El conductor que mató a un joven tras llevarse una marquesina de autobús en Neptuno da positivo en alcohol
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Conducía a más velocidad de lo permitido y bajo los efectos del alcohol, cuando, para desgracia de dos jóvenes que esperaban al autobús en la plaza de Neptuno, sus caminos se cruzaron. El atropello tuvo lugar hacia las 3 horas de la madrugada, después de que el conductor perdiera el control de su vehículo dirección a Atocha y se estrellara contra la marquesina de la EMT. A consecuencia del brutal impacto, uno de los afectados, de 25 años, moría allí mismo , mientras que el otro tuvo que ser trasladado con preaviso al hospital aquejado de fracturas múltiples en tronco y piernas. Por su parte, el hombre que iba al volante, de 33 años, sufrió un traumatismo craneoencefálico y también tuvo que ser ingresado en estado grave. Allí, los agentes del Cuerpo Municipal que lo custodiaban le sometieron a un análisis de sangre para esclarecer si sobrepasaba los niveles permitidos de alcohol o hubiera ingerido drogas: el resultado dio positivo en la primera de las pruebas. Este iba acompañado en el turismo de otro varón, que salió ileso; y según los datos recabados por los efectivos de la Comisaría de Policía Judicial de Tráfico, es probable que regresaran tras una cena de Navidad. El turismo tenía todos los papeles en regla. A medida que avancen las pesquisas, podría ser acusado de homicidio por imprudencia grave, lesiones graves y conducción temeraria. Los Bomberos del Ayuntamiento estabilizaron el vehículo y procedieron a sanearon los daños de la marquesina, que ayer amaneció vallada y sin la mitad de los cristales. En ese mismo punto, otro joven de 15 años ya fue arrollado mortalmente por un vehículo que también circulaba a alta velocidad mientras esperaba junto a su padre. «El 9 de diciembre de 2016 un desalmado arrebató la vida de mi querido hijo Iván, que tenía 15 años. Le mató porque conducía habiendo consumido cocaína, alcohol y psicotrópicos, y a una velocidad que triplicaba la máxima permitida. Iván estaba esperando en la parada del autobús y le arrolló», señaló entonces la madre del adolescente. La mujer denunciaba que «cuatro años no eran suficientes » para un hombre que conducía un coche robado, dio positivo en alcohol y drogas y superaba la velocidad máxima permitida en el Paseo del Prado, llegando a alcanzar los 130 kilómetros por hora.