La nueva tecnología de la cerámica para combatir el cambio climático
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Capturar el dióxido de carbono resulta esencial para poder reducir las emisiones de gases de efecto invernadero . Bajo esta premisa, el Instituto Tecnológico del Plástico ( Aimplas ) y el Instituto de Tecnología Cerámica (ITC), están trabajando en un ambicioso proyecto que cuenta con el apoyo del Instituto Valenciano de Competitividad e Innovación (IVACE+i) a través de los Fondos Europeos FEDER de Desarrollo Regional. La innovadora iniciativa pasa por diseñar y validar un sistema de captura para el CO 2 presente en la combustión de los equipos que forman el proceso de fabricación cerámica. Según advierten los profesionales de ITC y Aimplas, se trata de una «importante innovación» para el sector cerámico puesto que, en la actualidad, no existe ninguna instalación de captura de CO2 implantada en esta industria, cuyos actores consideran «clave» la necesidad de profundizar en nuevos avances tecnológicos que acerquen la consecución de los objetivos del Pacto Verde Europeo para el año 2050. De esta urgencia nace el proyecto CUCO2 , un prototipo de sistema de pretratamiento de los gases industriales y otro de captura híbrida que combina la tecnología de membranas junto a la adsorción por vacío (VPSA) para favorecer y maximizar la acumulación de dióxido de carbono. Así, el proyecto de los institutos tecnológicos de REDIT, apoyado por empresas especializadas como BluePlasma Power, Laurentia Technologies, Keraben Grupo y EuroAtomizado Grupo, se basa en los resultados obtenidos en CapturO2, una propuesta previa que finalizó en 2023 donde se analizaron las características de las corrientes gaseosas que se emitían en los procesos industriales cerámicos y que abrió una vía esperanzadora para conseguir que este sector deje de ser el principal emisor de CO2 en la Comunidad Valenciana. Concretamente, según explican sus investigadores, CUCO2 se centra en los procesos de captura del CO2 emitido por atomizadores de suspensiones y hornos de cocción de baldosas cerámicas. De esta forma, da pie a desarrollar un sistema híbrido que en paralelo servirá para analizar el tipo de membrana, material adsorbente y las condiciones de operación más adecuadas para atrapar y separar el dióxido de carbono, además de estudiar las modificaciones necesarias para su aplicación en otros sectores industriales como la gasificación de residuos. Por ello, Aimplas e ITC esperan obtener, durante la ejecución del proyecto, un prototipo de pretratamiento y captura validado a escala industrial y adaptado a la corriente residual de un horno de cocción de baldosas y un secadero por atomización. Además, esperan conocer su efectividad, trazar la configuración idónea para otros sectores y valorizar el CO2 capturado mediante productos de uso comercial como combustibles, disolventes o polímeros. Este proyecto, que cuenta con un sustento financiero de casi 200.000 euros de IVACE+i y los Fondos Europeos FEDER, está alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU ODS 9: Industria, Innovación e Infraestructura, ODS 12: Producción y Consumo Responsable y ODS 13: Acción por el Clima, además del ODS 17: Alianzas para lograr los Objetivos. En paralelo, el Instituto Valenciano de Competitividad e Innovación hizo público su apoyo el pasado mes de marzo a una nueva investigación liderada por ITC para impulsar el uso de hidrógeno verde en los procesos de fabricación de piezas cerámicas que es donde se consume más del 60 % de la energía. Mediante este proyecto, el centro de investigación de Castellón prevé estudiar en el laboratorio de su planta piloto hipocarbónica, cómo aplicar el hidrógeno verde en los procesos de fabricación de piezas cerámicas y analizar si su uso afecta de algún modo a las características del producto final. Para ello, el ITC se plantea el uso de tecnologías disruptivas como son los combustibles alternativos, la captura y almacenamiento de CO2 y la electrificación de procesos con energía generada por fuentes renovables. El objetivo inicial planteado por el instituto tecnológico es poder obtener de sus propias placas fotovoltaicas la electricidad necesaria para generar el hidrógeno verde, con lo que la electricidad utilizada será 100 % renovable. En 2022, según datos contrastados por el Instituto de Tecnología Cerámica, el 90% del consumo en los procesos de fabricación era de gas natural y el 10% de electricidad alcanzando los 16.600 Gwh/año. Las emisiones totales verificadas de dióxido de carbono fueron de 2,4 toneladas de CO2, de las cuales un 93% procedieron de la combustión de gas natural. A esto hay que añadir que durante los últimos años la cantidad de derechos de emisión de CO2 gratuitos asignados a las empresas del sector no ha sido suficiente para cubrir las emisiones reales emitidas. Se ha producido un déficit de emisiones, que ha supuesto un sobrecoste de varios millones de euros para las empresas afectadas. En concreto, en el año 2021, la factura sectorial por la compra de derechos de emisiones se multiplicó por 6, pasando de alrededor de 11 millones de euros en 2020 a 66 millones de euros en 2021.