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La historia del bebé Braulio, un crimen franquista que causó terror en la familia de un sindicalista fusilado en Gran Canaria

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Una nueva asociación de memoria democrática se ha creado con su nombre para luchar por la justicia y reparación. Francisco González cuenta cómo su padre nunca se olvidó de esta historia pese a que en sus últimos años padeció demencia

La historia tras los claveles rojos que conmemoran a los ‘cinco de San Lorenzo’, fusilados en marzo de 1937

Cuando Diego González enfermó y tenía una demencia muy avanzada dejó de recordar a todos sus seres más queridos, pero había una historia que aún retumbaba en su cabeza y que seguía verbalizando: la de su hermano Braulio. Diego tenía solo once años cuando vio junto a sus hermanos cómo las brigadas del amanecer entraban a registrar su casa en plena Nochebuena en busca de su padre, Francisco González. Pensaron que este sindicalista, que entonces se encontraba escondido en una cueva en San José del Álamo, volvería a casa por la Navidad de 1936 y podrían arrestarlo. No lo encontraron, pero sembraron el terror en su hogar. 

El sobrino de Braulio, que se llama Francisco González como su abuelo, recuerda a esta redacción que en su familia esta historia causó mucho dolor y mucho impacto. Señala que siempre le han contado que los falangistas llegaron sobre las 21.30 de la noche, que primero mataron de un tiro al perro que estaba en la puerta y que después entraron en la casa poniéndola “patas arriba”. Registraron todo y un falangista tropezó con la cuna de Braulio, que estaba colgada del techo para evitar que entraran las ratas. Entonces, afirma que el niño empezó a llorar y que hubo un momento de tensión en el que el falangista lo sacó de la cuna y lo golpeó contra la pared. 

Braulio no murió en ese momento. La madre del pequeño, Lola, y su tía Rosa, lo llevaron a un médico en el barrio de Guanarteme, donde había un doctor que atendía a las personas pobres ya que no podían llevarlo a un hospital al tratarse de un ataque franquista. El médico les dijo que no había nada que hacer por él, que no resistiría al daño en el cerebro y que lo abrigaran. Volvieron a casa y el bebé murió en su cunita la mañana siguiente. 

Francisco González señala que la noticia pronto corrió y generó conmoción en el barrio de Tamaraceite. Al poco de saberlo, su abuelo, el sindicalista Francisco González se entregó y fue fusilado después junto al entonces alcalde del entonces municipio de San Lorenzo, Juan Santana Vega y junto a Antonio Ramírez Graña, secretario municipal; Manuel Hernández Toledo, jefe de policía y el sindicalista Matías López Morales: “los cinco de San Lorenzo”. 

“A mi hermano lo tiraron y lo hicieron polvo”, relató Diego González en un documental en 2010 sobre los Fusilados de San Lorenzo. En 2018 falleció sin poder cumplir el sueño de recuperar los restos mortales de su padre, como contó varias veces a esta redacción. 

Después de que el niño hubiera fallecido, Lola buscó a un cura que le diera la bendición y sepultura. Pero las puertas se cerraban ya que nadie quería tener nada que ver con un crimen que era sabido que había sido cometido por los franquistas. Finalmente, le hablaron de un pequeño cementerio, el de San Lorenzo. “El entierro fue al día siguiente. Fueron caminando por el Camino de San Lorenzo, mi abuela, mi tía Rosa, y los hermanos. Pero nadie de Tamaraceite se acercó al entierro: había mucho miedo”, destaca Francisco González. 

“El asesinato fue un hecho determinante, no solamente en mi familia, sino en Tamaraceite. Porque en esa época Tamaraceite no pasaba de dos mil habitantes. Entonces, fue una historia muy fuerte y que además desde el minuto uno se ocultó”, relata Francisco González. En este barrio además no solo hubo fusilados sino que también se contabilizan desaparecidos, como los 14 claveles. 

“Pero el que asesinara a un bebé, de la forma que lo asesinaron tuvo mucha repercusión. Y hay mucha gente mayor con la que yo entrevisté. Llegué a entrevistarlos en su momento, en los años noventa, ochenta, 2000, que recordaban, y todavía hay gente que recuerda el tema. Lo que pasa que es un tema que fue muy silenciado. Por la magnitud que suponía la muerte de un niño”, relata Francisco González. 

La familia no tiene la partida de nacimiento del bebé, porque explican que entonces era común que los niños se inscribieran con más tiempo en el registro por la alta tasa de mortalidad infantil.

Una asociación lleva el nombre del niño

Ahora, 88 años después del crimen, un grupo de personas jóvenes y comprometidas han creado la asociación Niño Braulio, que ya figura en el registro de asociaciones por la Memoria Histórica de Canarias. Se trata de una iniciativa que no parte de la familia de Braulio pero que ha acogido con mucho orgullo. Alejandro Ferrer Alfonso, presidente de la asociación, apunta que la idea empezó en 2023 y que desde entonces han trabajado en los trámites para formalizar la asociación. 

“Tenemos varios frentes, entre ellos, por ejemplo, el tema de la fosa de Vegueta, para intentar que se retome el asunto, porque familiares, Paco González, por ejemplo, es uno de ellos, no quedaron satisfechos con lo que se hizo”, recuerda Alejandro Ferrer. Por ello, apunta que han solicitado el informe que concluyó que no era viable exhumar la fosa y que lucharán para que el tema se retome y se haga una nueva “cata en condiciones para poder ver cuántos restos quedan allí e identificar”. 

Explica que decidieron ponerle este nombre a la asociación porque “es uno de los casos más significativos, no solo de la represión franquista en Canarias, sino de la no reparación, entendiendo la reparación como unos mínimos de dignificación a la víctima. A día de hoy , la familia tiene una idea de dónde puede estar el niño, pero ni siquiera se sabe qué tumba es en la que están los restos de Braulio en el cementerio de San Lorenzo”. “Ahora estamos moviendo fichas para intentar ver si la parroquia nos puede ayudar a localizar cuál es la tumba de Braulio y a partir de ahí, pues, hacer los procedimientos que hagan falta para averiguar si quedan restos que puedan ayudar a identificarlo”, expresa. 

“Nuestra asociación nace con el firme propósito de trabajar incansablemente para recuperar la memoria de las asesinadas y represaliadas del golpe de estado militar y la posterior dictadura fascista, así como el debido resarcimiento y respeto a las familias de las mismas. A través de nuestras investigaciones, publicaciones, exposiciones, actos conmemorativos y trabajos de toda índole posible, tenemos el objetivo de visibilizar las atrocidades cometidas durante la etapa franquista y promover el diálogo y la reflexión sobre los hechos, buscando crear conciencia, ansia y compromiso por la justicia y los valores democráticos, así como dificultar que tales crímenes puedan volver a suceder en el futuro, habida cuenta del preocupante blanqueamiento y enaltecimiento de tan nefasta ideología que estamos experimentando a nivel mundial en estos últimos años”, expresa la asociación en su carta de presentación.