Laura De Rosa: Rebelión latina en las elecciones de EEUU 2024
Décadas atrás, Ronald Reagan expresó una frase contundente que si bien para aquel momento no se veía muy tangible, con las recientes elecciones presidenciales en Estados Unidos 2024 comenzó a materializarse, y ésta fue:
“Los latinos son republicanos, pero aún no lo saben”
El interesante éxodo masivo del voto latino (o hispano) que consuetudinariamente votaba a demócratas y comenzaron a migrar para votar republicano en estas elecciones 2024 dieron cuenta de ello, y para cifras, las siguientes:
Donald Trump obtuvo un 45 por ciento del voto latino, (es decir, aproximadamente 7.47 millones de votos) reportando un aumento de 13 puntos porcentuales, frente al 32 por ciento del voto latino que, el mismo Trump, obtuvo en las elecciones presidenciales 2020.
Esto no es poca cosa cuando éste resultado supera el récord de George Bush en 2004, momento en el que alcanzó un 44 por ciento del voto latino.
Ahora bien, si analizamos por separado la variable latina o hispana en el lado demócrata, es justo decir que Kamala Harris no solo perdió las elecciones, sino que también resultó ser LA GRAN PERDEDORA frente a sus pares demócratas al obtener el porcentaje de voto latino más bajo en cuatro campañas presidenciales:
Kamala Harris 53 por ciento (año 2024) (aproximadamente 8.8 millones de votos)
Joe Biden (65 por ciento en 2020)
Hillary Clinton (66 por ciento en 2016)
Barack Obama (71 por ciento en 2012)
Estas cifras deberían ser un alerta casi que con luces de neón para el Partido Demócrata y cómo han venido llevando a su electorado estos últimos años.
Y es que más allá de los candidatos, o de las simpatías o antipatías viscerales frente a los Candidatos Trump o Harris, volviendo a intereses y valores, los tres temas puntuales que le preocuparon a los latinos/hispanos y le hicieron inclinar su voto hacia un lado de la balanza fueron:
- Economía: las Propuestas enfocadas en combatir la inflación y crear empleo
La inflación persistente y el aumento del costo de vida impactaron de manera directa a las comunidades hispanas, quienes, en su mayoría, forman parte de sectores laborales altamente sensibles a estos cambios, como servicios, manufactura e incluso construcción (aunque no sólo se limita a esto).
Las propuestas de Trump, enfocadas en reducir la inflación mediante políticas monetarias más restrictivas, disminuir los impuestos y fomentar la inversión privada, resonaron con los latinos, quienes percibieron estas medidas como más realistas y efectivas que las promesas del Partido Demócrata.
Adicionalmente, la narrativa que el Partido Republicano impulsaría la creación de empleos bien remunerados en industrias clave consolidó la idea de que la prosperidad económica estaba del lado conservador.
Política migratoria: sí, aunque muchos creían que los latinos votarían por políticas migratorias más laxas, la verdad es que las preocupaciones sobre cómo la migración ilegal impactaría la economía local y la seguridad, los llevaron a un giro hacia el Partido Republicano.
- El Poco interés en el wokeismo: La comunidad latina o hispana mostró un bajo interés en la agenda "woke" propulsada por Kamala Harris y el Partido Demócrata, dando la espalda a la promoción del aborto, la diversidad de género más allá de lo masculino y femenino, actividades controvertidas como shows de drag queens con niños, hombres en certámenes de belleza de mujeres o competencias deportivas femeninas y otros temas similares que formaron parte de una agresiva agenda Woke impulsada por los demócratas.
Visto esto, podemos certeramente decir que el éxodo del voto latino hacia el Partido Republicano en las elecciones de 2024 no fue un fenómeno aislado ni un resultado fortuito: es la cristalización de un cambio ideológico que se ha venido gestando durante años.
La combinación de una economía en dificultades, una migración descontrolada que afecta directamente a las comunidades locales y un rechazo cultural hacia una agenda progresista extrema fueron determinantes en este cambio de preferencias políticas.
Este desplazamiento pone de manifiesto que los latinos o hispanos ya no son un bloque homogéneo controlado por el Partido Demócrata, sino un grupo dinámico que responde a sus intereses y valores por encima de las afiliaciones o etiquetas políticas.
Así que si los demócratas no reevalúan su estrategia, este podría ser el principio de una fractura más profunda en su base electoral.
En cuanto a México, el giro del voto latino en Estados Unidos tiene implicaciones significativas, especialmente en temas como la migración y el comercio.
Monterrey y Nuevo León, como motor económico del país y receptor de inversión extranjera, podrían beneficiarse de una relación más estrecha con un gobierno republicano, dado su enfoque en fomentar el comercio bilateral y atraer industrias a través de políticas económicas proempresariales.
Sin embargo, la política migratoria que se espera será más restrictiva podría afectar el flujo de trabajadores transfronterizos, una realidad que impacta directamente a las empresas de la región.
Por otro lado, la cultura emprendedora y conservadora de Monterrey tiene afinidades naturales y orgánicas con las tendencias mostradas por los votantes latinos republicanos en estos comicios.
Con lo cual, en ese sentido, este cambio puede servir como un llamado para que los líderes mexicanos, locales y nacionales reconsideren las dinámicas económicas y culturales en su relación con Estados Unidos, aprovechando la oportunidad de fortalecer las sinergias entre comunidades mexicanas y latinas en ambos lados de la frontera.
La autora es Internacionalista, Especialista en análisis de Data, Especialista en Consultoría política y gestión de gobierno, Consultora para Empresarios e Inversionistas, Escritora, Conferencista y Jefa Editor de The Freedom Post.
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