La política económica de Trump y sus semejanzas con el peronismo
Donald Trump ha designado a Scott Bessent como el próximo secretario del Tesoro de Estados Unidos. Bessent es una figura prominente en el sector financiero, con una trayectoria que incluye colaboraciones con leyendas como Jim Rogers, Stanley Druckenmiller y George Soros (de quien fue jefe de inversiones entre 2011 y 2015). Además, cuenta con el respaldo de BlackRock o de JP Morgan, lo que refuerza su perfil como un hombre de confianza para los mercados financieros.
El nombramiento de Bessent sigue la línea de Trump de rodearse de figuras cercanas a Wall Street, como ocurrió con Steven Mnuchin en su primer mandato. Sin embargo, hay una diferencia clave entre ambos: mientras Mnuchin era visto como un globalista por el entorno de Trump, Bessent está alineado con el movimiento Make America Great Again, lo que supuestamente facilitará la implementación de (malas) políticas proteccionistas como la imposición de aranceles masivos.
Las prioridades de Bessent las resumió él mismo en una reciente conferencia como la estrategia 3-3-3. A saber. Primero, crecimiento del 3% anualBessent buscará desregular la economía estadounidense para aumentar su potencial de crecimiento hasta un 3% por año. Segundo, reducción del déficit público hasta el 3% del PIB. Bessent quiere recortar gradualmente el déficit público desde el actual 6% del PIB al 3% del PIB en los próximos cuatro años. Dado que Trump pretende bajar los impuestos durante ese mismo período, será necesario recortar con contundencia el gasto público de la mano del Departamento de Eficiencia Gubernamental de Elon Musk y Vivek Ramaswamy. Y tercero, aumentar la producción diaria de petróleo de los EE UU en 3 millones de barriles. Pasar de los 13,5 millones de barriles diarios a los 16,5 millones de barriles diarios permitiría que Estados Unidos alcanzara la independencia energética así como abaratar los costos energéticos internos.
A su vez, y dada la popularidad internacional de la que ahora mismo goza Milei, Bessent también se ha mostrado enormemente crítico con el peronismo, hasta el punto de afirmar que el bidenismo es la primera fase del peronismo. No obstante, lo cierto es que muchas de las políticas económicas de Trump se asemejan bastante a las del peronismo: aranceles, aumento del endeudamiento público y la instrumentalización del banco central para bajar los tipos de interés.
Si Trump y Bessent desean evitar estas contradicciones, deberían apostar por el libre comercio, el equilibrio presupuestario y una política monetaria independiente del Tesoro. De lo contrario, corren el riesgo de perpetuar errores del pasado en lugar de implementar un cambio estructural genuino.