El Betis de Pellegrini suma un punto valiosísimo tras pelear tú a tú con el Barcelona

Los azulgranas se adelantaron en dos ocasiones, pero los béticos jamás dieron su brazo a torcer hasta que consiguieron la igualdad

Punto de ley para un Betis que acumuló méritos de sobra para ello durante la segunda mitad. Los verdiblancos subieron las tablas al marcador gracias a un remate sutil de Assane Diao en el tiempo de prolongación, pero la realidad es que habían tenido un buen puñado de opciones claras para haberlo hecho tras el intermedio. Esta vez, el artilugio del VAR decidió a favor de los béticos e hizo justicia por el pisotón de De Jong a Vitor Roque que sirvió para quitarle su bota y fue Hansi Flick el que se fue a la grada por su protesta, pero lo cierto es que las tablas fueron más que merecidas para la tropa de Manuel Pellegrini.

Fue así porque el Betis jamás dio un paso atrás y salió tras el intermedio con toda la intensidad necesaria para subirse a las barbas de este poderoso Barcelona. Hay veces que una reflexión de apenas treinta segundos puede servir para explicar más cosas que un libro entero y Sabaly lo dejó claro ante las cámaras televisivas. ¿Qué os ha dicho el entrenador en el descanso? “Que sigamos igual que en el primer tiempo”, respondió con seguridad el senegalés y a eso se dedicaron los verdiblancos desde el primer instante.

Porque si en los primeros minutos del periodo inicial el Betis había podido adelantarse en el marcador en una pelota sacada por Raphinha (2’) y en la clarísima oportunidad de Abde (3’), tras el intermedio fue Altimira el que falló un gol increíble de cabeza (51’) antes del paradón de Iñaki Peña al Chimy Ávila (54’) en una falta sacada rápidamente por Lo Celso. En esa fase del segundo acto merecieron los verdiblancos que llegara el tanto de la igualada, aunque éste tuvo que venir en el penalti de De Jong a Vitor Roque.

Pero incluso ante la adversidad de encajar un nuevo tanto en la enésima genialidad de Lamine Yamal en un perfecto pase a Ferran que contó con la colaboración de Aitor Ruibal al romper el fuera de juego, los béticos siguieron igual de fuertes en el plano anímico. Ya con Isco sobre el campo, aunque el mago no tuviera muchas opciones de intervenir, siguieron con toda la fe del mundo, pudo ser Chimy Ávila, en su nueva posición de delantero centro, el que sumara el 2-2 definitivo, pero el remate del argentino, cuando estaba solo, fue a las manos de Iñaki Peña de forma bastante inocente. Dio igual, el Betis tuvo la fe necesaria para volverlo a buscar y esta vez sí tuvo la buena suerte necesaria tanto en el fútbol como en toda la vida para festejar ese empate. Un centro raso de Aitor Ruibal fue desviado por Assane Diao con sutileza a la red.

Un premio más que justo

Era el premio justo, justísimo, para un Betis que se había empeñado en mantener el pulso en lo más alto hasta el final del litigio después de arrancar también con mucha fuerza. Tanto que en apenas cuatro minutos ya había efectuado cuatro saques de esquina y, sobre todo, había tenía dos oportunidades de gol clarísimas para haberse adelantado. La mejor fue en un pase profundo para Abde, que rompió el fuera de juego al arrancar por detrás de Koundé. El marroquí tenía a su alcance la posibilidad de adelantar a los suyos bien prontito, incluso lo acompañaban en la jugada Vitor Roque y Chimy Ávila a su derecha, pero su disparo no pudo superar la salida de Iñaki Peña.

También Raphinha había despejado antes sobre la línea un cabezazo de Diego Llorente en el segundo de los saques de esquina de la secuencia de cuatro casi consecutivos (2’), pero se había esfumado una excelente ocasión de ponerse por delante en el marcador, algo que muchas veces le ha afectado a este Barcelona diseñado de forma tan ofensiva por parte de Hansi Flick. Por eso era aún más trascendente la acción, pero no pudo ser y el Betis iba a comprobar bien prontito las virtudes del rival cuando tiene el control del juego.

Cierto que Vitor Roque volvió a tener otra clara que se malogró por su precipitación a la hora de optar por el remate (9’), pero es igualmente verdad que el actual líder de LaLiga comenzó a generar una infinidad de acercamientos hasta un Fran Vieites que había sustituido a Rui Silva tras la lesión de éste en el hombro izquierdo durante el calentamiento. Ya había avisado Koundé que obligó al guardameta gallego a una excelente parada (6’) y después llegarían varios uys, aunque ninguno tan diáfano con el que gozó Abde.

La fase del Barcelona y la reacción tras el intermedio

El Barcelona tiene mucho fútbol y también toda la paciencia del mundo. Toca el balón una y otra vez para desgastar a los rivales y, en el caso de la presión del Betis, sacaba la pelota con calidad por la zona que trataba de defender Lo Celso. Por ahí, lógicamente, se escapaba el agua en ese intento de hostigar muy arriba que ordenaba Pellegrini a los suyos.

El cuadro catalán se sentía cómodo y en una de esas acciones de toque Pedri aceleró la jugada para que Koundé le diera el primer gol en bandeja a Lewandowski. Recibir un gol nunca es una buena noticia ni para el Betis ni para nadie, pero estando enfrente este Barcelona y restando tan poco para el intermedio lo era aún peor.

Hasta que llegó el ingenuo penalti de De Jong y la transformación de Lo Celso. Los cambios de Pellegrini transmitieron ambición, Diao hizo daño con su velocidad por la derecha, pero fue Ferran el que volvió a adelantar a los suyos. Pero el Betis estaba en el modo Liga y fue capaz de conquistar un punto de ley, un rédito de mucho valor después de pelear de tú a tú todo el tiempo contra este Barcelona que lideraba LaLiga.

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