Las preguntas pertinentes de Ricardo Sierra
En la previa del Borussia-Barça, en Movistar+, el periodista Ricardo Sierra entrevistaba al director deportivo del Barça. “Hay muchos temas candentes de los que hablar”, le advirtió a Deco para empezar. “No. No hay muchos…”, respondió. Se intuían sus pocas ganas de hablar. Sierra, lógicamente, le preguntó por las gestiones del Barça para inscribir a Dani Olmo antes de fin de año. Deco confirmó que así sería. “¿Cómo lo va a hacer?” le insistió el periodista para asegurarse que no eran palabras vacías. “Temas internos. Por eso no estaremos todos los días hablando. No te preocupes. Ya lo arreglaremos”. Sierra tuvo el tesón de repreguntar, una práctica cada vez menos habitual en el oficio. Quiso saber si el jugador estaba tranquilo y mencionó la cláusula liberatoria del contrato. “Está tranquilo. No te preocupes”. Deco hizo una mueca de desdén y Sierra no lo pasó por alto: “Yo creo que esta es la pregunta que se tenía que hacer”. Deco se justificó alegando que estaba ahí “para hablar de fútbol y del partido” y el periodista le recordó su cargo. Eran las preguntas que corresponden, precisamente, al director deportivo. Sierra le preguntó entonces por posibles fichajes del Barça. “De momento no hablamos de esto” le espetó. Le soltó un “això no toca” al estilo Jordi Pujol, como si fuera el entrevistado el que pudiera decidir las preguntas. Sierra optó entonces por servirle, cortito y al pie, un tópico sibilino, muy bien elegido, que sonó a sarcasmo, para dejar claro lo que quería su interlocutor: “¿Qué tipo de partido esperas hoy?”. Y Deco pudo responder con otro tópico insulso. Fue una sutil manera de exponer la degeneración de la relación entre la prensa y los clubes, el recurso para remarcar lo que los responsables del fútbol esperan de los periodistas: vacuidad y docilidad. Sierra hizo su trabajo de forma impecable. Los periodistas están para preguntar lo que es noticia y puede interesar al aficionado. A los culés les importa poco lo que Deco espere del partido. La insistencia de Deco en repetirle “no te preocupes” para sacárselo de encima fue además un trato muy poco elegante, porque no se trata de una preocupación personal del periodista, sino de su sentido del deber. Obviamente, no estaba preocupado por Dani Olmo, estaba haciendo su trabajo. Deco, manifestando su malestar y regateando tan mal y con tanta rudeza las preguntas, lo único que consiguió fue llamar más la atención y generar más desconfianza sobre la inscripción de Dani Olmo.