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Ноябрь
2024

Ibai Gómez: «Estoy pasando por mi mejor momento personal»

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Abc.es 
En las distancias cortas, Ibai Gómez (Bilbao, 1989) saca a relucir un carisma que, lejos de reflejar el brillo de la fama de sus años como futbolista del Athletic Club, encuentra su asiento en su cercanía, humildad, pasión por su trabajo y entusiasmo vital. Dedicado en exclusiva desde el año pasado a su faceta como entrenador, a cargo del equipo del Arenas de Getxo, donde vive con su mujer y sus tres hijos, lleva adelante además una cadena de restaurantes de comida sana con el también futbolista Marcos Llorente, Naked & Sated. Con él comparte una gran amistad y acaba de lanzar otro negocio de café de especialidad, sumergidos ambos en la práctica convencida de hábitos para un estilo de vida más saludable. En el primer local de su empresa (tienen ocho ya, cinco en Madrid y el resto en Málaga, Bilbao y Valencia), el primer Ibai famoso de España se toma un café con Summum:   ¿Cómo fue tu transición, bastante reciente, de futbolista a entrenador? Yo me retiré del fútbol joven. Siempre dije que lo iba a hacer cuando ya no me ilusionara lo necesario. Soy una persona que debe vivir todo con pasión todo y llegó un punto en el que, los últimos dos o tres años, sentía que no tenía esa ilusión o esa pasión necesarias para seguir. Además vi que había perdido el nivel de rendimiento que requiere estar en esas categorías. Ya había sido 13 años entrenador de chicos jóvenes, era algo que me apasionaba y que sabía que en el futuro iba a retomar. Mucha gente dice, ¿no te da miedo dejar lo que llevas haciendo tantos años? Y respondo, pues mira, para mí ha sido más sencillo porque yo ya sabía lo que quería después. Tenía muy claro mi transición, que lo iba a dejar para ser entrenador, para ponerme con esta nueva etapa. Entonces, obviamente cuesta, pero me costó menos que muchos compañeros con los que hablo porque mi otra pasión es la que he iniciado ahora y la estoy disfrutando muchísimo. Los espectadores vemos la gloria y la fama que dan el fútbol, pero tú, ¿qué es lo que más echas de menos? El día a día de cuando verdaderamente lo vives con pasión. Ese día a día en el que te apetece ir por las mañanas, el vestuario, un equipo... Yo he tenido suerte de tener vestuarios muy, muy buenos, y compañeros increíbles. A mí me ha gusta jugar al fútbol desde los tres años, cuando empecé a dar patadas al balón en el Santutxu, el equipo de mi barrio, y en mi casa el fútbol sigue con una pasión tremenda. Entonces, poder vivir de eso, y hacerlo cada mañana y a esos niveles es lo que verdaderamente se echa de menos. ¿Qué te enseñó el fútbol a ese nivel tan alto? El fútbol me ha dado un alto porcentaje de lo que soy hoy en día. Es un deporte en el que aprendes a convivir, a compartir, a dejarte el alma por el de al lado y que él haga lo mismo por ti y a cumplir objetivos en un colectivo, que no tiene nada que ver con vivirlo de forma individual. También a saber que debes de poner lo colectivo por encima de lo personal, que es muy difícil. Siempre digo que ha habido fases en las que he sido un buen suplente y otras en las que he sido un mal suplente, y de las cuales me arrepiento, pero no es fácil, porque hay momentos complicados y el futbolista es egoísta por naturaleza. Siempre cree que está por encima del de al lado, que se merece jugar, mira más por sí mismo que por todos. Tener esa capacidad de poner lo colectivo por encima de lo personal es el mayor aprendizaje que he tenido en el fútbol. Y ahora que soy entrenador, todavía más. Ahora tienes a chicos que debes decidir no ponerles, y es complicado. Yo he vivido eso, sé lo que están pensando y viviendo. Intento estar cerca, llevarlos al mejor lugar posible, pero cuando eres joven es muy difícil entenderlo, es un aprendizaje. No todos los futbolistas pueden ser entrenadores, ¿o sí? Tienes que querer ser algo. Es como con mis hijos, yo nunca les voy a obligar a que jueguen al fútbol, quiero que hagan lo que verdaderamente les gusta. Y conmigo es lo mismo. Yo soy entrenador porque es algo que me apasiona, no porque viva en el mundo del fútbol. Empecé a entrenar con 13 años a chavales de cinco. Tuve un desarrollo tardío y los fines de semana prácticamente no jugaba minutos, y lo echaba de menos. Entonces mi 'aita', mi padre, me dijo, ¿por qué no coges un equipo de chavalitos y así los fines de semana tienes el partido? Probé y desde el primer día me encantó. Y ahí estuve 13 años subiendo con ellos. Empecé con