Así se detuvo a Jesús Heredia: «Supe que era él por un lunar debajo de una oreja»
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«Un fugitivo que es detenido siempre siente alivio. Y Jesús me lo dijo en la comisaría de Murcia: 'Estaba deseando que se acabara esto'». El inspector Darío Varela lo cuenta a ABC por teléfono. Jefe del Grupo 2 de Fugitivos de la Udyco Central, este experimentado policía nacional confirmó personalmente que Jesús Heredia Iglesias era el asesino que llevaban buscando desde 2015. El oficial entró en el dormitorio, giró al prófugo, le alumbró la cara con una linterna y comprobó si tenía un lunar muy característico debajo de una oreja. No había dudas: «Es él». Jesús Heredia Iglesias estaba esposado en el suelo, con las manos a la espalda y en ropa interior porque lo habían sorprendido en la cama a las siete de la mañana del pasado jueves, cuando todavía no había amanecido. Gracias a la colaboración ciudadana, había caído el hombre que mató a tiros a Jesús Robles Galera tras una riña en el bar Nelly de Talavera de la Reina (Toledo) la madrugada del viernes 12 de junio de 2009. Dos correos electrónicos con información precisa habían conducido al inspector Varela y a su gente hasta el piso de Murcia capital donde pudieron poner los grilletes a uno de los diez delincuentes más buscados de España. Por fin, se cerraba un círculo. Jesús Heredia llevaba prófugo desde que fue condenado a 16 años de cárcel por el crimen de Robles, quien murió por una expresión aparentemente baladí: él, que era payo, saludó a su asesino y a su tío Juan Heredia con un «hola, primos». Sin embargo, los dos parientes, de etnia gitana, interpretaron el saludo como una afrenta hacia ellos y Jesús Robles recibió tres disparos, uno de ellos mortal en el corazón. Aunque «nunca se dejó de trabajar en un caso que siempre se mantuvo vivo», lo cierto es que tomó impulso cuando Varela se hizo con las riendas hace menos de dos años. Él y sus compañeros se entrevistaron en la comisaría de Talavera con los investigadores del asesinato y también hablaron con confidentes. ¿Conclusión? Jesús podía estar en Murcia capital. Hasta allí se fueron. Entonces se dieron cuenta de que no iba a ser nada fácil porque «son seis hermanos y varios tienen edades muy próximas y características físicas similares. Misma edad, mismo pelo, la cara muy parecida... Era un tema muy quirúrgico, muy difícil». En dos palabras: un desafío. Trabajaron con los compañeros del Grupo de Fugitivos en la comisaría murciana, le echaron horas y se desplegaron por Patiño, una pedanía junto a la ciudad. Allí vigilaron un edificio considerado «nodriza», donde vivían el padre y la rama familiar de Jesús Heredia. Con medios técnicos, los policías analizaron minuciosamente las caras y las características físicas de los hermanos para saber si estaba Jesús entre ellos. «Era muy complicado, rayaba lo imposible. Había pasado mucho tiempo y la gente cambia, lo que era un factor que añadía mucha dificultad a la investigación», explica el inspector. No hubo frutos y se siguieron haciendo gestiones, pero no se localizó al huido. Lo siguiente fue incluirlo en la lista de 'Los 10 más buscados', que se hizo pública en julio. Era un fugitivo «susceptible de que se le pudiera reconocer por la calle» y que no hubiera huido de España por su arraigo familiar. El cambio de estrategia funcionó. Ahora sí, a la Sección de Fugitivos llegaron muchas informaciones; se le había visto supuestamente en varios lugares del país. Varela y su gente optaron por centrarse en aquella que situaba al prófugo en Murcia. Y ahí los dos correos electrónicos que recibieron unos días antes de la detención resultaron clave. Los agentes comprobaron los datos y el resultado fue positivo. Jesús Heredia se podía esconder en un piso de la calle de Álvarez Quintero, en el portal número 2. Las vigilancias del grupo liderado por Varela y de sus compañeros de la Udyco murciana terminaron de confirmar que estaban ante el asesino de Jesús Robles. Más gordo y calvo, se ocultaba en el 2º B con su mujer, que era la que salía a la calle para hacer la compra y otras gestiones. «Si hubiera sido un hermano suyo, habría salido sin problemas porque ninguno estaba reclamado por la Justicia», añade el inspector desde la lógica de alguien que domina su oficio. Con una orden judicial de entrada y registro, una docena de hombres de negro del Grupo Operativo Especial de Seguridad (GOES) y de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de Murcia entraron en el piso, detuvieron a Jesús Heredia y Varela fijó su mirada en el característico lunar debajo de una oreja que lo delataba . Había caído el cuarto de la lista de 'Los 10 más buscados' por la Policía Nacional.