Primer año de Javier Milei como presidente de Argentina: austeridad y controversias
Buenos Aires. El primer año de Javier Milei en la presidencia de Argentina dejó una profunda huella en el país. Su estilo radical y su política de ajuste económico generan divisiones, mientras que los logros en el control de la inflación contrastaron con los efectos devastadores en sectores vulnerables, como los jubilados y las clases trabajadoras.
El plan de ajuste más ambicioso en décadas
Javier Milei asumió el 10 de diciembre de 2023 con promesas de dolarizar la economía, reducir el gasto público y controlar la inflación. Entre sus primeras medidas, devaluó el peso en un 52%, lo que provocó un salto inicial de la inflación al 25.5% en diciembre. A partir de enero, las cifras comenzaron a descender, marcando 2.7% en octubre, lo que el mandatario denominó “un milagro económico”.
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Sin embargo, este ajuste se logró a un alto costo social. La eliminación de subsidios a tarifas de servicios, el recorte de programas sociales y la liberación de precios en sectores como alimentos, medicamentos y alquileres provocaron un aumento de la pobreza al 52.9%, el mayor en dos décadas.
El gobierno también llevó a cabo una reestructuración del Estado, reduciendo de 18 a 8 los ministerios y eliminando organismos dedicados a la lucha contra la discriminación, pueblos originarios y cultura. Asimismo, paralizó obras públicas y recortó más de 30,000 empleos estatales.
Jubilados y sectores vulnerables, los más afectados
El ajuste tuvo un impacto directo en los jubilados. El poder adquisitivo de las jubilaciones mínimas cayó drásticamente, y el gobierno congeló un bono compensatorio mientras restringía la provisión gratuita de medicamentos esenciales. Además, se clausurará en 2025 un programa que permitía jubilarse a quienes no cumplieran con los años de aportes requeridos, dejando a miles de personas en la incertidumbre.
Historias como la de Alicia Ceresoli, una jubilada de 80 años, reflejan esta realidad. Antes podía disfrutar pequeños lujos como ir al cine o comprar flores frescas; ahora vive con ingresos que cubren solo un tercio de la canasta básica para adultos mayores. Protestas semanales frente al Congreso se convirtieron en un ritual para exigir un “haber digno”, pese al endurecimiento de los controles sobre las manifestaciones.
Logros y controversias
En el plano económico, Milei logró el primer superávit fiscal primario en más de una década (0.3% del PIB en enero) y estabilizó la moneda, pero a costa de un fuerte deterioro del poder adquisitivo y la calidad de vida de los argentinos.
En términos de seguridad, su administración redujo la tasa de homicidios en la violenta ciudad de Rosario en un 62% durante los primeros ocho meses de 2024. Sin embargo, las fuerzas federales también recibieron críticas por su actuación represiva en protestas sociales.
En política exterior, Milei alineó al país con Estados Unidos e Israel, dejando de lado alianzas tradicionales en América Latina. Además, viajó a reuniones con líderes tecnológicos como Elon Musk y Mark Zuckerberg, mientras mantenía una retórica beligerante hacia opositores y la prensa, a quienes calificó de “ratas” y “zurdos de mierda”.
Un balance divisivo
El primer año de Javier Milei en la presidencia estuvo marcado por su énfasis en la austeridad y la búsqueda del equilibrio fiscal, pero también por la polarización social y económica. Mientras algunos sectores celebran los logros en la estabilización económica, otros, como los jubilados y las clases populares, enfrentan una crisis que achica sus vidas y sus oportunidades.
A medida que inicia su segundo año de mandato, el presidente argentino enfrenta el desafío de reconciliar sus políticas económicas con las necesidades de una sociedad profundamente afectada por las medidas de ajuste.