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Декабрь
2024

Page sobre ERC y Junts: «En democracia no se puede dejar el mando a unas minorías que lo que quieren es cargársela»

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El líder socialista Emiliano García-Page se mantiene firme en sus principios y acusa a los independentistas de intentar romper el Estado. Especialmente duro se muestra con Junts a quien acusas de mantener relaciones "con el mundo económico que no pasarían ninguna prueba del algodón.

¿Cuánto le preocupa el daño que puedan hacer en las siglas de su partido los escándalos que están hoy sometidos al escrutinio judicial?

Los ciudadanos siempre se cobran estas cosas. Por eso es tan importante valorar tanto tu propio prestigio y lo que representamos como partido. El mayor patrimonio que puede tener un político es conservar su buen nombre y que la gente te siga respetando en la calle cuando das un paso al lado.

Entonces, ¿está preocupado?

Evidentemente, quien diga que no le preocupa la actual situación se está autoengañando. Todo lo que tiene que ver con la corrupción conduce a minar la moral en los responsables públicos y en el sistema. Puedes equivocarte a la hora de tomar una decisión política, en la redacción de una ley, en una decisión económica que finalmente no cumple las expectativas, pero no podemos equivocarnos en la lealtad con nuestro compromiso con la honestidad y la credibilidad política. Tampoco cabe margen para el error en los pactos que se firman con partidos que no es que sean de derechas, sino de extrema derecha, como ocurre con Junts. Una formación que, además, tiene unas relaciones con el mundo económico que no pasarían ninguna prueba del algodón. Ahora que estamos celebrando precisamente la Constitución, sería bueno que revalidásemos nuestro compromiso con el principio de que somos lo que hemos decidido entre todos. Y que cualquier cambio en nuestro código genético lo decidimos entre todos. En eso consiste la democracia.

Por partes, ¿a qué se refiere con lo de que Junts mantiene «unas relaciones con el mundo económico que no pasarían ninguna prueba del algodón»?

Ahí está el trabajo que hacen en Madrid a favor de intereses económicos que poco tienen que ver con nuestro programa.

Y otra duda que me ha dejado su respuesta de antes, ¿sigue viendo a Junts y a ERC como una amenaza para España, pese a que gobierne Illa en la Generalitat?

Mire, una de las cosas que más me llama la atención es el nivel de rechazo y de odio que hay en estos momentos, pese a que estamos en una buena situación económica. Todos los presidentes de derechas o de izquierdas siempre se han visto acompañados en su salida del Gobierno por un grave problema económico y social. Por eso ahora lo verdaderamente difícil de entender, y lo que da un cariz político muy diferente a esta etapa, es que sin mediar una crisis económica haya un ambiente político que es más propio de otros escenarios.

¿Cuánta culpa tiene en este estado de opinión la renuncia del PSOE a lo que han sido sus posiciones tradicionales, por ejemplo en los pactos con los partidos por los que antes le preguntaba, ERC y Junts?

El independentismo, por definición, significa romper, destrozar. Evoca egoísmo porque lo que quieren es tener siempre más que los demás. Por tanto, el independentismo, inevitablemente, aquí y en cualquier país del mundo, lo que genera es desorden y destrozo. Siempre he defendido que hay que proponerse evitar los pactos con ellos, en todos los casos. Yo no cambio de posición, digo lo que ha defendido siempre mi partido. Después de lo que hemos vivido, es razonable pensar que hoy es más necesario que nunca acabar con esta dinámica de las dos Españas y que el PP y el PSOE se entiendan, al menos para hacer frente al populismo, como ha ocurrido en Portugal.

Pero ese camino ya está cegado con las decisiones que ha tomado el Gobierno de Pedro Sánchez.

Bueno, tampoco nos engañemos. Aquí unos podrán tener más responsabilidad que otros, pero cada uno tiene su parte, y si no hay voluntad de asumirlo y de rectificar estaremos siempre condenados a que manden los extremos. El PP está instalado también en una política de confrontación total porque le importa más su competición con Vox que cualquier otra cosa. Sin duda que una democracia debe ser el Gobierno de la mayoría, escuchando, participando todos, también las minorías, pero no dejando al mando a las minorías que pretenden cargarse la democracia. Y al mismo tiempo, la oposición también debe estar a la altura en materia de compromiso con el interés general.