Quemar el cielo
“A lo ancho del ensangrentado atardecer de septiembre, resultado de los sesenta y dos días pasados sin que lloviera, se propagó como el fuego en la sequedad de la hierba… el rumor, el cuento, lo que fuera.” Así comienza Septiembre seco de William Faulkner.
Hace tiempo que pienso en la memoria y en cómo recordar “lo que nos pasó” se ha convertido en hacer presente sólo la brutalidad del enemigo. “Lo que nos pasó” no es, en las retóricas de la Memoria (así, con mayúscula), la historia de los intentos de nuestros pueblos por cambiarlo todo. Y en esa historia, larga, sinuosa, con aciertos, con metidas de pata épicas, con victorias hermosas y cantidades ingentes de paciencia, siempre hay chispas, sucesos que parecen sin envergadura que encienden el fuego en la sequedad de la hierba de la opresión. A las pruebas me remito...