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Sergio Bitar: “El concepto de la Concertación ha sido repuesto por la historia”

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Como “paradojal” describe el histórico dirigente del PPD y ex ministro de los gobiernos de Salvador Allende, Ricardo Lagos y Michelle Bachelet, Sergio Bitar, el giro manifestado por distintos sectores políticos respecto al reconocimiento del periodo de la Concertación que hoy sostiene “ha sido repuesto por la historia“.

Luego de que en el peak de las manifestaciones durante el estallido social, la herencia de este proyecto político fuera totalmente desacreditado, con el paso del tiempo distintas voces han retrocedido y reivindicado dicho periodo.

Tras el primer proceso constitucional, llamativo fue que el Presidente Gabriel Boric incluyera a figuras de ese mundo en su equipo como la ministra Carolina Tohá en Interior. Ahora, de cara al próximo ciclo electoral, los partidos buscan construir alianzas amplias que permitan gobernabilidad y lograr acuerdos, emulando el periodo de la Concertación. Incluso en la derecha, la presidenciable de Chile Vamos, Evelyn Matthei, señaló que el sector debe aspirar “a algo parecido” a la Concertación.

En entrevista con Radio y Diario Universidad de Chile, el ex presidente del PPD defendió que hoy el desafío no es replicar, pero sí tomar este proyecto político como una inspiración para ser “buen gobierno“, y desarrollar “una capacidad de expresión de centro izquierda viable, con mayoría, recogiendo lo que es el futuro para instalar un proyecto chileno que dé desarrollo”. Además, abogó por “no tener un antagonismo ideológico total con la centro derecha“.

 ¿Cómo ve este giro en el reconocimiento de lo que fue la Concertación?

Mirando la historia, y lo que he vivido personal y directamente desde los tiempos de (Eduardo) Frei Montalva, pasando por la Unidad Popular, la prisión y el exilio, yo tengo la convicción de que los 20 años de la Concertación son bajo cualquier concepto el mejor periodo de la historia republicana de Chile, desde 1810 a 2010.

Con todos sus defectos y en el momento histórico en que se verifica: término de la Unión Soviética, evolución en occidente hacia formas más socialdemócrata, los nuevos desafíos democráticos que empiezan a tomar cuerpo antes en América Latina y en otras zonas, el término de las dictaduras. Todo eso constituye un contexto histórico que explica aquello.

¿Se puede reiterar en el tiempo y hacer lo mismo? No, son momentos históricos, sin embargo, dejan enseñanzas de cómo hacer buen gobierno, cómo fortalecer la democracia, tener valores que sostengan lo que es una democracia porque esto no es una pura operación institucional, hay que tener valores. Esto no es la simple reproducción de cosas que hubo, no, es un espíritu que debe reponerse institucionalmente, políticamente, valóricamente para que Chile progrese.

Ahora, es bien sorprendente o paradojal que los sectores de derecha que fueron implacables con la Concertación, la trabaron lo más posible, llegamos a acuerdos casi empujándolos para tener democracia y luego, al otro tiempo, durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet, un sector de la izquierda se tornó tremendamente agresivo con la Concertación. Esas dos fuerzas están cambiando de opinión y lo más importante es que el concepto de la Concertación ha sido repuesto por la historia, entonces está bien que aprendamos de aquello.

¿Existe un anhelo por ese país de la Concertación?, ¿cuáles son las razones que identifica?

Hay dos o tres razones principales en esto. La primera es que después de la década que parte en 2010 y termina ahora, el zig-zag de derecha a izquierda y de izquierda a derecha, donde cada uno cree que tiene la verdad y cada uno cambia lo que hizo el anterior, es simplemente un caldo de cultivo para la incapacidad y la ineficiencia, que además quedó adornado con dos situaciones de rechazo a dos constituciones. Y eso entonces algunos lo identifican con la Concertación que fue, en efecto, la articulación más amplia de gente que quería libertad y democracia, de derecha y de izquierda si uno toma mi propio partido, el PPD.

