El Gobierno cede ante Junts dar a los Mossos competencias en fronteras
El Gobierno sigue su rumbo en la negociación con Junts pese a las advertencias que lanza continuamente la formación de Carles Puigdemont. «Es el tono habitual. Juegan a no estar en ningún bloque», señalan fuentes gubernamentales que no ven un «punto de inflexión» en el último órdago lanzado desde Bruselas en relación a la cuestión de confianza. En Moncloa ya han asumido que con los neoconvergentes hay que ir «ley a ley» y se negocia «separadamente» cada cuestión. No hay pactos globales ni compromisos a largo plazo. En este sentido, y en la línea de los últimos mensajes deslizados por Junts, en el Ejecutivo confirman que no han arrancado con ellos la negociación presupuestaria y que están centrados en desbloquear los temas previos pendientes. «Lo que se tenga que cumplir, se cumplirá», avanzan.
En este sentido, fuentes gubernamentales reconocen que, en materia migratoria, «están trabajando» y que se están produciendo «avances». Unos avances muy tasados por los «límites» que existen en el reparto competencial. «Saben cuáles son», dicen sobre sus interlocutores después de que el secretario general de Junts, Jordi Turull, pidiera que los Mossos actuasen en el control fronterizo como «policía nacional de Cataluña». En este terreno se mueve la negociación sobre el traspaso «integral» de la política migratoria y el control de las fronteras. El Gobierno mantiene que esta cuestión es «competencia exclusiva» del Estado, pero sí se abre –según confirman fuentes de Moncloa– a que los Mossos puedan asumir las competencias de seguridad ciudadana en aquellos lugares donde no tienen presencia actualmente, esto es, en puertos y aeropuertos de Cataluña.
La Policía catalana asumiría así las competencias que hasta ahora recaían en Policía Nacional y Guardia Civil en las citadas infraestructuras, aunque estos Cuerpos seguirán ostentando las de control fronterizo y Aduanas. La cesión competencial no implica que Policía Nacional y Guardia Civil vayan a retirarse de puertos y aeropuertos, puesto que conservarán las funciones de extranjería, control de fronteras y contrabando. La novedad es que serán los Mossos los que asumirán las tareas de prevención de la delincuencia en ambos recintos, así como todo lo que tiene que ver con el tráfico.
El Gobierno volvió a constatar ayer en el Congreso su inestabilidad parlamentaria, en una sesión en la que Junts le exigió el cumplimiento de lo acordado y amenazó con no apoyar los Presupuestos. En paralelo, se agranda la brecha entre sus socios de investidura por el impuesto a las energéticas. «Es verdad, tenemos un Gobierno en minoría parlamentaria y nos toca negociar, trabajar ley a ley con los distintos grupos de esta Cámara», reconoció Sánchez. En Moncloa, no obstante, no preocupa el acercamiento de Junts al PP. Creen que se trata de una cuestión coyuntural, pero que no llegará a consolidarse en alianza, porque los independentistas no van a apoyar a un gobierno de PP y Vox. Ni hay interés por parte de Junts, que sufriría un castigo electoral si lo hiciera, ni creen que lo haya por parte de Feijóo, a quien se le abriría un frente interno con los populares en Cataluña y un frente externo con Vox.
No obstante, Sánchez es consciente de que tocará «sudar la camiseta» para aprobar los Presupuestos y no descarta tener que reunirse con Carles Puigdemont. Algo que considera un «acto de coherencia». «Si hablamos de pasar página... No hay problema», dice. Mientras Junts amaga con dejarle caer, el presidente deja abierta la puerta a esta foto, aunque reconoce que no está en agenda próximamente.