Nunca hemos estado peor
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Algunas veces me pregunto qué escribirían algunos de mis columnistas favoritos sobre el esperpento político que nos está tocando vivir. Julio Camba era un maestro de la ironía y desdramatizaba con humor cualquier asnada de sus próceres coetáneos. Es verdad que su vena anarco le duró lo que tardó en tener un sueldo digno. Al final acabó sus días viviendo en una habitación del Palace que le sufragaba su amigo Juan March. La molicie favorece la sorna. Tal vez por eso aplaudía que los liberales llenaran la panza cuando estaban en el poder y que los conservadores hicieran lo propio cuando el turnismo de la Restauración les daba el relevo. Media España engordaba con Sagasta y la otra media lo... Ver Más