El maravilloso Hotel Grand Hyatt Barcelona
Al cruzar la puerta de la habitación del Grand
Hyatt Barcelona, mejor si es en uno de los últimos pisos, se entra en otro
mundo. La atmósfera es calma y lujosa, y uno se deja llevar por la
generosidad de los espacios y las luces acogedoras. Es mejor que estar
en casa. El diseño es moderno, elegante e inteligente, y las luces y el ambiente
se adaptan exactamente a lo que tú necesitas, de tal modo que resulta evidente
que cada rincón ha sido pensado para tu confort absoluto.
El baño es un santuario en sí
mismo. Con acabados en mármol y una ducha de lluvia que convierte el
agua en una experiencia sensorial. Cada momento allí se vuelve un ritual
de relajación. Asimismo, los productos de alta gama, cuidadosamente
seleccionados, enriquecen este espacio, añadiendo un toque personal al lujo
hasta hacerte sentir especial.
Si lo prefieres, una bondadosa tina te
recuerda los tiempos en que los grandes hombres tomaban baños rituales
para limpiar el cuerpo y la mente. Una cascada de aguas y burbujas hacen
que la experiencia sea inigualable. La sensación es de estar en un refugio.
La armonía perfecta entre lo moderno y lo acogedor, la sofisticación y la
intimidad es perfecta. En este oasis de confort, el tiempo parece
detenerse, y uno se deja llevar por la experiencia de estar en uno de los
mejores hoteles de Barcelona, un lugar donde cada necesidad es anticipada y
el bienestar se convierte en arte.
La historia de un rascacielos
El Grand Hyatt abrió sus puertas al
público el pasado abril, en lo que fue su primer hotel urbano en España
y el quinto hotel de esta cadena internacional en Europa. Lo encontramos en el barrio
de Pedralbes, de cara a la avenida Diagonal y cerca de grandes
centros comerciales, clubs deportivos, centros de enseñanza de alto
«standing» y universidades. Es fácil reconocerlo desde cualquier distancia
por ser un portentoso rascacielos, que aloja 465 habitaciones, 49
suites exclusivas y un lujoso penthouse, todo concebido con un
diseño inspirado en el Art Déco, absolutamente precioso y encantador. A
todo ello cabe añadir 22 salas de reuniones de más de 3.400 m².,
perfectas para albergar eventos de gran formato.
Pero, aparte de esto, el edificio guarda una
historia bien interesante. Fue construido en el año 1975 y se
convirtió en el Hotel Princesa Sofía, que se hizo célebre para toda una
generación de barceloneses, tanto por su relación con los vecinos y
comerciantes de la zona como por la que estableció con el F.C. Barcelona,
el equipo de fútbol. Y es que sus instalaciones fueron muy útiles para
organizar encuentros y fiestas de todo tipo. Además, fue el primer
edificio en España con sistema antisísmico incorporado.
En 1996 el hotel fue rebautizado como Intercontinental
Princesa Sofía y, en el año 2004, como Gran Hotel Princesa Sofía. El
establecimiento tuvo una gran renovación en el año 2017 y pasó a llamarse Hotel
Sofía Barcelona. Pues bien, con estos antecedentes arquitectónicos, que
llevaron a cabo algunos de los estudios de diseño más prestigiosos de Cataluña,
se acabó de perfilar la transición del Hotel Sofía al Grand Hyatt Barcelona.
[[H3:La «philosophia» del Hyatt]]
Qué grata sorpresa es entrar en el
vestíbulo, artísticamente vanguardista, de aspecto tan moderno como casi
vintage, y entrar en uno de sus espacios más singulares. Estamos hablando
de Philosophia, una cafetería que está inspirada en los «book cafes»,
con estanterías que ocupan dos grandes paredes llenas de libros y obras de
arte. De modo que puedes acudir allí a tomarte un café mientras descubres
que, desde un posavasos, te saluda la imagen del mismísimo Friedrich
Nietzsche.
Y es que esta es la filosofía del Hyatt: distinción,
elegancia y comodidad extremas, aliándose todo con un gusto artístico
extraordinario que se percibe hasta el último detalle, como por ejemplo el
originalísimo techo de Philosophia. Aquí podrá el visitante degustar una oferta
gastronómica tanto de dulce como de salado, para empezar el día con un
desayuno delicioso o entrar para un almuerzo en el descanso del mediodía, pues
no en vano, esta área residencial barcelonesa también se caracteriza por ser un
importante núcleo de oficinas y empresas.
