Tornados en Estados Unidos: por qué el país norteamericano es el epicentro mundial de los fenómenos naturales
Con más de 1.000 tornados registrados anualmente, Estados Unidos se posiciona como el país con mayor frecuencia de estos fenómenos naturales. La combinación de su geografía y clima crea condiciones ideales para la formación de tornados, superando a cualquier otra nación en el mundo. Estas situaciones dañan a miles de norteamericanos debido a que se generan desastres por los potentes vientos en USA.
La interacción entre el aire cálido y húmedo del Golfo de México y el aire frío de las Montañas Rocosas genera un entorno propicio para tormentas severas. Este fenómeno no solo afecta a las comunidades, sino que también ha llevado a avances significativos en la predicción y monitoreo de tornados en el país.
A pesar de que otros países como Brasil y Australia presentan condiciones favorables, sus cifras son notablemente más bajas debido a la falta de monitoreo y áreas deshabitadas. En este contexto, es crucial entender por qué Estados Unidos se destaca en la ocurrencia de tornados.
Condiciones geográficas y climáticas
La geografía de Estados Unidos es un factor determinante en la formación de tornados. La proximidad del Golfo de México proporciona un flujo constante de aire cálido y húmedo, mientras que las Montañas Rocosas actúan como un bloque que canaliza aire frío y seco hacia las Grandes Llanuras. Esta combinación crea un ambiente ideal para el desarrollo de tormentas severas, que a menudo culminan en tornados.
Harold Brooks, investigador del Laboratorio Nacional de Tormentas Severas (NSSL) de la NOAA, explica que “el hecho de que tengamos el Golfo de México y las Montañas Rocosas en estas ubicaciones facilita la confluencia de ingredientes para tormentas tornádicas en la parte central de los Estados Unidos”. Esta interacción geográfica es única y difícil de replicar en otras partes del mundo.
Comparativa internacional
A pesar de que países como Brasil, Rusia y Australia también presentan condiciones favorables para tornados, sus cifras son significativamente más bajas. Esto se debe a que muchos tornados ocurren en áreas deshabitadas o carecen de un sistema de monitoreo exhaustivo. Por ejemplo, Australia reporta oficialmente cerca de 20 tornados anuales, pero se estima que el número real es mucho mayor.
En Europa y Asia, las barreras montañosas como los Alpes o el Himalaya limitan la llegada de aire frío en altura, lo que restringe la frecuencia de tornados en comparación con Estados Unidos. Sin embargo, regiones como el sur de Brasil y el norte de Argentina también experimentan tornados, gracias a la interacción entre el frío de los Andes y la humedad del Amazonas.
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Estacionalidad y regiones afectadas
La temporada de tornados en Estados Unidos varía según la región. En estados del sur como Texas, Oklahoma y Kansas, los tornados son más frecuentes durante mayo y principios de junio. En el Medio Oeste, que incluye Dakota del Sur, Iowa y Minnesota, la temporada alcanza su pico en junio y julio.
El término “Tornado Alley” se refiere a un corredor que abarca las Grandes Llanuras y el Medio Oeste, donde los tornados son más comunes. Sin embargo, “Dixie Alley”, ubicada en el sureste del país, también registra un número significativo de estos fenómenos. Según datos de 2023 de la NOAA, Misisipi lideró el promedio anual con 115 tornados, seguido de Texas y Alabama.
Historia y avances en la predicción
El 25 de marzo de 1948 marcó un hito en la historia del pronóstico de tornados en EE. UU. Ese día, los meteorólogos Ernest Fawbush y Robert Miller emitieron el primer pronóstico oficial de tornado en la base aérea Tinker, en Oklahoma. Su precisión llevó a la creación del proyecto “Tornado Alley”, sentando las bases para la actual tecnología de predicción.
Entre los tornados más devastadores en la historia de EE. UU., el Tri-State Tornado de 1925 se destaca como el más mortífero, dejando un saldo de 695 muertos. Otros eventos trágicos incluyen el tornado de Natchez, Misisipi (1840), con 317 víctimas, y el de Joplin, Misuri (2011), que causó 158 fallecimientos.
Impacto del cambio climático
El papel del cambio climático en la frecuencia e intensidad de los tornados sigue siendo un tema de debate. Harold Brooks señala que es difícil detectar señales claras de cambio climático en estos fenómenos debido a la geografía favorable de EE. UU. Sin embargo, el calentamiento global podría influir en las condiciones que fomentan tormentas severas, aumentando la energía disponible para su formación.
A nivel mundial, en regiones como Europa, se han observado cambios en las tormentas de granizo como posibles indicadores de un impacto climático. La relación entre el cambio climático y la actividad tornádica sigue siendo un área de estudio activa y relevante.