Ni balita ni comercio electrónico
Como una verdadera odisea describe Manuel de Jesús Zamora Zaldívar, residente en calle 26, No. 58 F, entre 17 y 21, reparto Hilda Torres, en la provincia de Holguín, la situación que afronta para adquirir la balita de gas licuado a través de la tienda virtual de Cupet.
El 6 de agosto pasado fue la última ocasión que este holguinero pudo comprar la balita. Cuatro meses es mucho tiempo para una persona que convive bajo el mismo techo, entre tantos, con una niña pequeña de dos años que no entiende de escasez y necesidades, refiere.
Como trabajador, dice en su misiva, ha optado después por intentar coger el imprescindible combustible para la cocción de alimentos, mediante la vía digital, aprovechando las facilidades tecnológicas que poco a poco ha ido abriendo el país.
Sin embargo, lejos de quitarse un problema de encima o de hacer el proceso menos engorroso mediante la aplicación de Cupet, le ha sido imposible lograr el objetivo de «añadir» y comprar la balita.
Según explica Manuel, «Holguín posee una tienda virtual que casi nunca ponen en funcionamiento, debido (según ellos), a que la empresa desarrolladora de la tienda virtual (Xetid Holguín) siempre presenta problemas de
conexión, de acceso a la plataforma EnZona y demás situaciones».
Al final, apunta, estas actitudes y hechos rozan la falta de humanismo con los clientes que usan la vía virtual para adquirir el gas, pues la modalidad digital se diseñó y va dirigida al pueblo trabajador, a los cubanos de a pie, a los que no podemos pasarnos varios días, semanas y meses en las colas en el punto de venta del GLP.
Será que, se cuestiona Manuel, «es un capricho de Cupet Holguín no vender ni utilizar la tienda virtual para obligar a todos sus clientes a anotarse en una lista interminable cuando, por el contrario, sin necesidad de dejar de trabajar y de aportar a la economía, podemos comprar nuestras balitas si estuvieran disponibles mediante la tienda virtual».
En su caso, enfatiza, no ha logrado adquirir el gas licuado ya que debe anotarse en una lista inmensa en el punto de venta cercano a su domicilio. Lo afirma con preocupación porque, además de la niña de dos años, cuenta, su esposa tiene también tres hijos más a los que debe cocinarle los alimentos.
Entre los vericuetos y rollos para obtener el preciado combustible, el cual ha visto afectado su reaprovisionamiento en los últimos meses en el país,
también por la crisis económica y el impacto del bloqueo estadounidense, Manuel comenta que resulta incomprensible que Cupet Holguín mantenga cerrado su canal de Telegram a los clientes, una vía de comunicación que se supone sea expedita para retroalimentarse de las opiniones de la gente.
Si la dirección de nuestro país está llamando a incrementar el comercio electrónico usando las pasarelas de pago Transfermóvil y EnZona, por qué no se acaba de potenciar del todo, por qué Holguín posee una tienda virtual que casi nunca ponen en funcionamiento para obtener el gas licuado y hacerle la vida más fácil a las personas, pregunta.
En momentos de duras carencias, a la que no escapa casi nada ni nadie, al menos se debería aliviar la situación con las herramientas que están en nuestras manos y las bondades digitales han nacido para ello.