Lo segundo, es que el mundo que viene es extremadamente complejo y un país de 20 millones tiene que entender cómo es ese mundo y los desafíos del cambio climático, de la inteligencia artificial, los problemas geopolíticos, las dos guerras que estamos viviendo ahora. Ese cuadro también requiere un nuevo proyecto que recoja aquello y que haga de Chile en su energía solar y su hidrógeno verde, y su cobre y su litio y su desalación de agua, un capital para expandirse y crecer en beneficio también de la humanidad.

Y, lo tercero, es que sin mayoría tú no te mueves, entonces todos piensan que la Concertación fue un ejemplo de construir mayoría, pero el desafío hoy día es no simplemente replicar: desarrollar una capacidad de expresión de la centro izquierda viable con mayoría recogiendo lo que es el futuro para instalar un proyecto chileno que dé desarrollo hacia adelante. Yo creo que eso es lo que ilustra la Concertación, ahora a la derecha puede querer copiar algo si gana, y ojalá lo haga, que se amplíe un poco y que deje de lado a la extrema derecha porque si no, eso no va a funcionar.

¿Es de los que tiene una evaluación negativa del sistema político actual? Cuando se habla de la Concertación es por un diagnóstico de falta de consensos.

Cuando tú hablas de acuerdos tienes que tener, primero, una predisposición intelectual, moral y una visión de Chile para encaminarte, pero además tienes que tener instituciones, normas, que apoyen esa actitud. Hoy eso no lo tenemos. Yo creo que la reforma del sistema electoral, que es el corazón de una democracia, cambió el sistema binominal, del cual yo era partidario de cambiarlo, para poder tener más representación y no enclaustrarse en dos posturas, además cuando una era mentirosa porque la mayoría no era mayoría, o sea empataba a la mayoría con el 40%, así partió la Concertación los primeros 10 años.

Esa fórmula tenemos que mejorarla porque en la reforma que se hizo en el 2015, en el segundo gobierno de Bachelet, tiene dificultades obvias que se han ido ampliando. Tenemos 20 y tantos partidos, hay una cantidad de partidos en creación y otros ya autorizados, podemos llegar a 30 ¿cómo diablos vamos a caminar como país con 30 partidos?

Yo soy partidario de avanzar en eso, pero avanzar conversando y arreglando, por ejemplo, el número de firmas para ir como candidato independiente se bajaron, eso no sirve, tiene que subirse de nuevo, el número de firmas para hacer un partido nuevo tiene que hacerse mucho más complejo para cumplir condiciones de programación, de inteligencia, de apertura, democracia interna y de tamaño que permitan considerar posiciones comunes para poder coincidir con otros y llegar a acuerdos. Entonces, hay que avanzar en la institucionalidad y el cambio del sistema político.

Sobre el próximo ciclo electoral, ¿usted está por repensar la alianza de gobierno? 

Yo pienso así, los partidos no son objetivos, son medios, instrumentos, el objetivo es cómo quiere uno construir una sociedad mejor con más igualdad, con más libertad, con sustentabilidad con inteligencia, ciencia y tecnología y con convivencia y mayor felicidad en la ciudadanía, eso es lo que percibo. Yo creo que el mejor diseño para eso se acerca lo que fue la Concertación que es una fórmula de centro izquierda y, por lo tanto, dentro de la izquierda esa centro izquierda tiene que tomar primacía, y en torno a esas ideas, lo cual no quita que uno pueda tener un acuerdo electoral más amplio.

Hay que pensar en futuros proyectos, generar más debate y no tener un antagonismo ideológico total con la centro derecha porque, por último, el gran acuerdo dentro del cual debemos situarnos para competir en democracia tiene que ser uno entre centro derecha y centro izquierda principalmente, y parte de ese acuerdo es reducir el espacio a la ultra izquierda y a la ultraderecha que viven de la polarización y del antagonismo, no del progreso del país.

