Instituto Costarricense sobre Drogas evalúa vender o donar mansión de alias Manzanita
La lujosa casa de cinco pisos de Dennis Cabrera Espinoza, conocido como Manzanita, pasará a manos del Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD).
Ocurrirá luego de la condena de este jueves contra Cabrera por narcotráfico y lavado de dinero, pero la entidad deberá asumir el mantenimiento mientras espera que la sentencia quede en firme para vender, o donar a alguna institución, la vivienda ubicada en la ciudadela León XIII, en Tibás.
La sentencia de 40 años contra Manzanita quedará en firme siempre y cuando nadie apele. De lo contrario, la resolución podría ser sometida a un nuevo Tribunal de Apelación o incluso ser elevada a la Sala Tercera, proceso que puede tomar años en un caso con 11 condenados además de Cabrera.
Los otros sentenciados recibieron penas de entre 10 y 28 años de prisión.
ICD analizará condiciones de inmueble
Si la condena contra Cabrera adquiere firmeza, la Unidad de Recuperación de Activos del ICD analizará las condiciones del inmueble y el destino que se le dará, explicó el director de la institución, Fernando Ramírez.
“Hay que esperar a la apelación porque parece que el abogado (de Cabrera) dice que esa casa es una herencia. Luego, habría que ver si se puede vender o pasar a donación, ya ahí sí sería relativamente sencillo, porque a él lo están juzgando por narcotráfico”, dijo Ramírez.
Manzanita sentenciado a 40 años de cárcel por narcotráfico y lavado de dinero
La Nación pidió una confirmación al abogado de Manzanita, Luis Cubillo, pero al cierre de edición no había respondido.
La reconocible casa negra que resalta en medio de León XIII se volvió popular en octubre del 2020, cuando Manzanita y sus cómplices fueron arrestados y la vivienda fue decomisada por el Ministerio Público.
El ICD pudo haber recurrido desde ese momento al depósito judicial provisional para asumir la propiedad, un mecanismo usado antes de que haya una sentencia, pero se decidió que no era de interés económico.
La casa, construida en solo nueve meses, cuenta con gimnasio, dos jacuzzis, amplias habitaciones, una azotea con área social, acabados finos como una puerta de metal grabada con una corona, un signo zodiacal (Sagitario) y las iniciales del exdueño.
El Tribunal Penal Especializado en Delincuencia Organizada escuchó llamadas en las que se hablaba sobre la compra de materiales; también vio fotografías del proceso de construcción de esa propiedad que se levantó sobre cuatro fincas, lo que comprueba que la vivienda fue construida con dinero del narcotráfico, dijo este jueves el juez Cristhian Espinoza.
La Municipalidad de Tibás había afirmado, luego del arresto de Manzanita, que la obra se levantó con permisos de construcción vencidos en dos terrenos que sí estaban al día en el pago de impuestos.
El ayuntamiento rehusó dar detalles, por ejemplo, sobre los controles realizados a la construcción; argumentó que el caso había entrado a la vía judicial.
En aquel momento trascendió que el lujoso inmueble no aparecía a nombre del líder narco y se desconocía a quién pertenecía el terreno registralmente, ya que fue uno de los datos que se abstuvo de brindar el municipio.
Incautación durante operativos
Durante los operativos del 2020 se incautaron varios vehículos, incluido uno blindado, así como ¢21 millones, $15.000, 11 armas de fuego similares y drogas.
Luego de imponer la condena, el Tribunal Penal listó decenas de artículos decomisados a la agrupación, es decir, que serán traspasados al Estado tras la sentencia, a diferencia del decomiso, que es solo una medida cautelar.
Entre lo decomisado se encuentran carros Volkswagen, BMW, Toyota, Mitsubishi y Ford, motocicletas, artículos de oro como una cadena y un dije, además de armas de fuego, cargadores de armas, municiones, chalecos antibalas, llaves maya, celulares y dinero en efectivo.
En la acusación se sostuvo que el grupo, que funcionó desde abril del 2018 hasta octubre del 2020, vendía droga a otras agrupaciones y tenía una amplia estructura jerárquica controlada por Cabrera.
Las intervenciones telefónicas confirmaron que los involucrados usaban lenguaje cifrado y hablaban de “venta de bebés”, cuando se referían a la venta de drogas.
Por ejemplo, hablaban sobre la una venta de “medio bebé”, lo que le dio indicios a los investigadores que se trataba de tráfico de drogas, reiteró el juez Espinoza.
También lavaban el dinero ilícito mediante la compra de bienes muebles e inmuebles de alto valor económico que ponían a nombre de terceras personas.