Cómodamente se puede disfrutar, en
definitiva, de un lugar en que detener las obligaciones del día y degustar toda
una serie de refrescantes ensaladas o una sugerente selección de bikinis
realmente sabrosos. Eso por lo que hace referencia a la planta baja, que
tiene una zona de desayunos tremenda, compuesta de tres salas enormes
donde uno no echará en falta nada en absoluto para emprender la jornada
magníficamente.
[[H3:«Wellness» en un spa de ensueño]]
Por si fuera poco, el hotel tiene un par
de joyas; una de ellas está escondida en los bajos del edificio: Zuu, un
club nocturno que está ambientado en los cabarés parisinos; el
otro es un espacio pensado tanto para los huéspedes del Grand Hyatt Barcelona
como para todo el público en general. Se trata del exclusivo Oasis Wellnes
& Spa by Natura Bissé, una colaboración con esta conocida marca
española que ofrece una gran gama de tratamientos creados y ejecutados
por Natura Bissé.
El lugar es realmente espectacular, el spa urbano más grande de Barcelona de luz natural:
todo un paraíso para el relax con su piscina de 75 m² y su cascada,
su circuito de aguas, el baño turco, las saunas, las salas
de sal y relajación… Se dispone, además, de una zona de cabina con
jacuzzi privado, baño turco y sauna, a lo que ha de sumarse una piscina
exterior completa con terraza, tumbonas, bar junto a la piscina y restaurante,
para pasar el verano de forma envidiable.
Por supuesto, junto con todos estos
servicios de bienestar, el hotel dispone también de una propuesta
gastronómica de primerísimo nivel. Tenemos la oportunidad, dentro de muy
poco tiempo, de que nuestro paladar inaugure Leña, dirigido por el chef,
galardonado con una estrella Michelin, Dani García, ya se puede
gozar del restaurante Sofia Bar & Tapas. Aquí hay que destacar su
carta de cócteles de autor, que se pueden acompañar con un surtido de
tapas de los más gozosos y variados que existen a día de hoy en la Ciudad
Condal, con una especial querencia por los sabores que proporcionan
diferentes ingredientes mediterráneos.
Restaurante Maymanta
El otro restaurante, ubicado en el último
piso y con una vista panorámica de todo Barcelona desde su planta 19, es
sensacional, íntimo y universal a la vez. Maymanta significa «el
origen». Y sí, allí está el origen de una de las más exquisitas culturas
culinarias del planeta, que combinada con los sabores españoles o
universales contemporáneos, se vuelve insuperable. Tiraditos, ceviches
en leches de tigres cuyas bondades nadie niega, delicadezas cocidas al
fuego vivo que, tras la lustrosa barra pueden ver los comensales desde
sus asientos hasta la cocina.
Nunca se pierde la armonía: dentro,
cuidados del frío por los cristales y en el romanticismo de sus luces, o
fuera, en la calidez de la Barcelona de buena parte del año, que se
tiende larga bajo los pies del Hyatt. En lo alto, así las cosas, reina con
mano maestra el chef Omar Malpartida, con cuyos cócteles y platos de evocación
sudamericana, conquista a todo tipo de comensales, tal es la calidad y
originalidad de cada uno de sus platos, que además se van renovando
constantemente en busca de nuevas sorpresas.
Todo el estilo culinario de Malpartida es sencillamente
exquisito: ya la presentación de cada elaboración es un regocijo para la
vista, y el nombre de sus creaciones, puro enigma lingüístico de mantel y
copa en torno a sus cevicherías, picanterías y asados amazónicos. Si ascienden
al Grand Hyatt habrá croquetas limeñas, patatones y tortitas de
choclo, tiraditos de pulpo olivado, solteritos de quinoa,
anticuchos de lomo, por no hablar de un chuletón a la brasa que se sirve
tras dos meses de maduración, o postres como el chocolate quillabamba o
la torrija apicaronada. Por todo ello, este gran cocinero ha sido
multipremiado, con galardones como el Sol en la Guía Repsol. Pero el
mayor premio será el ganarse un nuevo comensal que, desde esas alturas, acuda a
cenar mientras contempla el éxtasis de la puesta del Astro Rey.