¿Significa el mismo PPD, el mismo PS, los mismos partidos, la misma fórmula? Yo lo dudo, hoy podemos instalar formas de agrupación mayores que recojan el sentimiento de independientes que son mayoritarios en el espacio progresista de la centro izquierda. Ésa es la tarea que tenemos.

Hablaba de pactos lo más amplios posibles pero, por ejemplo, desde la Democracia Cristiana no existe voluntad de pactar con el PC…

Yo creo que hay que revisar los conceptos en función de qué se persigue y cómo se articula la fuerza para lograrlo, si yo percibo que el camino es el que he mencionado y yo puedo favorecerlo, y no tengo toda la fuerza necesaria para lograrlo, tengo que asociarme con otros. Hay que saber distinguir lo que es el objetivo estratégico del tipo de sociedad que uno quiere con los acuerdos electorales para lograrlo, porque esto no son de suma cero. Si yo avanzo en mi espacio, aunque haya otros que no piensen como yo, pero prevalece lo que yo creo que es mejor para Chile, yo me alío, creo que tenemos que tener flexibilidad.

Donde hay que pelearla de verdad es que no se imponga una lógica que diga que (Nicolás) Maduro es demócrata, pelearla de verdad en el sentido de no creer que el señor (José Antonio) Kast va a ser una democracia, o sea, pelearla de verdad de buscar entendimiento amplios en la perspectiva de crecer, la economía tiene que crecer, pelearla de verdad porque aquí la izquierda entienda de una vez que la seguridad es fundamental para que haya democracia y que las migraciones, por muy partidario que uno sea de la migración, tiene que regularla porque si se pasan de la raya termina habiendo xenofobia y se retrocede en lo que uno persigue.

¿Del socialismo democrático debería provenir el próximo candidato presidencial de esta gran alianza de centro izquierda?

Yo preferiría eso absolutamente, o sea, y para eso uno puede pensar en un gran acuerdo que sea así o en una primaria que tenga garantías de que los valores que tú buscas prevalezcan en buena parte y que la expresión “Socialismo Democrático”, que es la que se ha llegado hasta ahora, prevalezca.

Ahora también quiero mirar qué pasa en el Frente Amplio. Hay jóvenes de mucha calidad, cuántos de ellos están viendo una posición como ésta como consecuencia de su propia práctica de gobernar. Que uno hace lo que quiere, no, hace lo que puede. Inspirado, claro, en lo que quiere, pero no todo.

¿Esa generación lo que busca es desplazar?  Como se lo intentó, de decir nosotros aquí somos los superiores y manejamos esto o va a entender que hay que tener diálogo intergeneracional, reconocer la historia mejor y no despreciarla, que no hay que tener arrogancia de que tú eres mejor que el otro. Eso se está produciendo, nadie tiene la verdad y hay que estar abierto a verlo, pero si tú me preguntas cuál es el camino: a mi juicio es esa expresión de centro izquierda con las denominaciones que tenga y por lo tanto uno lucha porque una persona de su espacio sea la conducción, gane o pierda pero marque un rumbo.

Se nombra a Carolina Tohá…

Es la persona que tiene las mejores cualidades, de experiencia, le dio sentido a este gobierno, defendió los espacios de seguridad, es una de las personas que más sabe de seguridad, ha sido alcaldesa, ha sido diputada, ha sido ministra, tiene una tradición, estuvo junto a Ricardo Lagos cuando se plantó el dedo a Pinochet siendo muy joven.

Ahora ¿basta con eso? No, está metida en una pega súper difícil. Yo quiero saber quién puede salir de esa pega bien parado, es muy difícil, pero lo ha hecho con dignidad, con entereza, lo ha hecho bien porque nunca se han tomado más decisiones para defenderse de la nueva realidad mundial, de un crimen organizado que en Chile no existía, de una inmigración desbordada, de una pandemia complicada.

Entonces, claro, eso puede hacerla no muy popular, pero yo creo que es una persona que tiene todas esas cualidades. Ahora veremos cómo va hacia adelante. Por lo menos yo la apoyo, me gusta que sea ella, gane o pierda, que marque un rumbo.