Sale a la luz el esplendoroso legado de Cayetana de Alba
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Han pasado diez años desde que aquel 20 de noviembre de 2014, Cayetana Fitz-James Stuart falleciera a los 88 años rodeada de su familia en su Palacio de Las Dueñas en Sevilla, ciudad que veneraba. Más allá de las misas en su memoria que se han celebrado en la iglesia de la Hermandad de los Gitanos de Sevilla, de la que la duquesa de Alba era tan devota y donde descansan parte de sus cenizas, no ha recibido el homenaje que se merece una mujer con una vida dedicada a la defensa y promoción de la cultura y a las obras sociales. Mucho se ha escrito sobre ella, pero pocos detalles han trascendido de la primera etapa de su vida, la de máximo esplendor. Por eso la periodista y escritora Ana Polo ha aprovechado este décimo aniversario para poner en valor ese legado que muchos desconocen y que fue tan importante para la historia de España. «A mí Cayetana es un personaje que siempre me ha fascinado, pero he preferido quedarme en los que considero que son sus años de esplendor. No es una biografía completa, sino que llega hasta el fallecimiento de su marido Luis Martínez de Irujo . Fue una señora apasionante, pero desgraciadamente en sus últimos años había quedado absolutamente encasillada en un personaje de revistas del corazón, muy estereotipada por la voz y su forma de vestir tan excéntrica y salpicada por la polémica familiar. Pero Cayetana hizo cosas interesantísimas por las que merece ser recordada», explica Polo. En su libro 'Cayetana Duquesa de Alba. Sus años de esplendor' (Esfera de los Libros) la autora comienza destacando el papel tanto de la duquesa como de su padre en defensa de los Borbones. Jacobo Fitz-James fue un noble multifacético, íntimo amigo de Alfonso XIII y el que más intentos hizo por apoyar a los Borbones en el exilio. «Se movilizaron constantemente y presionaban al Palacio de El Pardo para que pudiesen regresar a España. De hecho, en el capítulo de la boda de Cayetana con Luis relato como se acababa de firmar hacía poco, la ley que establecía que España era un reino, pero que Franco, que era el jefe del Estado sería quien decidiría a su futuro sucesor. El padre de Cayetana se cabreó muchísimo porque aquella ley demostraba que no pensaba volver a traer a los a los Borbones de vuelta. Entonces utilizó la multitudinaria boda de su hija para presionar al régimen demostrando el poder de la aristocracia. Se trajo a gente muy importante de todas partes de Europa e incluso invitó a la prensa internacional para presionar a Franco y que cediese», explica Polo. Su temprana muerte no trastocó sus planes ya que los retomó con fuerza la joven Cayetana que siempre se mostró al lado de los Borbones. Durante la estancia de Don Juan Carlos en el palacio de los Montellano en Madrid, le pusieron un preceptor que era muy estricto, y solamente le dejaba ver a una serie de personas y Cayetana de Alba era una de ellas. Pero una vez comienza su formación militar en la academia de Zaragoza, en los permisos a Madrid o cuando se metía en líos, se refugiaba en el Palacio de Liria con Cayetana y con su marido Luis, que llegaron a organizarle una agenda de actos públicos en su palacio para presionar al régimen. Tal fue la amistad y el apoyo que relata Polo que cuando Don Juan Carlos y Doña Sofía se casaron «Cayetana se mudó un mes a Atenas para enseñarle a Doña Sofía las costumbres del protocolo en España, llegando incluso a explicarle cómo y dónde debía usar la mantilla». Los jóvenes príncipes no sabían ni dónde ni de qué iban a vivir. Por eso la duquesa de Alba y el banquero Luis Valls-Taberner decidieron hacer una gran colecta entre todos los aristócratas, gesto que hicieron extensivo a la población a través de anuncios en los medios de comunicación. Consiguieron reunir diez millones de pesetas que se les fue entregado como un regalo de la Diputación de la Grandeza. Con ese dinero es con el que vivieron una época los futuros Reyes», recuerda Polo. Cayetana siempre fue una mujer adelantada a su época que ayudó mucho a traer la modernidad a España. Organizó el primer desfile