niños de cinco y llegué hasta los de 16. Cuando me fui a Vitoria a jugar lo tuve que dejar, pero me apasionaba. Decías antes del futbolista muy egoísta, ¿sólo él o en general el ser humano? El ser humano. Creo que cada día somos más egoístas, realmente. Ahora con las redes sociales al final te acercas más a gente que no conoces y te das cuenta lo egoístas que somos. Nunca, o pocas veces, valoramos realmente lo que tenemos y siempre nos ponemos por encima. Que está bien, en muchos casos, ser capaz de valorarte a ti mismo, pero una cosa es eso y otra hacer de menos lo que tienes alrededor. Pero en el fútbol, lo de egoísta se dice en el sentido de que siempre piensas que tienes que ser titular. Como público, solo asistimos a los momentos épicos, cuando os vemos ganar o perder. ¿Te cansó un poco tener que explicar todo el esfuerzo y trabajo que hay detrás, en el día a día? Sí, porque además ha habido fases en las que me ha afectado mucho lo social, en las que no sabía llevarlo, hasta que me puse a trabajar en ello. Yo viví épocas en las que luego te das cuenta que realmente han sido depresión, aunque no eres consciente de que estás pasando por ello. Al final somos personas. No es fácil. Somos chicos jóvenes. Que sí, que ganas mucho dinero, pero los sentimientos están. Yo además soy una persona muy sentimental, muy pasional, como decía, y a mí me dolía ver incluso gente a que vive cerca de ti, de tu familia o tus hijos, que te dan esos mensajes y tú estás pasando por un momento en el que no estás bien. Obviamente, te juzgan por lo que ven en el campo. El fútbol es un deporte en el que vale todo. Hay gente que va a desahogarse, piensa «como estos cobran, tienen que aguantar lo que sea». Si esa es su perspectiva, no la comparto. No estoy diciendo por ello que no ganemos mucho, pero es que el futbolista gana en torno a lo que mueve y eso no debería permitir que valga todo. Yo he tenido fases en las que me ha resultado muy difícil saber sobrellevar ese tipo de mensajes que te llegan. ¿Te has sentido agredido? De manera verbal, sí. Muchas veces es una barbaridad. En otros trabajos no viene alguien a insultarte si lo haces mal. Está bien que no te guste como juego, te lo compro, pero de ahí a que llegues a eso no me entra en la cabeza. En el fútbol es algo que está muy normalizado. ¿Qué les dices a los niños o padres que se te acercan ansiando esa vida de fama y dinero? Ese es el tema. Yo soñaba con ser jugador de fútbol, ahora la mayoría sueña con ser futbolistas. Es diferente. Yo soñaba con jugar unos minutos en el Bernabéu, meter un gol ahí. Ahora se sueña con la vida del futbolista. Yo nunca pensé en tener una casa o una piscina, sino con ser jugador de fútbol. A la gente ahora sí le llama más la atención las oportunidades que te da tener tanto dinero. Afortunadamente también te acompaña esto y yo le doy mucho valor, sé lo afortunado que soy de poder ganar lo que he ganado viviendo de mi pasión. ¿Cómo es tu estilo de entrenador? ¿Qué es lo que para ti es inamovible e innegociable en tu vestuario y con tu equipo? Todo lo que depende de la mentalidad. Para mí, eso es innegociable. ¿Por qué? Porque soy muy personal y muy enérgico. Intento ser el primero que demuestra que no puede faltar todo lo que dependa de la mentalidad: trabajo, ilusión, positivismo, energía. Porque esto es lo que depende de ti. Luego, que falles un pase, un gol, los centros, o que tengas días mejores y peores, ya no depende tanto de ti. Yo estoy encima de que nos vayamos a la cama con la conciencia tranquila por haber hecho todo lo que podíamos. Además eres empresario. ¿Qué te llevó a lanzar una cadena de restaurantes? Conocí a Marcos Llorente en Vitoria, en el Alavés. Siempre me llamó la atención la salud, pero veía que él iba mucho más allá y fue un aprendizaje el que tuve con él y su familia. Eso nos unió. Y pasamos tanto tiempo juntos que empezamos a hablar de muchas cosas, entre ellas de abrir un negocio enfocado en la salud. Conocimos por medio del preparador físico que compartíamos a Marino Cid, uno de los socios en Naked & Sated y yo conocía al chef Roberto Bosquet por redes sociales. De ahí salió este combo con el creamos un restaurante al que nosotros pudiéramos ir a disfrutar de la comida de manera saludable. Y vimos que tuvo una acogida increíble, y a partir de ahí abrimos el resto de los que tenemos. ¿Una sociedad se parece al trabajo en un equipo de fútbol? Sí, es muy familiar. Es un negocio de amigos. Y estamos muy felices y muy agradecidos desde un primer momento a la gente que viene e intentando mejorar cada día. Esto también