El "anillo de fuego" se cierra sobre Netanyahu
A la orden de arresto por parte de la Corte Internacional de La Haya contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el ex ministro de Defensa, Yoav Gallant, por crímenes de guerra en Gaza, preceden unas semanas en las que el “anillo de fuego”, que dicen los analistas israelíes, se está cerrando sobre el mandatario israelí.
Tiene pendiente una audiencia como acusado el próximo 2 de diciembre por uno de sus casos de corrupción y soborno, encuentro que está tratando de posponer. La oficina del primer ministro también intenta que no se produzca una comisión de investigación por los fallos del 7O de 2023, sin embargo, esta misma institución está siendo investigada en tres casos que suscitan sospechas de actividad criminal por acciones relacionadas con la guerra que mantiene Israel en dos frentes activos y otros cinco esporádicos.
Las acusaciones contra los allegados del mandatario son de filtración de información y falsificación de protocolos. El tribunal que trata los casos ha permitido la publicación de más detalles mientras interroga a altos cargos de la oficina del primer ministro.
Filtración de información sensible
En el primer caso de filtración de información, se sospecha que altos cargos de seguridad extrajeron ilegalmente material sensible de los sistemas del Ejército y se lo pasaron al portavoz de Netanyahu, Eli Feldstein.
En el interrogatorio de hace pocos días, Feldstein reveló que decidió filtrar información clasificada a medios de comunicación extranjeros para influir en la opinión pública israelí contra las protestas que pedían un acuerdo para la liberación de los rehenes de Gaza.
Su objetivo era hacer hincapié en que las protestas en realidad saboteaban las negociaciones y fortalecían a Hamás. El documento fue enviado al periódico alemán "Bild".
Se sospecha que un oficial de la reserva quien hace su servicio en el Departamento de Seguridad de la Información de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) pasó la información a Feldstein a través de las redes sociales.
El primer intento de Feldstein de hacer público el documento fue en el informativo del Canal 12, sin embargo, el periodista que recibió la filtración, la pasó por la censura militar y ésta impidió su publicación. Por eso, el asesor dispuso que se publicase en un medio extranjero, no sujeto a la censura nacional.
Tras la publicación del tema en Bild, varios medios israelíes cuestionaron la autenticidad del documento en el que se basaba el artículo. Feldstein pidió al oficial de reserva que le facilitara el documento original. El oficial afirmó en interrogatorio posterior que le habían dicho que había sido Netanyahu quien solicitaba estos documentos para verificar la información.
Ese tránsito de documentos sucedió en el mes de junio, pero su difusión por parte de Feldstein se produjo a principios de septiembre, poco después del asesinato de seis rehenes: Almog Sarusi, Alex Lobanov, Carmel Gat, Eden Yerushalmi, Ori Danino y Hersh Goldberg-Polin.
Tras la recuperación de los cuerpos, las protestas contra el gobierno se intensificaron. Según el tribunal, Feldstein decidió entonces publicar los documentos en un intento de desviar el discurso público sobre la falta de acuerdo de rehenes y redirigir la culpa de Netanyahu al entonces líder de Hamás, Yahya Sinwar.
La fiscalía ha anunciado que presentará cargos en los próximos días contra Feldstein y el oficial de reserva que supuestamente le pasó la información, los principales sospechosos del caso.
Feldstein y tres miembros del Departamento de Seguridad de la Información de las FDI son sospechosos de revelar información clasificada con la intención de dañar la seguridad nacional, un delito según las leyes de espionaje que conlleva una pena máxima de cadena perpetua.
¿Y Netanyahu?
Actualmente no se le considera sospechoso en el caso, y sigue sin estar claro si estaba al tanto de las acciones de Feldstein.
Sin embargo, Feldstein, quien lo acompañaba a visitas en lugares militares sensibles y en reuniones sobre seguridad, no había pasado el proceso de autorización del escalafón de seguridad y, según fuentes familiarizadas con el asunto, Netanyahu estaba al tanto de ese detalle, según reveló la emisora pública Kan.
Además, Netanyahu también utilizó la información filtrada después de la muerte de los seis rehenes, sugiriendo en varias ocasiones que los manifestantes en su contra estaban "cayendo en la trampa de Hamás".
Segundo caso
La policía sospecha que Tzaji Braverman, jefe de personal del primer ministro, intentó alterar las actas de las conversaciones entre Netanyahu y su secretario militar, el mayor general Avi Gil, en los primeros minutos del ataque de Hamás el 7 de octubre.
Braverman supuestamente intentó cambiar las actas para que pareciera que Netanyahu había dado instrucciones a Gil sobre la crisis de seguridad durante su primera conversación a las 6:29 de la mañana, en lugar de durante su segunda conversación a las 6:40 am, como realmente ocurrió.
Braverman está siendo investigado por falsificación y los cargos que se consideran son de fraude y abuso de confianza. El motivo de sus acciones se entiende que es crear la impresión de que Netanyahu había dado instrucciones inmediatamente después de recibir la información inicial sobre el ataque de Hamás. Por ahora Braverman es el único sospechoso en el caso.