de Dior en el Palacio de Liria al que pudieron asistir 200 mujeres de la alta sociedad. Hasta entonces la famosa firma de moda solo había desfilado fuera de París en dos ocasiones, una en Londres y la otra en Liria. Aquel evento tuvo carácter benéfico y todo lo recaudado lo entregó Cayetana a la caridad. Contagió el espíritu sevillano y mostró la Feria de Abril a numerosos rostros internacionales como Grace Kelly o Jackie Kennedy , que coincidieron en el Palacio de Dueñas y eso que entre ellas no se podían ni ver. La duquesa de Alba fue de las máximas defensoras de Picasso cuando entonces la mayoría lo consideraban un comunista proscrito. Ella aprovechaba las entrevistas para ensalzar su arte y ejercer de mecenas. Lo mismo hizo con Machado y con otros muchos artistas. Hasta los años 60, las obras de caridad se reducían a un grupo de señoras que se reunían en el hotel Ritz y hacían bailes benéficos. Cayetana quiso ir más allá y se volcó sobre todo en un colegio de niños salesianos de Madrid donde ella desempeñó gran parte de su obra social, no solo había que proporcionarles alimentos, sino que se empeñó en darles una educación, pagando becas para que estudiasen la Carrera de Comercio o sufragaba clases extras de mecanografía para que pudiesen encontrar un trabajo digno. La duquesa iba dos días en semana al colegio y se arremangaba para servir comidas y para conocer de cerca las necesidades de cientos de niños pobres. Pero este no fue su único logro social, Cayetana fue la gran impulsora de la importancia de la donación de sangre en nuestro país. Cruz Roja le pidió que hiciese una gran campaña y así lo hizo. De hecho, ABC guarda en su archivo histórico una imagen de ese momento. Cayetana no pudo menos que seguir la estela que le dejó su padre. Jacobo Fitz-James fue el primer director del Patronato del Museo de El Prado, amigo personal de Lord Carnarvon, patrocinador del egiptólogo Howard Carter que descubrió la tumba de Tutankamón. Al parecer en una de las visitas al yacimiento Carnarvon no quería seguir financiando aquella aventura de la que no veía frutos y fue su amigo Jacobo Fitz-James el que le animó a esperar y a seguir apoyando aquel proyecto que acabó escribiendo un capítulo en la historia. Luego se encargó según Polo de traer a Howard Carter a dar una gran conferencia a Madrid a la que asistieron los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia , despertando así el interés por la arqueología en nuestro país. Gestos culturales así hay cientos en la historia de la Casa de Alba. Mucha de esa historia se encargó Luis Martínez de Irujo de documentarla comenzando el archivo que aún hoy sigue enriqueciéndose. Carlos Fitz-James Stuart , actual duque de Alba está abriendo mucho las puertas de ese legado. «Para mí lo está haciendo muy bien y está permitiendo que mucha gente pueda conocer muchas cosas. Asumir un legado de 500 años de historia no es fácil, gestionar un patrimonio así y ser consciente de que lo tienes que dejar intacto para el siguiente que venga, es una responsabilidad enorme», confiesa la autora. Muchos lo comparan con su padre Luis, que era de carácter muy serio, responsable y una persona a la que no le gustaba salir en los medios. «De su hijo Fernando , duque de Huéscar, también me hablan maravillas, o sea que el legado está en buenas manos», apunta Polo. No duda en afirmar que los dos hombres de la vida de la duquesa de Alba fueron su padre Jacobo y su marido Luis. La muerte de este por culpa de una leucemia le pilló casi al final, porque decidió ocultarle la enfermedad. Ella convencida de que el tratamiento experimental en Houston iba a funcionar, cayó en una profunda depresión cuando al poco tiempo lo perdió. Sacó fuerzas de donde pudo para levantarse de nuevo y su bálsamo fue Eugenia, su hija, la pequeña de la casa y que tanto había deseado. De ahí que tengan tantos rasgos comunes en su personalidad. Por mucho que algunos intenten empañar una figura tan importante para la historia de nuestro país siempre habrá tiempo para tirar de archivo y homenajear a esta carismática y valiente aristócrata que fue clave en la historia de nuestro país.