lo vivimos con mucha pasión, con ganas de aprender, de crecer y de disfrutarlo. El mundo empresarial no es fácil. De lo que sueñas a la realidad hay mucho que aprender. Es cierto, es muy difícil. En los negocios es muy importante que esté el dueño. Es vital, porque al final, hay muy poca gente que se tome un trabajo que no es suyo, como si fuese suyo. Y es normal, es lógico, es natural del ser humano. Entonces la gestión del personal es difícil, porque tú esperas eso pero es prácticamente imposible. Es complicado el día a día, porque les tienes que apretar pero somos personas muy sentimentales, que queremos que la gente esté a gusto y que nos sienta cercanos, que les guste estar trabajando aquí. Y luego puede pasar que alguno no vaya bien, como nos pasó en Barcelona. Abres ocho restaurantes y puede que no todos funcionen. El mundo empresarial es muy complicado y la hostelería te diría que incluso más. Es un aprendizaje también. Absoluto. Lo que más me mola en la vida es aprender. Cada día intento aprender, escuchar y estoy siempre en un proceso de autoconocimiento, de evolución. Estoy pasando por mi mejor momento, porque he aprendido a escuchar mucho más y mi obsesión es aprender. Escucho a la gente, intento escuchar a la gente de diferentes ámbitos para aprender y creo que es la clave de la vida. Yo por lo menos se lo recomiendo a todo el mundo porque me está dando un plus enorme. También te has lanzado al mundo del café de especialidad, ¿por qué? Yo no sabía realmente la diferencia del café de especialidad, al que yo llamo ahora el café de verdad, porque el otro es un producto al que le han llamado café pero no tiene nada que ver. En su día tomaba el café con tres sobres de azúcar y creía que me gustaba el café, cuando probé el de especialidad, sin azúcar, pensé que era una maravilla y el anterior ya no lo pude tomar más. El mundo del café es un poco como el del vino, brutal. Marcos Tostador, que fue el primer tostador que tuvimos en Galicia, nos empezó a enseñar todo esto a Marcos y a mí. Vimos que este es saludable y nos lanzamos y estamos encantados. Sí que es cierto que esto es un proyecto con mucha menos inversión, que comenzamos vendiendo online. Ahora tenemos el tostador en Durango con Marisa Baqué, muy conocida en el café de especialidad, y luego nos encantaría poder tener nuestros pequeños corners de café pero vamos poco a poco. De momento en Naked tenemos este café ya, y el feedback de la gente es alucinante. En un restaurante el café es con el último sabor que te quedas. Y yo no era consciente de ello. Has hablado de la salud y, por todo lo que me cuentas, veo que te cuidas mucho y que eres muy disciplinado ya con esto. ¿Cómo fue tu camino en este autocuidado? ¿Siempre fuiste así? Siempre me ha gustado cuidarme para dar mi mayor rendimiento en el fútbol. Con el tiempo me he dado cuenta que lo que yo pensaba que era cuidarme, realmente no lo era. Por ejemplo, antes de los partidos siempre comía pasta y luego me he dado cuenta de que no me sentaba tan bien. Hablo desde mi perspectiva, de lo que yo he sentido, luego que cada uno que lo pruebe y sea capaz de tomar la decisión por sí mismo. Esa es la clave, lo que a ti te siente bien. Cuando conocí a Marcos esto me dio un vuelco. La primera vez que fui a su casa vi productos de limpieza ecológicos, el agua filtrada... No entendía nada. Pensaba que me cuidaba pero estaba muy lejos. se trata de aprender, escuchar y probar por mi mismo. Empecé con cambios pequeños, ahora estoy en un punto en el que llevo han pasado nueve años de aprendizaje y de ir dando pequeños cambios, hábitos atómicos como el nombre de un libro que me encanta y me ha cambiado la vida. Todo esto me ha cambiado en la energía, en la seguridad en mí, me ha ayudado muchísimo todos estos cambios. Di un salto más en la salud porque me detectaron un melanoma en 2017 y me lo quitaron a tiempo. Tenía un lunar muy diferente al resto, no había ido al dermatólogo pero en una cena con Marcos él contó que un amigo de su madre había fallecido un melanoma. Al día siguiente fue a hacérmelo mirar y resulta que era cancerígeno, menos mal que muy superficial. A partir de ahí empecé todavía a dar una vuelta de tuerca más, a informarme de muchas cosas. ¿Te asustaste? Supe lo que es verdaderamente vivir con miedo y entiendo a la gente que toma las decisiones desde el miedo. Siempre digo que el mayor arma que hay en el mundo es el miedo, cuando quieras conseguir algo, si además eres capaz de no tener corazón, lo tienes fácil, creas un miedo y le creas el antídoto a ese miedo y ya está. ¿Y hoy en día en