La procesión del millón en la Sevilla más cofrade
Inédita por el cartel, con ocho tallas de algo más que renombre. Por la multitud que se espera, en torno a un millón de personas. Y por las fechas: una Semana Santa concentrada en diciembre, para culminar el Puente de la Inmaculada. Sevilla se echa hoy a la calle para participar en una procesión con la que se clausura el Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular que se celebra en la capital hispalense. Aunque más que clausurar, en realidad certifica un foro de formación y reflexión que ha aglutinado en apenas cinco días al número 3 del Vaticano, a cuatro «ministros» del Papa Francisco y a otros tantos especialistas que han abordado el presente y futuro del mundo cofrade como uno de los principales exponentes para un relevo generacional en el seno de la Iglesia. Y tenía que ser en Sevilla donde se maridaran los apuntes intelectuales con la devoción a pie de capilla.
Hoy a las cuatro de la tarde, el cortejo saldrá de la Puerta de Palos de la catedral. La Virgen de los Reyes irá abriendo camino al resto hasta llegar a la plaza de toros de la Real Maestranza, donde se colocará el paso de la patrona de la ciudad y de la Archidiócesis y presidirá el discurrir de las hermandades. El Gran Poder, El Cachorro, La Esperanza Macarena y La Esperanza de Triana procesionarán juntas por primera vez.
A ellas se sumarán otras tres imágenes, en representación del resto de la diócesis: la Virgen de Valme, de Dos Hermanas; Nuestra Señora de Setefilla, de Lora del Río, y Nuestra Señora de Consolación, de Utrera. Para evitar cortejos interminables, se ha limitado a trescientos el número de hermanos que pueden acompañar a las imágenes. Hasta las cinco menos diez de la madrugada del lunes, cuando tiene previsto recogerse La Macarena, habrán pasado doce horas y media, que es el tiempo estimado para que procesionen por las calles de la capital los cortejos de las ocho devociones. Aunque técnicamente no debería denominarse «magna’o» lo cierto es que la singularidad de esta convocatoria ha hecho que los sevillanos la hayan rebautizado así. Máxime, teniendo en cuenta que ya desde ayer Sevilla estaba completamente volcada para asistir a los traslados maratonianos de los pasos a la catedral Santa María de la Sede y de la Asunción.
Volcada y blindada, porque más de 2.500 policías nacionales, locales y guardias civiles se desplegarán hoy para garantizar la seguridad, a la que se suma lo más parecido a una «ley seca», puesto que el Ayuntamiento ha prohibido a los bares colocar veladores en las zonas por las que discurre el cortejo y solo se permitirá servir alcohol en su interior. «El éxito de la procesión del II Congreso de Hermandades será el de toda la ciudad», aseguraba ya ayer en redes sociales el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz.
«Las hermandades son un auténtico tesoro, un activo pastoral muy importante», reconocía ayer el arzobispo de Sevilla José Ángel Saiz Meneses en un encuentro con los medios para hacer balance del congreso y como antesala de la procesión. Para el prelado, la piedad popular es «una realidad trasversal, como la propia Iglesia, en la que participan todo tipo de personas».
«No debemos caer en la autocomplacencia ni en la mediocridad, sino tomar muy en serio nuestra vida cristiana», apuntó el pastor, que puso en valor la labor pastoral y social que realizan a lo largo del año todas las corporaciones «con celebraciones solemnes y vividas intensamente, una gran formación y una obra de caridad impresionante».