de tren con un andén, una pérgola con vigas de hierro imitando un hangar y una terraza realizada con traviesas y hormigón impreso predicen lo que en el interior es un auténtico viaje al pasado . Sus cortinas color oro, el suelo de madera y lámparas antiguas permiten a los comensales trasladarse a ese tren que ha sido escenario de tantas novelas de Agatha Christie (autora de 'Asesinato en el Orient Express) y en el que la propia escritora viajó en varias ocasiones. Además de la espectacular ambientación, Al Andalus Expresso ofrece una amplia variedad de comida. Así, se pueden disfrutar de entrantes como ensalada de queso de cabra caramelizada con manzana, tomates cherry, nueces y vinagreta de Pedro Ximénez, tartar de salmón con aguacate y tostas, foie de pato con picada de fruta, remojón granadino o habitas con jamón y huevo. Como carnes , el restaurante cocina pierna de cochinillo asada con patatas panaderas y parmentier de manzana, carrillada de ternera estofada al estilo tradicional, lomo alto de ternera o milhojas de secreto ibérico con ciruela pasas, jamón serrano y patatas dado, entre otras cosas. Para los amantes del mar , Al Andalus Expresso ofrece salmón en papillote, chipirones rellenos, dorada o lubina al horno, arroz caldoso de marismo y manzanilla o lomo de bacalao gratinado con alioli y escalivada. En cuanto a los postres se puede pedir desde brownie de chocolate con nueces y helado de vainilla a tiramisú, soufflé de chocolate con sorbete de mandarina, tarta de lima, crepe de frutas con chocolate caliente y, por supuesto, los tradicionales piononos de Granada. Respecto a los precios de la comida, los platos oscilan entre los 13 y los 28 euros. Los postres, entre los 4,50 euros y los 7 euros. El horario del restaurante es viernes de 21.00 horas a 00.30 horas; sábados de 14.00 a 17.00 horas y de 21.30 a 0.30 horas y domingos de 14.00 a 17.00 horas. La idea de este restaurante surgió de Ángel e Isabel, dos emprendedores granadinos amantes de los trenes antiguos y de la restauración. En el año 2002 tuvieron la idea de crear un restaurante en un vagón de tren gracias a que se les presentó la gran oportunidad de adquirir dos vagones del mítico tren Al Ándalus Expreso. «Siempre tuvimos muy claro que queríamos recrear una atmósfera con el encanto de estos vagones en el pasado y darle un ambiente de tranquilidad, comodidad y calidez para poder disfrutar de la gastronomía sin prisas», afirman. Y así comenzaron a llevar a cabo este proceso de restauración que les ha llevado a tener este particular establecimiento. Como detallan, los revestimientos se hicieron con madera de nogal americano, molduras macizas y marquetería francesa en raíz de nogal de una pieza. Todo realizado a medida por Antonio Martínez, ebanista con más de 20 años de experiencia en Madrid. Realizaron a medida el mobiliario, las mesas, las puertas y las vidrieras, ya que tenían que ajustar todo a las medidas del vagón. Adquirieron el resto de los elementos decorativos en una empresa local de Granada con la que pudieron diseñar y personalizar las lamparitas para las mesas, los apliques de pared y los plafones del techo… Todo pensado para conseguir el ambiente deseado. Como detallan, tanto los apliques como las lamparitas de las mesas están realizadas en bronce envejecido , con tulipas de cristal satinado dorado, que matizan la luz y crean una atmosfera cálida en el ambiente. La tela para las cortinas y la tapicería de las sillas, que también se hicieron a medida, se eligieron en tonos dorados y rojo granate. La mantelería tiene los colores acordes con los colores de las sillas y las cortinas; la cubertería de la marca Cruz de Malta de diseño clásico y la vajilla de porcelana blanca de Irabia , todo buscado para que estuvieran en consonancia con el ambiente que se quería conseguir y evocar el glamour de los años 30. «Tuvimos que alicatar y colocar la solería, ya que los revestimientos en las cocinas de los trenes de la época eran de madera para absorber los ruidos y las vibraciones », comentan. En cuanto a los baños interiores los hicieron con mármol travertino y madera de nogal americano con espejos antiguos dorados, un reloj de pie carrillón antiguo, todo recreando la decoración de los años 30. Los baños se comunican con el vagón-restaurante por un hall realizado en madera. Como concluyen los gerentes, muchas personas eligen el restaurante para celebrar una noche especial en pareja . Pero otros eligen el local para grupos , por lo que han dispuesto de salones privados. Además, el Al Ándalus Express ofrece menús especiales y «experiencias» que muchos eligen para regalar a sus seres queridos.