qué nivel de atención a tu salud y hábitos estás? Dentro del mundo en el que vivimos soy un loco, pero yo siempre digo que bendita locura, porque yo soy feliz y confío mucho en lo que hago. Se lo recomiendo a la gente. ¿Cómo has aprendido o dónde has encontrado la confianza en ti mismo para ser diferente? Porque solo no beber alcohol en una reunión social es todo un tema, pasas a ser el aburrido o el que estropea el ambiente. Lo primero tienes que hacer un trabajo, o encontrar una persona que te pueda echar una mano si no eres capaz de hacerlo tú mismo, alguien en quien te puedas desahogar, en la que confíes, pues hay muchos profesionales que son muy buenos, para ir mejorando, para ese autoconocimiento. Y a partir de ahí, tener mucha personalidad y ser capaz de tomar decisiones que sabes que van en contra de lo que suele ser el día a día. Respecto de la vida social, tienes que crearte tu círculo o ver si tus amigos son capaces o quieren seguir con esto. En eso soy afortunado, porque sí que es cierto que tengo un círculo de amistad en los que ellos también han ido adquiriendo hábitos y así es mucho más sencillo, pues sigues teniendo una vida social, pero una vida social que va guiada hacia lo que nosotros creemos que es la salud. ¿Tu mujer también es así? Tengo mucha suerte y es más, ella empezó antes que yo. Me siento súper orgulloso de ella porque a ella desde muy pequeñita le sentaban mal muchos alimentos y pensaban que se quejaba por no querer comer, cuando realmente tiene una intolerancia brutal al gluten. Ella fue capaz de por sí misma siendo muy, muy joven de tomar decisiones. Esto también me facilita mucho y luego con los niños pues es muy complicado, lo que no queremos es que sean los bichos raros, entonces nuestro objetivo es darles una educación en lo que nosotros creemos que es la salud y que sean capaces de mayores de tomar decisiones. Esto es lo más complicado de todo, la educación, no sabes cuándo aciertas, cuándo no, es muy difícil. Eres padre de familia numerosa ya. Los retos del campo de fútbol son grandes, pero, ¿cómo son los de tener tres niños? Para mí el mayor aprendizaje y lo más difícil que hay. Tener hijos es lo que más me ha hecho evolucionar, en nivel de paciencia, de saber tratar su inocencia, guiarles sin sobrepasar, sabiendo que hay muchas cosas que te dará pena hacer pero debes por su bien. Es super difícil la educación, tienes mil miedos en los que nunca habías pensado. Y luego, tengo tres con la misma genética pero totalmente diferentes entre sí, es un aprendizaje constante. ¿Cómo empiezan tus días? Ahora lo que me he propuesto es intentar quitarme la adicción por el teléfono móvil, que era lo primero que hacía cada mañana, mirar Instagram, Whatsapp, etcétera. Y para mí está siendo un cambio brutal algo de lo que ya tengo el hábito adquirido y estoy encantado que es leer libros. Nunca me había llamado la atención, sé que es importantísimo y por eso así se lo puedo inculcar a mis hijos, porque ellos hacen lo que ven con todos los hábitos. Cada mañana me preparo mi café de filtro Irreverentes, me pongo a leer un libro mientras los niños desayunan y luego los llevamos al colegio. A partir de ahí empieza mi día. Soy muy organizado, muy metódico, entonces dentro de lo que tengo en el día intento ser mi mejor versión en cada cosa que hago, ese es mi objetivo diario, y que llegue al final del día con la conciencia tranquila de haber hecho todo lo que estaba en mis manos. Habrá días en los que estás peor o mejor, estás más irritable o menos, pero siempre intentar ser consciente de cómo sacas tu mejor versión. Estoy pasando por mi mejor momento personal. ¿Esa disciplina te la dio el fútbol o crees que ya la traías tú? ¿Se puede aprender? La he heredado de mi padre, mi 'aita' es súper disciplinado y tiene mucha personalidad. Le apasiona el fútbol y es todo fútbol, en eso es una persona súper metódica, súper trabajadora y creo que yo eso lo he heredado de él, no solo con el fútbol, porque a mí me llaman la atención muchas más cosas en la vida pero esa pasión lo he heredado de mi padre. Ganas en las distancias cortas. ¿Te apena cómo vemos a ciertas figuras famosas?   Me preguntabas antes cómo consigo ser yo mismo. Así lo he conseguido, dándome cuenta de que cuando la gente verdaderamente me conoce me dice esto. ¿Para qué voy a hacer caso a la gente que realmente no me conoce? Si alguien tiene la inquietud de conocerme, yo estoy abierto a ello. A partir de ahí, el poder cae bien, el poder cae mal, pero que sea verdaderamente teniendo el conocimiento y la potestad para poder describirte.