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Ноябрь
2024

Doscientos años en una «cuarta de tierra»

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BAYAMO, Granma.— Los bayameses Vicente Cutiño Castillo y Sergio Rodríguez Aguilar celebraron este año sus respectivos centenarios, un hecho sumamente singular, pues ambos viven en la misma calle (Línea), a solo seis casas de distancia.

Vicente festejó su onomástico el 22 de enero, rodeado de parte de su parentela, en la que se cuentan seis hijos, diez nietos, seis bisnietos y tres tataranietos.

Por su parte, Sergio llegó a la emblemática edad el pasado 7 de octubre y en su cumpleaños cien también estuvieron muchos integrantes de la familia, compuesta por seis hijos, 18 nietos, 19 bisnietos y cinco tataranietos.

«Yo lo que he hecho siempre es trabajar», dijo Vicente a Juventud Rebelde para hablar de la fórmula de su larga existencia, aunque también puede deberse a la genética, pues su padre, Francisco Cutiño, vivió 102 años y su madre, Gloria Castillo, nada menos que 105.

«Éramos 14 hermanos, solo quedamos dos», expresó, para luego añadir orgulloso que su hermana, Noelia, cumplió 99 primaveras el 10 de abril.

Él laboró durante largo tiempo de cabillero, un oficio en el cual sobresalió en la llamada Empresa de Prefabricado, de Bayamo, al punto que resultó seleccionado para prestar colaboración en Jamaica, país en el que estuvo cuatro meses en la construcción de una escuela.

Su vecino declaró que «solo Dios sabe» la razón por la que ha vivido tanto, y de paso comentó que tal vez se deba a la buena alimentación y a «hacer el bien en cada momento».

Ambos pueden valerse por sí mismos, caminan y tienen buen entendimiento, por eso se han convertido en personajes peculiares en el barrio conocido como Micro V, en el reparto Antonio Guiteras, al que llegaron, coincidentemente, en 2001.

Cutiño Castillo, si bien  se considera bayamés, es natural de Amancio Rodríguez, actual municipio tunero, donde laboró en el mantenimiento de vías férreas, «cuando las traviesas eran de madera».

«La gente se queja ahora, pero muchos no saben lo que es pasar trabajo de verdad. Hoy la juventud se pone un par de zapatillas y yo le digo que tuve que usar alpargatas, valían ocho pesos», agregó.

Sergio creció en las cercanías del barrio rural El Chungo, a unos diez kilómetros de la Ciudad Monumento y allá fue ordeñador de vacas y trabajador en un aserrío.

Ambos sufrieron la pérdida de sus esposas, el primero en 1974 y el segundo en 2002, por eso, al paso del reloj, quedaron al cuidado de sus hijas Iliana y Miriam, respectivamente.

Los dos recuerdan el machadato (el Gobierno de Gerardo Machado, de 1925-1933) como una etapa terrible, aunque eran niños en aquella época.

Vicente conserva entre sus recuerdos entrañables haber formado parte de un «conjuntico allá por Amancio», en el que tocaba la guitarra y, gracias a eso, pudo intercambiar con el conocido cantante Eduardo «Tiburón» Morales.

Sergio, que no oye bien, pero dice poder hacer muchas cosas, como caminar y desyerbar (si hiciera falta) se considera «un muchachito de cien años».

Él, unos días después de su cumpleaños acudió a ver a Vicente y tras el saludo algunos vecinos comentaron que se habían juntado 200 años «en una cuarta de tierra».

A finales de 2022 vivían en el Archipiélago 1 788 personas centenarias, según el libro digital Envejecimiento saludable en Cuba, publicado por un colectivo de prestigiosos autores mediante la editorial de Ciencias Médicas (https://archivo.cepal.org/pdfs/ebooks/envejecimientosaludablecuba.pdf).

En ese propio texto se hace referencia a un estudio salido a la luz una década anterior, en el que se contabilizaron 1 488 centenarios en el país (es decir, 300 menos) y de ellos, 48 vivían solos, una prueba de que los seres humanos pueden valerse por sí mismos a edades avanzadas.

En setiembre de 2003, con el propósito de llamar la atención sobre el envejecimiento y su mirada intersectorial, la Asociación Médica del Caribe (AMECA), presidida por el eminente doctor cubano Eugenio Selman Housein-Abdo (1930-2015), fundó el Club de los 120, al que ingresaron ciudadanos con pretensiones de tener una larga longevidad. Curiosamente ni Vicente ni Sergio entraron al club, pero el tiempo ha demostrado que poseían todas las condiciones para hacerlo.