El Valladolid, un caos que Ronaldo dirige a distancia
Mientras el Valladolid perdía en Getafe el viernes pasado, su propietario, Ronaldo, jugaba al tenis como si la cosa no fuera con él. El brasileño hace tiempo que parece haberse desentendido de la gestión de un club que vive una crisis que no acaba nunca. El Valladolid es último en la Liga, con un propietario que no ejerce y un entrenador que cada semana se juega el puesto. Y se enfrenta hoy al mejor Atlético de la temporada, que llega después de haber goleado al Sparta de Praga en la Liga de Campeones.
Ronaldo jugaba el pasado viernes contra Kaká un partido de exhibición en un torneo de famosos que transmitía a través de su canal de Twitch, evidenciando la desconexión que siente con un club para el que parecía tener grandes planes cuando lo adquirió. Sólo ha visto dos partidos en directo esta temporada, el debut contra el Espanyol y el de la segunda jornada contra el Real Madrid en el Bernabéu. Ahora ya ni siquiera disimula y se exhibe públicamente jugando al tenis mientras su equipo se juega la vida. La indolencia que transmitía a veces desde el campo, cuando esperaba con los brazos en jarra a que le llegara la pelota para activarse, la transmite ahora también desde la gestión del club.
Un síntoma de esa dejadez es la situación del entrenador, el uruguayo Pablo Pezzolano, que no ha acabado de hacerse un sitio en el corazón de la afición, que le ha pedido varias veces que se vaya, incluso el curso pasado cuando el equipo consiguió regresar a Primera.
Mientras el equipo celebraba el ascenso en el balcón del Ayuntamiento, el entrenador gritaba «Pezzolano, vete ya», la canción que había escuchado durante toda la temporada en el banquillo de Zorrilla. Lejos de ser una muestra de encaje, una manera de asumir la crítica y devolverla con humor, parecía un desafío a los aficionados pucelanos. Una manera de decir que mientras ellos pedían que se fuera, él llevaba al equipo a Primera y le tenían que aguantar.
No parece que las cosas hayan cambiado mucho esta temporada. El Valladolid sólo ha ganado dos partidos en lo que va de campaña. «Esto es fútbol y el club puede decidir cambiar de técnico», reconoce Pezzolano, que asume la realidad del incierto trabajo de entrenador.
El uruguayo no podrá sentarse en el banquillo después de ser expulsado contra el Getafe. Algo que no resulta demasiado extraño en su trayectoria. Sin embargo, se muestra optimista sobre el recorrido del equipo en lo que queda de temporada. Y se basa en lo sucedido el curso pasado. «Nuestro rendimiento es mucho mejor en lo defensivo y hay que seguir machacando, porque llegarán las cosas buenas. Que el inicio no sea bueno no quiere decir que el final sea malo y lo importante es saber ir jugando, saber que vamos a sufrir y que en algún momento vamos a despegar, como pasó el año pasado», dice.
Sobre Ronaldo prefiere no decir nada. Sólo le preocupa «ganar el partido más inmediato, y después pensar en el siguiente». Partido a partido, como el Cholo Simeone.