ru24.pro
World News
Декабрь
2024
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31

Por qué se ha desmoronado en solo 10 días el régimen de Al Assad

0

Transcurrida una década del que parecía inevitable derrumbe -la embestida yihadista acabó en un efímero y anacrónico califato en tierras de Siria e Irak-, y tras una fulgurante e inesperada ofensiva capitaneada por una facción yihadista, el desmoronamiento del régimen de Bachar al Assad parece ahora más cerca que nunca.

En poco más de diez días, una amalgama de milicias lideradas por Hayat Tahrir al Sham -heredera del Frente Al Nusra, y este, a su vez, antiguo socio de Al Qaeda- ha logrado, desde su refugio de Idlib, en el noroeste de Siria, hacerse sucesivamente con las ciudades de Alepo, la segunda en importancia del país, y Hama, la cuarta, y situarse a las puertas de Homs y a solo unos kilómetros de la capital Damasco.

Además, este sábado han caído las provincias de Deraa (donde prendió la revuelta contra el régimen en 2011) y Al Sueida. El objetivo es llegar a la capital y hacer caer al régimen fundado por Hafez al Assad hace más de medio siglo.

Después de cinco años de statu quo, y tras ocho años de contienda abierta, Turquía y Rusia pactaron la división de facto del territorio sirio en tres zonas de influencia: la controlada por el régimen de Assad, que debe su permanencia en el poder a la decisiva intervención de la aviación rusa en 2015, en torno a un 65% del territorio; otra controlada por Ankara gracias a su alianza con el conocido como Ejército Nacional Sirio y con presencia de milicias islamistas y yihadistas; y una tercera gobernada por las pro kurdas Fuerzas Democráticas Sirias, respaldadas, a su vez, por Estados Unidos. En apenas diez días el escenario es, irremisiblemente para Assad y el régimen baazista, ya otro.

Dos factores, uno de índole externa, y otro de carácter doméstico, explican el rápido retroceso de las fuerzas del Ejército regular sirio, que apenas han ofrecido resistencia a unas milicias que cuentan con el apoyo ya indisimulado de la Turquía de Recep Tayyip Erdogan.

Por una parte, los grandes valedores del régimen sirio sufren hoy las consecuencias de su participación en otras empresas. La Federación Rusa centra sus esfuerzos en Ucrania tras casi dos años de guerra y no parece en condiciones de repetir una operación como la de mediados de la década pasada.

La República Islámica de Irán resiste como puede la cadena de sanciones occidentales y trata de rehacerse tras los golpes encajados en su estrategia regional después de dos meses de ofensiva de las fuerzas israelíes contra su principal fuerza proxy, Hizbulá, y en menor medida contra los rebeldes hutíes de Yemen.

Los especialistas en la milicia chiita libanesa dudan de que la organización proiraní esté en condiciones de brindar en estos momentos el otrora decisivo apoyo a Damasco en su guerra contra los islamistas radicales suníes.

Por otra parte, en el ámbito doméstico, la ofensiva rebelde ha puesto de manifiesto la fragilidad y precariedad de un régimen que había basado durante décadas su existencia en el aparato de fuerzas de seguridad. La falta de medios -resultado de un insuficiente apoyo ruso en la modernización del armamento en los últimos años- y las malas condiciones materiales habían menguado la moral de las tropas sirias, que han evitado enfrentarse directamente sobre el terreno con los rebeldes desde el inicio de la ofensiva.

La huida de las autoridades militares y civiles de Alepo y Hama contrastaba con las escenas de euforia vividas por los rebeldes y la población.

Desde 2020 la situación humanitaria en Siria es muy grave, con el 90% de la población bajo el umbral de la pobreza según Naciones Unidas, y de ese escenario no han escapado muchos funcionarios y empleados del Estado.

En medio del hundimiento económico general -el régimen lleva sufriendo años de sanciones y aislamiento- del régimen sirio ha emergido en los últimos años una potente red de narcotráfico que ha hecho profunda mella en la cohesión del aparato del Estado.

Una eventual caída de Homs podría complicar mucho las cosas a la autocracia siria. La toma de la cuarta ciudad del país privaría al régimen de las comunicaciones por carretera entre Damasco y el litoral sirio.

Entretanto, en espera de la batalla por Homs y sin que la ofensiva aérea siria y rusa haya conseguido frenar el avance insurgente, en la tarde de ayer los rebeldes reclamaban haberse hecho con el control de la ciudad de Deraa, la localidad conocida por haber sido la cuna de la Primavera Árabe en Siria, según confirmaron distintas fuentes a los medios locales y a la agencia turca Anadolu.

En paralelo al avance de la coalición de fuerzas yihadistas e islamistas, las milicias kurdas de las Fuerzas Democráticas Sirias anunciaban este viernes su despliegue “en la ciudad de Deir Ez Zor y al oeste del río Éufrates” tras días de ofensivas en el este de Siria. Las FDS decidieron comenzar esta operación para defenderse de grupos armados sirios respaldados por Turquía, y ahora ya han manifestado su disposición a abordar con Ankara y los rebeldes liderados por Hayat Tahrir al Sham el futuro de Siria ante la que anticipan caída del régimen.

El régimen comienza también a hacer aguas por el sur. Milicias drusas y fuerzas del Gobierno sirio están protagonizando enfrentamientos durante las últimas horas en la ciudad de Sueida, un tradicional bastión de oposición al presidente sirio, Bachar al Assad, en el sur del país.

Entretanto, la situación humanitaria en un país castigado sin descanso durante más de diez años comienza a adoptar tintes de catástrofe ante lo que parece solo el inicio de una nueva escalada bélica. Este viernes la Secretaría General de Naciones Unidas estimaba que más de 370.000 personas han tenido que abandonar sus hogares en diferentes puntos de Siria desde el estallido a finales del mes pasado de la gran ofensiva yihadista y rebelde en el noroeste del país.