El Ejército del Aire y del Espacio dispondrá de 23 millones para el apoyo logístico del Predator B
El Ministerio de Defensa lanzará un contrato por valor de 23 millones de euros para el apoyo logístico al sistema aéreo remotamente tripulado Predator B, operado por el Ejército del Aire y del Espacio en misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento. Está operativo en el Grupo de Fuerzas Aéreas RPAS del Ala 23, con base en Talavera la Real (Badajoz).
El Consejo de Ministros ha dado luz verde a este contrato para "garantizar la continuidad de este apoyo logístico especializado para la flota de aeronaves y el resto de equipos que componen este sistema, así como su óptimo funcionamiento y actualización, manteniendo las actuales prestaciones de servicios y suministro e incluyendo otras nuevas para atender las nuevas capacidades incorporadas al mismo".
España cuenta con cuatro drones Predator B y tres Estaciones de Tierra (GCS). Adquirido en 2016, este sistema está configurado para llevar a cabo principalmente misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR).
El Predator B entró en servicio en diciembre de 2019. Fue desplegado por primera vez en un ejercicio internacional en el Real Thaw 24 que tuvo lugar entre el 21 de mayo y el 6 de junio en Portugal este año.
En cuanto a su armamento, el Ejército del Aire y del Espacio recibió a finales de 2023 el visto bueno para la adquisición e integración del misil guiado aire-superficie Hellfire y su equipo asociado en estos RPAS. La adquisición de esta nueva capacidad busca mejorar el rendimiento aire-superficie para el cumplimiento de las misiones que tiene encomendadas.
Así es el misil Hellfire
España decidió armar sus drones Predator B en servicio en el Ejército del Aire y del Espacio. El elegido para dotar a estos RPAS con capacidad de ataque a objetivos terrestres fue el AGM-114 Hellfire, un misil guiado aire-superficie de corto alcance desarrollado por la estadounidense Lockheed Martin con un precio por unidad que ronda en la actualidad entre los 120.000 y los 150.000 dólares.
Este tipo de misil permite atacar desde el aire a pequeñas unidades o dar apoyo aéreo a las operaciones. Tiene un peso de unos 45 kg, una longitud de 1,6 m y un alcance efectivo de hasta unos 8 kilómetros, y está guiado por láser. Hace unas semanas, en el campo de maniobras de las Bardenas Reales en Navarra, uno de los Predator españoles efectuó un ejercicio de guiado láser de un misil lanzado desde un avión de combate F-18, como publicó Infodefensa.com.
Esta misión pone de manifiesto que el 223 Escuadrón del Ala 23 de la base aérea de Talavera la Real (Badajoz), responsable de la operación de los Predator, lleva ya un tiempo preparándose para el empleo de armamento desde estos drones.
El Hellfire es realmente una familia de misiles que comenzó con el AGM-114A y va ya por el AGM-114R, con varias mejoras, diseñado para su lanzamiento desde todo tipo de helicópteros y drones. Lockheed Martin comenzó su producción en los años 80 del siglo pasado y sigue fabricando en la actualidad las versiones más avanzadas. La mayor parte de las versiones posteriores a la K se conocen ya como Hellfire II.
Puede incorporar tres tipos de ojivas: antitanque con alto poder explosivo (Heat) para objetivos blindados; de fragmentación para objetivos urbanos y carga aumentada con metal para estructuras urbanas o búnkeres. También está la versión R9X, con una ojiva cinética y cuchillas desplegables, muy utilizada por Estados Unidos en ataques quirúrgicos a zonas urbanas en Irak y Afganistán contra dirigentes talibanes y de grupos terroristas para reducir los daños colaterales.