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La caída de la producción nuclear dispara la factura de la luz de noviembre, la más cara desde hace 22 meses

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La factura eléctrica de un consumidor acogido a la tarifa regulada o PVPC ha repuntado un 18 % en noviembre respecto a la de octubre, alcanzando prácticamente los 64 euros, lo que la convierte en la más cara desde febrero de 2023. Ello se explica porque noviembre ha sido, con 104,43 euros/MWh, el mes con el precio mayorista de la luz más alto en 2024 por la menor producción eólica y nuclear, lo que ha forzado a un mayor uso de los ciclos combinados de gas, un combustible cuyo precio, además, ha aumentado de manera significativa. A esto se suma que en este 2024 han ido decayendo o reduciéndose las rebajas de impuestos, entre ellas las del IVA, que el Gobierno aplicó para aminorar el efecto en los consumidores de las subidas de precios que provocó la guerra de Ucrania.

Según el simulador de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), el recibo de la luz de un consumidor tipo, con una potencia contratada de 4,4 kilovatios hora (Kw) y un consumo mensual de 60 kilovatios hora (KWh) en horario punta, 70 KWh en el llano y 120 KWh en el valle, es en noviembre de 63,89 euros, un 18,13% más alto que octubre y un 34 % mayor que en el mismo mes de 2023. Este consumidor tipo acumula en los once primeros meses de 2024 una factura de 564 euros, apunta Efe.

La factura de todo el año 2023 para ese consumidor, aunque en este caso sí corresponde a los 12 meses del año, ascendió a 633,17 euros, lo que representó una reducción drástica respecto a los 1.096,53 euros a los que ascendió en 2022 y a los 824,55 euros de la de 2021, años en que el precio de la electricidad se disparó, especialmente a partir de la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022.

El recibo de la luz de este mes de noviembre es el más alto de todo 2024, superando el de agosto, que fue de 57,19 euros; y el de mayor cuantía desde febrero de 2023, en que llegó a 64,48 euros. En la factura eléctrica, se incluyen, además del precio de la electricidad, los costes regulados (peajes y cargos), el alquiler del equipo de medida, el margen para la comercializadora por los servicios prestados y los impuestos. Precisamente para limitar el impacto de la subida de los precios de la electricidad en el mercado en los consumidores, el Gobierno redujo impuestos que luego se han ido recuperando progresivamente, como el especial a la electricidad o el IVA.

Recuperación parcial del IVA

Este último, cuyo tipo se llegó a reducir desde el 21% al 5%, s mantuvo en esa rebaja hasta finalizar 2023, para pasar en 2024 al 10 %, si bien se estableció una excepción: si en un mes la media en el mercado mayorista diario no superaba los 45 euros/MWh, en el mes siguiente se aplicaría un IVA del 21%. Por eso, en los meses de marzo, abril, mayo y junio, debido a los bajísimos precios en el mercado diario mayorista en la primavera, en la que en abril se llegó a un mínimo histórico mensual de 13,67 euros/MWh, se aplicó un IVA del 21%.

En esos meses, las facturas ascendieron a 44,85 euros en marzo, 42,1 euros en abril, 47,13 euros en mayo y 52,51 euros en junio, superando la de este último mes a la de julio, que fue de 52,17 euros. Si nada cambia, en 2025 se recuperará en su totalidad el IVA del 21 % en la factura de la electricidad, frente al 10 % que ha habido en 2024 salvo en los meses antes referidos.

La reforma del PVPC o tarifa regulada

Además, 2024 ha sido el primer año en que se ha aplicado la reforma del Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC), conocido como tarifa regulada, para reducir el peso que tenía el precio mayorista diario en el término de consumo de la factura, que era del 100%. A partir del 1 de enero, el 75% del PVPC está determinado por el precio diario y el 25% por el mercado de futuros, porcentaje este último que se incrementará al 40% en 2025 y al 55% en 2026.

La finalidad de la reforma del PVPC, además de ser un compromiso del Gobierno con Bruselas cuando se autorizó el tope al precio del gas para generación eléctrica, era reducir la exposición a la volatilidad del mercado a los clientes que cuentan con esta tarifa, que tienen 8,6 millones de consumidores. Entre ellos, están los beneficiarios del bono social, que están obligados a tener una tarifa para acceder a ese descuento en la factura de la luz para los consumidores calificados como vulnerables.

Esa reducción de la exposición de los consumidores con PVPC al mercado diario tiene el efecto de que en los meses que, como en febrero, marzo, abril y mayo de este año, los precios fueron tan bajos no se beneficiaron en igual media que si el peso hubiera sido del 100%. Sin embargo, en meses en que, como el de noviembre de este año, se superan los 100 euros/MWh, no se ven tan perjudicados como si el peso fuera del 100 %.