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Restauran la colección de vehículos de lujo de la Casa Real griega

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Abc.es 
Nordeste de Atenas, a unos 20 kilómetros de la capital helena, se halla la antigua finca real de Tatoi, residencia de verano de los monarcas griegos. En el siglo XIX, el arquitecto sajón Ernst Ziller, impresionado por la belleza de este verde paraje, convenció al monarca Jorge I de Grecia para construir allí la residencia estival. La familia real helena adquirió en 1873 un total de 1.600 hectáreas que, cuatros años después, una resolución parlamentaria ampliarían el terreno con más de tres mil hectáreas más. En este entorno idílico, Doña Sofía pasó parte de su infancia rodeada de pinos, encinas y castaños y, según cuentan, desarrolló su pasión por la arqueología excavando en el yacimiento arqueológico de Dekelias, ubicado dentro del terreno de la finca real. La gran actividad agrícola, vinícola y ganadera de la finca, acabaron convirtiendo en Tatoi en un microcosmos y lugar de residencia permanente de los trabajadores al servicio de la casa real; formando una comunidad autosuficiente y próspera gracias a la venta del excedente de sus productos agropecuarios y su vino. En 1973, con la expulsión de Grecia de la familia real, la finca quedará abandonada a su suerte hasta que, en febrero del año 1991, varios camiones contratados desde el exilio por el exmonarca, consiguieran llevarse innumerables objetos de valor dejando atrás, sin embargo, la colección real de automóviles. En el año 1994, el primer ministro griego, Andreas Papandreu, acusó a la familia real griega de expolio, nacionalizó la finca de Tatoi y retiró la ciudadanía griega al exmonarca Constantino, hermano de Doña Sofía. Finalmente, Constantino, tras agotar todas las vías judiciales posibles, consiguió que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos le reconociese que Tatoi era propiedad de la Casa Real y que el estado heleno debería pasar una indemnización de 13,2 millones de euros por ella. Su colección de automóviles, sin embargo, quedaría abandonada en la cochera de Tatoi, a merced de la humedad, el polvo y la suciedad hasta que en el año 2019 el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis anunciara un ambicioso plan de rehabilitación con un presupuesto de cerca de 15 millones de euros. Tras las obras de rehabilitación el complejo, -formado por cuatro unidades: la palaciega, la de gestión y producción agropecuaria, la residencial y la necrópolis real-, se convertirá en un espacio dedicado a la cultura y donde se recuperará la historia de la realeza griega a través del patrimonio mueble e inmueble que los monarcas griegos no consiguieron llevarse de la finca. Dentro de este marco, el ministerio de Cultura de Grecia acaba de anunciar la rehabilitación del edificio `Nuevo Vustasio´ y su conversión en un museo que, por un lado, acogerá las piezas relacionadas con la actividad agropecuaria del complejo y, por otro, la colección de vehículos reales tras haber sido sometidos a un proceso de restauración y ser declarados bienes de interés cultural por el Ministerio de Cultura heleno. El objetivo, entre otros, es resaltar el valor histórico y tecnológico de los automóviles de familia real, ya que algunos de los automóviles conservados son modelos de producción limitada; fueron utilizados por los monarcas griegos en las apariciones públicas; están vinculados a los miembros de la familia real, pero también a personalidades internacionales. Son, en esencia, testigos directos de la última fase de la monarquía y de la historia reciente de Grecia. Entre los automóviles que, a pesar del abandono de décadas han conseguido llegar hasta nosotros, se encuentran un Fiat 500 Spider Elegance del año 1958; un Victor Electri-car de color azul claro; dos MG TD del año 1952, -uno rojo y el otro verde-, y una espléndida colección de Rolls-Royce formada por 4 autos de la exclusiva casa : un Rolls-Royce Phantom III de color negro del año 1938, el último modelo creado por la casa antes del estallido de la II Guerra Mundial; y el primer modelo de la casa Rolls-Royce creado en la posguerra: un Silver Wraith Cabrio de color azul oscuro y con techo diáfano del año 1959; un Silver Cloud III plateado del año 1964 y un Silver Cloud III Drop Head Coupé (`Chinese eyes´) azul oscuro del año 1965. También se exhiben los permisos de conducir de Pavlos y Federica, -padres de doña Sofía-, entre otros objetos. La automoción era una de las pasiones del último monarca griego, Constantino. Su colección contaba, entre otros modelos, con un Mercedes-Benz 300 SL del año 1959; un Mercedes Americana Cabrio de 1969; un Ford Thunderbird convertible del 1957. En el año 1959, siendo aún heredero a la corona, adquirió un BMW 507, primer automóvil europeo con un motor V8 totalmente de aluminio y del que solo se fabricaron 252 ejemplares. En mayo de 2018, el BMW 507 blanco fue subastado por la casa de subastas Bonham por más de 2 millones de euros. En el complejo de Tatoi también se exhibirán las 12 carrozas conservadas desde el año 1973. Entre las carrozas destacan el carruaje oficial tipo Berlín construido en Francia en 1870 para el Conde de Chambort, adquirido por Jorge I en 1871, y utilizado en la boda de la los reyes de España en el año 1962; un carro de ciudad, dos calesas abiertas usadas para eventos deportivos abiertos Phaeton y para los paseos diarios del rey Jorge II; uno de caza tipo Brake, y el carruaje abierto Ascot Landau, calesa nupcial de Constantino y Ana María, los últimos reyes de Grecia.